El ejército catalán contratado por Wadih -cabecilla andalusí de origen eslavo, oficial de Almanzor y gobernador de la frontera superior (Medinaceli) y del Magreb-, está formado por unos 9.000 hombres y cuenta con una buena parte de la nobleza. Los efectivos musulmanes que se les unen, suman unos 30.000. En la fecha, llegan ante Córdoba y después de algunas acciones bélicas de signo diverso, los catalanes entran en la ciudad -batalla de El Vacar- y la saquean obteniendo un gran botín. MUHAMMAD al-MAHDI -Mohamed II- es restaurado en el trono cordobés. El año 1010 es conocido en las crónicas musulmanas como el “año de los francos”, palabra con la que eran conocidos los cristianos provenientes del Nordeste de la Península en el mundo islámico. Estos cristianos también eran conocidos por “francos”, o por “gente de Barcelona” por los demás reinos peninsulares. Precisamente el sentimiento catalán se formó por la oposición a francos y musulmanes y las expediciones sobre Córdoba por los condes catalanes eran consideradas, desde Catalunya, como dirigidas a “Hispania”.

Ermengol I de Urgell, deja un hijo de edad muy tierna, ERMENGOL II, bajo la tutela de RAMON BORRELL I de Barcelona, hermano de Ermengol I. De esta manera se refuerzan los lazos , siempre muy íntimos, entre los dos condados separados, en 992, por la última voluntad del conde Borrell.

Pocos meses depués de la expedición a Córdoba es celebrado en la Seu de Urgell un magno sínodo provincial presidido por el arzobispo de Narbona, con asistencia del conde RAMÓN BORRELL I y la condesa ERMESSENDA, así como otros condes y obispos de la Marca. Sin duda la expedición a Córdoba ha acrecido notoriamente el prestigio del conde RAMÓN BORRELL I siendo considerado este sínodo como el magno colofón espiritual de la empresa de Córdoba.

Las luchas de los años anteriores han paralizado e incluso hecho retroceder la obra repobladora reemprendida por el conde BORRELL II en los últimos años de su reinado. Así, pues, después de la acción en Córdoba se trata de ampliar las fronteras. La descomposición del califato permite un amplio movimiento de restauración primero e inmediatamente de ampliación de las marcas o fronteras, particularmente en las del mediodía del condado de Barcelona. Sin duda no debe ser extraño a este movimiento el producto de la expedición del año 1010, buena parte del cual es invertido en la colonización de nuevas tierras y en la construccion y reconstrucción de fortalezas y castillos.

La frontera de la Marca Hispánica ha permanecido prácticamente estática durante dos siglos. En el año 1015, RAMON BORRELL I la lleva del Llobregat (o de Garraf) al río Gaià (Vendrell).

Durante los últimos años de RAMON BORRELL I se registra el viaje del conde de Castilla, SANCHO GARCÍA, y su séquito a Zaragoza. Allí ambos condes conciertan la boda de BERENGUER RAMON, hijo del conde de Barcelona y aún muy niño por aquel entonces, con SANCHA, hija del castellano.

Las distintas alianzas e intereses entre los pequeños reinos y estados de la Península obliga en 1017 a RAMON BORRELL I a una nueva expedición sobre el califato. El conde no llega a luchar porque se siente mal y tiene que regresar a su condado. Después de algunos enfrentamientos por la comarca de Granada, su ejército regresa sin haber conseguido ninguna victoria pero con una buena soldada y un importante botín. Estas campañas representarán grandes ventajas para el condado de Barcelona. El magnífico pago conseguido y la importancia de los botines logrados hacen llegar gran riqueza -sobre todo oro- a estas comarcas que se benefician de ello.

Fallece -en la fecha- el conde de Barcelona, RAMON BORRELL I, siendo enterrado en el claustro de la antigua catedral de la Santa Creu de Barcelona.