ALIADOS (Países opuestos a las Potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial)

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Winston CHURCHILL es sustituido como primer ministro por Clement ATTLEE, un modesto laborista.


En la fecha, Gran Bretaña acaba de ganar la guerra más espantosa de la historia y sigue controlando un fabuloso imperio, pero es a la vez un país pobre, triste y sometido a duras privaciones. Winston CHURCHILL ha sido sustituido, en la fecha, como primer ministro por Clement ATTLEE, un modesto profesor laborista. ATTLEE y el Partido Laborista, ante la fuerza que han adquirido los movimientos nacionalistas, son conscientes de que el imperio es insostenible y deciden deshacerse de él. No es una tarea fácil. Es preciso actuar con urgencia. La India donde las poblaciones indígenas están a punto de sumergirse en un aquelarre, es la clave. Con notable perspicacia, ATTLEE elige para la delicada misión a un almirante de sangre real, porte aristocrático, 1,80 de estatura y 46 años de edad: lord Mountbatten, a quien cuatro años antes CHURCHILL había designado comandante en jefe aliado en el Sudeste Asiático. Acepta y pone condiciones: será el último virrey, pero con plenos poderes y absoluta libertad de acción.

Antes de que se derrumbe Japón, Vietnam quiere crear una situación irreversible para los franceses.


Indochina está aprendiendo a vivir sin los franceses. Bao Dai, emperador de Annam, ha denunciado ya en marzo pasado los tratados que ligan a Vietnam con Francia y reclama la independencia. También le ha secundado Sihanouk, rey de Camboya. Y en el mes de agosto, bajo control nipón, se ha constituido con nativos un Gobierno vietnamita que reforma la enseñanza, ataca el mandarinato y reunifica el país, dando la impresión, quizá falsa, de que la etapa francesa ha concluido. Antes de que los aliados desembarquen en Vietnam o se derrumbe Japón, este Gobierno quiere crear una situación irreversible para los franceses.

Lanzamiento de la segunda bomba atómica, esta vez sobre Nagasaki.


Al no rendirse todavía Japón, los estados Unidos deciden el lanzamiento de la segunda bomba atómica, esta vez sobre Nagasaki (Kyushu, Japón). Los muertos se elevan a 73.884 y los heridos a 74.909. El hecho de que el número total de víctimas producidas por la explosión sea más reducido que en la primera bomba de tres días antes, se debe a que la bomba ha estallada en el suelo en vez de hacerlo antes de llegar a él. La bomba de Nagasaki -Fat Man-era idéntica a la de Alamogordo. Paul Bregman, uno de los tripulantes del avión que arroja esta bomba, se suicidará en su casa de Los Ángeles en 1985. A pesar de los dramáticos efectos de las dos bombas atómicas, éstas permiten que la Segunda Guerra Mundial se acabe antes de los previsto, impidiendo más bajas entre los aliados y salvando muchas más vidas de ciudadanos japoneses que seguramente hubieran muerto en caso de una invasión terrestre del archipiélago japonés.

Termina el proceso al mariscal Petain.


El proceso del mariscal Pétain comenzó el 23 de julio de 1945 ante la Suprema Corte de Justicia. Defendido por Jacques Isorni, Philippe Pétain declaró el primer día del juicio que siempre había sido un aliado discreto del general De Gaulle, y que su responsabilidad concernía únicamente a Francia y a los franceses que lo habían designado en el gobierno, y no al tribunal de justicia. En esas condiciones, se negó a responder a las preguntas. Tras la presentación de numerosos testigos, el proceso termina el 15 de agosto de 1945: es declarado culpable de realizar actividades de inteligencia con el enemigo, y de alta traición, y condenado a muerte, a la degradación nacional y a la confiscación de sus bienes. La pena de muerte será condonada, debido a su avanzada edad, y en vez de ello a la pena de cadena perpetua. Como parte de la degradación nacional, es expulsado de la Academia Francesa, si bien su sillón no será ocupado hasta su muerte.

Los comunistas en Indochina se presentan como la única fuerza capaz de actuar sobre el terreno.


