Las relaciones germano-polacas parecen mejorar cuando HITLER alcanza el poder en 1933. Tratando de no alarmar a nadie y de eliminar suspicacias, encomienda a Hermann Goering -ministro de Aviación y jefe provisional del Gobierno de Prusia-, una aproximación a Polonia.
ADOLF HITLER
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Las urnas dan a Hitler 288 escaños (44%). No suponen mayoría absoluta en un parlamento de 647 diputados.
En la fecha, las urnas dan a HITLER 288 escaños (44%), que no suponen mayoría absoluta en un parlamento de 647 diputados, pero aprovecha el incendio del Reichtag, atribuido a los comunistas, para declarar ilegal al partido comunista. Descartados así los 81 diputados comunistas, los nazis obtienen una mayoría absoluta por escaso margen -5 escaños-. Con la toma de poder por parte de Adolf HITLER en 1933, después del incendio del Reichstag Berlín asume de nuevo el papel central en la política alemana. Desde el imponente edificio de la Cancillería del Reich que Hitler ordenará construir se tomarán algunas de las decisiones más trascendentales de la historia del siglo XX. Un ambicioso plan, que pretende convertir Berlín en la capital más imponente del mundo, nunca llega a concretarse a causa del estallido de la guerra. Durante años HITLER y su arquitecto en jefe Albert Speer proyectarán edificios y planearán un radical cambio urbanístico, que actualmente suele considerarse como megalomaníaco. El primer paso de estos planes será el Estadio Olímpico para los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, diseñado por Werner March.
La nazificación no es un término unívoco en 1933. HITLER toma posición en contra de las SA. y de RÖHM.
La nazificación de Alemania no era un término unívoco en 1933. Dos millones y medio de miembros de la Sturmabteilung, las secciones de asalto o SA verdadero ejército de camisas pardas que suman veinte veces los efectivos de la reducida Reichswehr -el pequeño ejército consentido a Alemania por el tratado de Versalles-, confían en que, tras haber barrido de las calles a socialdemácratas y comunistas, sus esfuerzos serán premiados. HITLER tiene sus razones que le mueven a tomar posición en contra de las SA y de Röhm, comandante supremo de las SA y a favor de los grandes industriales y banqueros, aristócratas y generales. Son éstos y no aquellos los que van a permitir a HITLER lanzarse a la empresa de dominar Europa -y, ¿por qué no?, el mundo- y de implantar el Reich de los «Mil años». Una vez más, en un proceso de transformación política, vencen el realismo y la eficacia.
Para luchar contra las SA, HITLER cuenta en el Partido Nacionalsocialista con GOERING, HIMMLER y HEYDRICH.
Para luchar contra las SA, HITLER cuenta en el seno del Partido Nacionalsocialista con valiosos aliados: GOERING, que juega la carta de los generales y a través de ellos de la derecha tradicional, como ministro del interior de Prusia dispone de la policia prusiana, amén de un cuerpo de protección personal; HIMMLER y HEYDRICH son los organizadores y jefes de dos formaciones llamadas a desempeñar un papel relevante en el Tercer Reich: las Schutzstaffel, fuerzas de protección, o SS y la Gestapo. Estas acabarán imponiéndose al ejército: los regímenes totalitarios se convierten siempre en regímenes policíacos.
Tanto el fascismo nacido en Italia como el nazismo nacido en Alemania en 1933 son movimientos de escasa coherencia doctrinal.
Tanto el fascismo nacido en Italia como el nazismo nacido en Alemania en 1933 son movimientos de escasa coherencia doctrinal con unos principios comunes apoyados en la desconfianza en la razón, la desigualdad entre los hombres y las razas, supremacía del partido único, y el encuadramiento, por tanto, de todos los ciudadanos de ambos sexos en el único partido nacional, identificación partido-estado, totalitarismo de estado, protagonismo dentro del partido de las élites, sumisión al jefe carismático (el superhombre que siempre tiene razón), estructura, por tanto, vertical del poder, militancia antisocialista, antiliberal y anticomunista, aspiraciones imperialistas, etc. Sus líderes, tanto MUSSOLINI como HITLER, se inspiraron en la idea del superhombre de las obras del filósofo alemán Nietzsche.
Los partidos conservadores y el partido liberal votan a favor de la petición de Hitler de que se le otorguen poderes dictatoriales.
