La pérdida de Cuba y Filipinas perjudica la economía catalana -y también a la peninsular en general- que se ve privada de unos mercados que cuenta como propios. Las repercusiones más importantes son en el sector del algodón que ya atraviesa una coyuntura negativa. Los fabricantes efectúan reducciones de plantillas sustituyendo mano de obra masculina por femenina. Hasta 1901 se sucederán las huelgas a fin de mantener los lugares de trabajo.

El gobierno español nunca ha sabido con exactitud cuántos de sus soldados han permanecido prisioneros en manos tagalas. Eugenio MONTERO RÍOS, presidente del Senado y de la delegación española, dice que han sido entre 10.000 y 12.000, pero sin más concreción. Emilio AGUINALDO, el líder de la revolución, anota en una carta que son 11.000. Nunca se conocerá con exactitud la peripecia de aquellos militares perdidos al otro lado del mundo. Muchos de sus familiares les darán por muertos. La mayor parte pasará un auténtico calvario de penal en penal; otros incluso serán esclavizados por sus vencedores, que se vanagloriarán de tener a un oficial español como sirviente. Mientras la política española cierra los ojos tras la humillante derrota, sólo sus familiares siguen clamando por su libertad. Incluso nacerá en Madrid una revista, «El prisionero», dedicada a su vindicación. (Las naciones siempre tienen una guerra que olvidar; fracasados conflictos en los que no hay perdón para los que en ellos combaten. Incluso la sociedad se esfuerza en arrinconar su recuerdo. Filipinas fue el Vietnam español: una conflagración que no se podía ganar, a la que no se buscó soluciones y que finalmente sólo dejó tras de sí una estela de muerte y frustración.)

Las repercusiones de la pérdida del imperio colonial español tienen gran alcance, y sirven para sacar a flote las deficiencias del sistema de la Restauración. Cunde la desmoralización, y el ejército, humillado, atribuye sus insuficiencias a la incuria de los políticos. Se pone de manifiesto con todo su dramatismo la injusticia del sistema de servicio militar, las «cuotas», que permiten a los ricos librarse del reclutamiento pagando, con lo que las filas del ejército se nutren sólo de desheredados. También la llamada cuestión social empieza a dar muestras de virulencia. Los trabajadores de la industria y los servicios componen ya un tercio de la población, y los obreros empiezan a organizarse y entre ellos gana adeptos el ideario anarquista (En torno a los 40.000 afiliados por estas fechas). El auge del comercio vinícola termina al recuperarse los viñedos franceses y al penetrar la filoxera en España. Por otra parte, se ha procedido a una plantación masiva de vid en detrimento del trigo, base de la alimentación tradicional, con lo que se produce una situación de escasez y aun de hambre. La aceptación mundial del aceite de oliva anima considerablemente este sector, pero las peculiaridades que impone la recolección de la aceituna fomentan el empleo precario y la proletarización de amplias masas del campesinado del Sur.

En 1893, FERRER I GUÀRDIA se separa de Teresa Sanmartí y en 1899 se casa con Leopoldine Bonnard, maestra librepensadora, con la que recorre Europa. Con Leopoldine tendrá un hijo. En este tiempo aprovecha para concebir los conceptos educativos anarquistas que luego aplicará en España en sus proyectos y conoce a un grupo de anarquistas y anarcosindicalistas (Jean Grave, Jean Jaurés, Federico Urales o Anselmo Lorenzo), que le influyen decisivamente en su pensamiento. Distintos testimonios coinciden en que, al igual que Rousseau, el pedagogo FERRER I GUÀRDIA, obsesionado con la educación de toda la humanidad, se desentendió notablemente de su propia progenie.

Los escritores del Regeneracionismo reaccionan contra la descomposición del sistema canovista publicando estudios y ensayos que denuncian esta situación, que llega a hacerse evidente con la derrota del técnicamente obsoleto ejército español en la guerra con Estados Unidos en 1898 y la pérdida de lo que quedaba del imperio colonial español (Cuba, Puerto Rico y las Islas Filipinas). El autor más importante de este movimiento y en cierto modo su líder fue Joaquín Costa, que causó una auténtica conmoción con sus obras Colectivismo agrario en España (1898) y Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España (1901)

Se funda el diario en catalán de más larga duración que se publicará en Barcelona desde el 1 de enero de 1899 hasta el 8 de enero de 1937: ‘La Voz de Catalunya’. Se publican dos ediciones diarias bajo la dirección de Enric PRAT DE LA RIBA y con un importante cuerpo de redactores, entre los cuales podemos citar a Casellas y a CAMBÓ. El nuevo diario se erige en portavoz del catalanismo conservador y posibilista que dos años más tarde fundará la Lliga Regionalista de Catalunya. La combatividad de los primeros tiempos le provocará suspensiones (1900-01) e incluso el asalto militar a la redacción en 1905. Se dota de una estructura moderna y cuenta con un equipo importante de colaboradores, entre ellos la mayoría de los miembros de la corriente «noucentiste”.

La música de Richard Wagner había ido progresando lentamente gracias a los esfuerzos de una primera «Sociedad Wagneriana», hasta que con el estreno de ‘La Walkíria’ (1899), ‘Tristany y Isolda’ (8/11/1899) y ‘Siegfried’ (1900) se llega a su momento más dulce. La fascinación principal de los modernistas por la música wagneriana reside en que constituye un espectáculo total (síntesis escénica de todas las artes). Anteriormente, el 6/3/1883 se ha estrenado » Lohengrin» y el 11/2/1887 Tannhäuser

Alcanzada la independencia filipina, y ante el incumplimiento de las promesas de EEUU. hechas a los patriotas para que tomaran parte en la lucha contra España, éstos vuelven sus armas contra el nuevo ocupante. Cuando los americanos se establecen como nuevos amos de Filipinas, AGUINALDO, su dirigente, levanta una insurrección contra ellos, como ya hiciera contra los españoles en años anteriores. Se declara presidente de la República de Filipinas y ataca Manila el 4 de febrero de 1899. Es rechazado, y los filipinos recurren a la guerra de guerrillas, poniendo en marcha una auténtica insurrección. Aguinaldo será capturado y depondrán las armas. El general norteamericano responsable, Elwell Stephen Otis, y su segundo en el mando, Arthur MacArthur, aseguran en varias ocasiones que la insurrección está sofocada, pero no es así. Continuarán demandando más y más tropas, hasta que habrá 70.000 soldados norteamericanos en Filipinas, y aun así la insurrección proseguirá.

El Senado de los EEUU. ratifica el Tratado de París que termina la guerra Hispano-estadounidense.

POLAVIEJA entra a formar parte del gobierno de intenciones regeneracionistas formado por Francisco SILVELA como Ministro de la Guerra. No se cumplirá nada de lo pactado entre POLAVIEJA y los catalanes unos meses antes.