FERNANDO I de Antequera (Rey de la Corona de Aragón, Sicilia y Cerdeña) (1412-1416)

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FERNANDO I encarga a su primogénito ALFONSO el cuidado de la recuperación económica de los reinos.


Enfrentado a la fuerte crisis catalana, FERNANDO I intenta restablecer la antigua preponderancia en el Mediterráneo, por ello, encarga a su primogénito ALFONSO el cuidado de la recuperación económica de los reinos.

FERNANDO I encarga a su hijo ENRIQUE que controle el Consejo real castellano.


FERNANDO I encarga asimismo a su hijo ENRIQUE que controle el Consejo real castellano. Por otra parte, encarga al nuevo arzobispo de Toledo, SANCHO de Rojas, un partido que defienda sus intereses dentro de dicho Consejo real de Castilla.

De los tres papas reinantes queda sólo por reducir la obstinación de BENEDICTO XIII.


De los tres papas reinantes queda sólo por reducir la obstinación de BENEDICTO XIII, y el Concilio de Constanza confía al rey de romanos SEGISMUNDO la gestión diplomática que obtenga la renuncia al presunto sumo pontificado. Le acompañan doce prelados designados expresamente por los Padres del Concilio. SEGISMUNDO rey de de Alemania y el rey de Francia envían embajadas a FERNANDO I, pidiéndole que les acompañe.

Entrevista de Fernando I de Aragón con el Papa Benedicto XIII en Perpignan. Se niega a abdicar.


La entrevista de FERNANDO I de Aragón con BENEDICTO XIII se efectúa en Perpignan y no obtiene más resultado que una renovada excomunión al Concilio y amenazas de deposición a varios príncipes. BENEDICTO XIII, convencido de que él es el único papa legítimo, se niega vez tras vez a abdicar.

FERNANDO I hace retirar después de tres requerimientos, la obediencia al papa BENEDICTO XIII


FERNANDO I, que siempre ha sido uno de los máximos apoyos de BENEDICTO XIII, aconsejado seguramente por VICENTE FERRER, hace retirar, en la fecha, después de tres requerimientos, la obediencia al papa BENEDICTO XIII, obligándole a refugiarse con algunos servidores en el castillo familiar de Peñíscola (Castellón), desde donde lanza anatema contra el rey y declara en entredicho los lugares en los que no sea publicado su decreto de excomunión. Castilla sigue con su obediencia a BENEDICTO XIII y en Catalunya y Aragón seguirá teniendo algunos partidarios. El odio de BENEDICTO XIII por FERNANDO I es tan grande que cada día reitera la excomunión contra el rey.

FERNANDO I de Antequera en Barcelona se niega a pagar el impuesto del “vectigal”


A finales de febrero de 1416, FERNANDO I de Antequera que ha regresado enfermo de su viaje a Perpinyà para tratar con el papa BENEDICTO XIII, se encuentra en Barcelona. Los criados de su casa se niegan -en la fecha- a pagar el impuesto del “vectigal” que el Consell de Cent tiene establecido sobre los alimentos. Esta actitud promueve un gran descontento, dado que se considera una ofensa a los privilegios y a la autoridad del municipio. Los consejeros aprovechan una visita que tienen concertada con el rey para pedirle que pague el impuesto. FERNANDO I sigue opinando que ni él ni la reina deben pagar impuesto alguno.

Joan FIVELLER trata de convencer al rey de que pague el impuesto pero no lo consigue.


Reunido el Consell de Cent, éste en representación de la ciudad se reafirma en su derecho y decide hablar en términos muy duros al rey, aunque la documentación oficial no llega a explicar el desenlace del asunto. Parece que Joan FIVELLER, que es consejero y amigo del rey, trata de convencerlo de que pague el impuesto pero no lo consigue. Es posible que uno de los servidores del rey, pague el impuesto. La actitud de Barcelona, representa el triunfo momentáneo de unos privilegios que peligran ante el creciente poder real.

FERNANDO I en Igualada nombra a Fivaller albacea mayor en su testamento. El rey fallece de unas fiebres fulminantes.


FERNANDO I, disgustado por el incidente del pago del vectigal en Barcelona, no acaba de encontrarse bien. A pesar de ello, decide marcharse de la ciudad, pero a la altura de Igualada se encuentra peor por lo que tiene que detener la comitiva. Por indicación de la reina acude FIVALLER, demostrando al rey que los catalanes tienen el mismo respeto por sus leyes que por sus soberanos. FERNANDO I en agradecimiento al gesto de FIVALLER le nombra, en el último momento, albacea mayor en su testamento, recomendándole cuide de su hijo ALFONSO. El rey fallece de unas fiebres fulminantes.