Citando la Constitución, HITLER pide que el nuevo Reichstag le otorgue poderes dictatoriales. Esto requiere los dos tercios de los votos del Reichstag. Mientras los diputados del KPD son encarcelados o huyen del país, la demanda de Hitler, en la fecha, es satisfecha (441 a 84). Los partidos conservadores y el partido liberal votan a favor. Sólo los socialdemócratas que quedan votan en contra. Se aprueba la Ley de Poderes Especiales por la que todas las facultades legislativas del Reichstag son transferidas al gabinete. De esta manera, Hitler obtiene unos poderes materialmente dictatoriales por un período de cuatro años. Así se produce la muerte de la República de Weimar.
El primer campo de concentración nazi se construye para encarcelar a grupos de oponentes políticos y otros considerados antisociales.
A comienzos de 1933, el primer campo de concentración nazi se construye para encarcelar a numerosos grupos de oponentes políticos y otros considerados como elementos antisociales por el régimen nazi: judíos, gitanos, homosexuales, comunistas, disidentes religiosos, testigos de Jehová y prostitutas. Los prisioneros deben realizar trabajos forzosos: cuando no pueden trabajar más son asesinados en cámaras de gas, fusilados o por medio de inyecciones letales. Los enfermos sirven para realizar \»experimentos médicos\». Los campos incrementan en tamaño y número durante la guerra e intensifican progresivamente su actividad exterminadora, especialmente al final del conflicto, cuando HITLER decide aplicar a la cuestión judía la llamada \»solución final\».
Se reúnen los obispos alemanes que examina la situación, y las preocupaciones se plasman en una carta colectiva del episcopado.
Poco después del triunfo nazi de 1933 se reúnen los obispos alemanes en el lugar tradicional, Falda. Se examina la situación, y las preocupaciones se plasman en una carta colectiva del episcopado. No es una condena explícita, pero no carece en absoluto de claridad. Examinando la doctrina que se imparte, hay frases que no dejan lugar a dudas: «la afirmación exclusiva de los principios de la sangre y de la raza conduce a injusticias que hieren gravemente la conciencia cristiana». Se puede apreciar que los principales temores de los obispos son dos. Por una parte, que el nuevo estado totalitario acabe con las organizaciones católicas, especialmente las educativas. Y, por otra, que el nuevo régimen trate de crear una especie de iglesia nacional y quiera englobar en ella a todos, también a los católicos. Saliendo al paso con firmeza y rapidez de lo que parecen ser los prolegómenos de una nueva «kulturkampf», los obispos alemanes también envían un mensaje no escrito, del que los nazis toman buena nota: la confirmación de su unidad, prácticamente sin fisuras. No resulta prometedor intentar sembrar la discordia entre el episcopado. Para los hitlerianos, parece una mejor vía de atacar a la Iglesia el intentar abrir una brecha entre los obispos alemanes y la Santa Sede. Esta será una de las razones por las que HITLER vera con buenos ojos la posibilidad de firmar con la Santa Sede un concordato.
Después de una oleada de motines políticos y disturbios callejeros, Adolf HITLER sube al poder como canciller de Alemania.
El 30 de junio de 1933, después de una oleada de motines políticos y disturbios callejeros, Adolf HITLER sube al poder como canciller de Alemania.
En el momento de acceder HITLER al poder, la industria alemana produce aproximadamente a un 58 por ciento de su capacidad.
En el momento de acceder HITLER al poder, la industria alemana produce aproximadamente a un 58 por ciento de su capacidad y el número de desempleados se halla entre los 6 Y los 7 millones. Frente a este desafío, HITLER necesita reactivar la economía alemana basándose en el aprovechamiento pleno y rentable de la industria alemana; la recuperación del papel preeminente en la economía, industria y finanzas mundiales; el acceso a las materias primas de las que Alemania había sido privada tras la Primera Guerra Mundial y la modernización de los sistemas de transporte ferroviario, aéreo y motorizado. Para lograrlo, HITLER pretende acabar con las restricciones económicas y políticas impuestas por el Tratado de Versalles y eliminar la oposición de los sindicatos (agrupados en el Deutsche Arbeitsfront, o Frente Alemán de] Trabajo, o DAF) y de las asociaciones empresariales. De esta manera, aunque HITLER respeta el principio de propiedad privada, no es menos cierto que desarrolla una política intervencionista que sólo puede compararse en su extensión con la mussoliniana o la soviética. Los resultados de semejante política serán fulminantes. El paro desaparecerá, el nivel de vida de obreros y campesinos aumentará y surgirá una máquina de guerra de poder extraordinario.