En un momento dado, los comunistas en Indochina se presentan como la única fuerza capaz de actuar sobre el terreno, adelantándose a los nacionalistas -pro Japón o pro China- y sorprendiendo a franceses, japoneses y aliados. Una semana después de la explosión de la bomba atómica en Hiroshima, Ho Chi Minh ordena la insurrección a las organizaciones del partido y constituye el Comité Nacional de Liberación del Pueblo Vietnamita. El Viet Minh se adueña de Hanoi el 19 de agosto y, siete días más tarde, de todo el país, hasta Saigón. Las fuerzas de ocupación japonesas capitulan.

Unos 14 millones de alemanes de diversas regiones deben abandonar sus hogares.


Después de la capitulación del III Reich, unos 14 millones de alemanes de diversas regiones -Prusia Oriental, Pomerania, Silesia, Sudetes, etc…- deben abandonar sus hogares porque esos territorios son amputados de Alemania, en virtud de los acuerdos entre los aliados. De los Sudetes y otras regiones de Checoslovaquia que han sido habitadas por población germana desde la edad media son expulsados unos tres millones de alemanes.

Se inicia en el Palacio de Justicia de la ciudad de Nuremberg el conocido por “Proceso de Nuremberg”.


El 20 de noviembre de 1945, apenas seis meses y medio después de la rendición alemana, se inicia en el Palacio de Justicia de la ciudad de Nuremberg el juicio que la historia conocerá como “Proceso de Nuremberg”. Desgraciadamente, ni todos los crímenes de la Segunda Guerra Mundial serán juzgados y condenados, ni la jurisprudencia de Nuremberg evitará otros horrores que sucederán después. Los líderes del Reich -que se han entregado o han sido detenidos- son acusados de sumir el mundo en una contienda devastadora y de cometer atrocidades nunca vistas contra la población civil y los prisioneros de guerra. El proceso, que carece de precedentes, se celebra en el país que habían dirigido hasta hacía muy poco los acusados, una Alemania derrotada y ocupada por las cuatro potencias que les iban a juzgar. Pero el camino hasta Nuremberg no fue fácil ni para los aliados. Estuvo trufado de fuertes discrepancias, dificultades legales y espinosas negociaciones que no fructificaron hasta poco antes de celebrarse el juicio.

Pero se impone la opinión de EEUU. Se trata de que un gran juicio enseñe al mundo que la guerra tiene su “código de caballeros” y que éste debe respetarse.


Pero se impone la opinión de EEUU.. Se trata de que un gran juicio, con toda la difusión y garantías jurídicas posibles (dentro de lo que puede ofrecer una relación entre vencedores absolutos y vencidos absolutos), enseñe al mundo que la guerra tiene sus propias reglas, su “código de caballeros”, y que sus transgresores deben ser castigados severamente para que nadie caiga, después, en la tentación de imitarles. Se debe sentar la correspondiente jurisprudencia. Robert Houghwout Jackson, juez del Supremo de EEUU., es designado para organizar el proceso y para vencer las últimas renuencias de los aliados. Lo consigue. Uno de sus argumentos más convincentes es éste: “No vamos a juzgarles por haber perdido la guerra, sino por haberla iniciado.” Es también decisivo que EEUU. – que organizan el proceso- pidan que la garantía de imparcialidad esté dada por la presidencia de un magistrado británico, como homenaje a la rectitud del país del “habeas corpus”.

Las primeras palabras las pronuncia el procurador americano, el mismo Robert H. Jackson.


Las primeras palabras las pronuncia el procurador americano, el mismo Robert H. Jackson, que ha convencido a los aliados de la necesidad del proceso. Su discurso comienza así: “Debemos precisar que no tenemos intención de acusar en conjunto a todo el pueblo alemán.” Tras la lectura del acta de acusación general que los encausados ya conocen, van turnándose los fiscales de los cuatro países vencedores.

Después de la Segunda Guerra Mundial, también serán honrados, en el monasterio sintoísta de Yasukuni 14 criminales de guerra.


Después de la Segunda Guerra Mundial, también serán honrados, en el monasterio sintoísta de Yasukuni 14 criminales de guerra, condenados por los aliados tras la derrota japonesa de 1945. Uno de ellos será Hideki Tojo, que ha sido primer ministro japonés durante la Segunda Guerra Mundial, ejecutado al acabar la guerra por los EEUU.

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