La oposición a la Dictadura de la junta del Colegio de Abogados de Barcelona abre un largo proceso de trámites y recursos que acaba el 5 de marzo de 1926 con la destitución de la junta por parte del gobernador civil, Milans del Bosch, y el encarcelamiento de sus miembros. El decano del Colegio, Ramon d\’Abadal i Calderó, será confinado a Alcalà de Xivert. Las sanciones afectarán también a personalidades como Ferran Valls i Taberner, enviado a Morella, y Manuel Carrasco i Formiguera, a Tamarit de Llitera.

En abril del año 1926 las relaciones de España con Portugal llegan a ser mejores que en cualquier otra época anterior, ya que a partir de esta fecha se instaura en el país vecino un régimen de dictadura muy semejante al español. En efecto, se firmarán acuerdos entre ambos países como, por ejemplo, el relativo al aprovechamiento hidroeléctrico del río Duero, en el año 1927, y el de conciliación y arbitraje en 1928.

En el Rif, inicia la ofensiva hispanofrancesa contra Abd el Krim

Finaliza oficialmente la guerra con Marruecos. Abd el-Krim huye y el territorio es repartido entre España y Francia. Esta victoria es, sin duda, el triunfo más espectacular del gobierno de PRIMO DE RIVERA, y sienta las bases de la política exterior de la Dictadura en el futuro. La voluntad de permanencia en el poder del general PRIMO de RIVERA a partir del año 1925, a pesar de que él mismo ha indicado la provisionalidad de su régimen, se basa precisamente en que haya solucionado un problema que ha sido la pesadilla de todos los gobernantes españoles desde el año 1898.

En diciembre de 1925, tras la victoria española en Alhucemas, el jefe rifereño presenta a Francia y España un tratado de paz cuyas condiciones son consideradas inadmisibles tanto por Madrid como por París; tras una serie de negociaciones, y ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, en mayo de 1926 se reanuda la campaña. Los españoles, al mando del general SANJURJO, consiguen importantes éxitos, los rifereños abandonan a su jefe ABD EL-KRIM que, al verse solo, se rinde en la fecha entregándose a los franceses. A partir de este momento, España comienza a pacificar las regiones de Gomara y Yebala que, a finales de julio del año siguiente, pueden considerarse completamente sumisas.

En 1926, una vez solucionado el problema de Marruecos, PRIMO de RIVERA vuelve a presentar sus reivindicaciones, que pueden resumirse en la entrega de Tánger a España; a ello se une el deseo español de tener un puesto permanente en el Consejo de la Sociedad de Naciones. PRIMO de RIVERA plantea conjuntamente las dos cuestiones, a pesar de no estar relacionadas entre sí, a fin de obtener satisfacción en al menos uno de los dos casos, pero logrará muy poco.

La imposibilidad de realizar una serie de reformas básicas y al no ser capaz el gobierno de CALVO SOTELO de atraerse a las clases medias de la población, cada vez se encuentra más aislado, y se acentúa la represión imponiéndose una especie de estado policial que acentúa el malestar de la opinión pública. Incluso el propio ALFONSO XIII ve en la dictadura un peligro para la disciplina militar.

En la Sanjuanada participan gentes de las más diversas ideologías, desde dirigentes republicanos y anarcosindicalistas hasta militares, pasando por viejos políticos; únicamente el Partido Socialista no participa en el movimiento. A pesar de la amplitud de fuerzas no deja de ser un intento de salvar la monarquia con la participación exclusiva de los representantes de la oligarquia y carente del apoyo de las masas obreras a las que ni siquiera se preocupan de informarles sobre sus propósitos, que desde su gestación está condenado a fracasar.

La oposición militar al régimen dictatorial obedece a motivos dispares en los que, sin duda, hay un factor personal importante o un motivo político. Así, la oposición de los generales López Ochoa y Queipo de Llano tiene su origen en una serie de razones que van desde el enfrentamiento personal con PRIMO de RIVERA hasta el común liberalismo de los dos militares citados. Más grave para el Dictador es que, en 1926, dos prestigiosos generales responsables de importantes organismos militares, Aguilera y Weyler, conspiraran con la «vieja política». Esta colaboración entre políticos y militares se manifiesta, en junio de 1926, en los sucesos de la llamada Noche de San Juan (la sanjuanada), que es producida por un conflicto artillero.

Se produce en Catalunya un levantamiento contra la dictadura denominado «La Sanjuanada», dado que ocurre en la noche de San Juan. En principio se piensa en un levantamiento en Valencia pero sus principales dirigentes, el general Aguilera, el coronel Segundo García y el teniente coronel Bermúdez de Castro, son detenidos. Ante esto se piensa en Tarragona y posteriormente en Barcelona, pero el movimiento fracasa. A pesar de la amplitud de fuerzas no deja de ser un intento de salvar la monarquía con la participación exclusiva de los representantes de la oligarquía y carente del apoyo de las masas obreras a las que ni siquiera se preocupan de informarles sobre sus propósitos, que desde su gestación está condenado a fracasar. Además de oficiales de diversas guarniciones, participan en este levantamiento grupos de ideología muy diversa, desde políticos de la vieja escuela hasta dirigentes republicanos.