Tras la muerte de LUIS de Requesens, las tropas, descontentas, se niegan a seguir combatiendo por la causa de la Corona sino cobran su soldada. Se fragmentan, pues, en grupos mandados por improvisados caudillos, dedicándose al pillaje, al robo y a las masacres más injustificadas como empresa propia ya totalmente descontrolados. Y así, estos tercios abandonan sus posiciones y muchas plazas fuertes tomadas y se encaminan a Brabante para ir de allí, según sus pretensiones, a Bruselas. Los soldados arrastrarán a sus oficiales y la guerra se continuará por inercia, no contra el enemigo, sino contra una pluralidad de adversarios, aquellos que por una u otra causa hacen frente a las bandas de forajidos y cuerpos armados.

Las 17 provincias de los Países Bajos eligen como estatúder al beligerante Guillermo de Orange. (Previamente lo ha sido por las provincias más beligerante: Holanda y Zelanda)

Las ciudades de Alost, Maestricht, Gante, y, en la fecha, Amberes… son brutalmente saqueadas por las amotinadas tropas españolas. Ante ello, tanto las provincias rebeldes: Holanda y Zelanda como las que se han mantenido leales al rey arbitran una forma de colaboración lanzándose ambos bandos sobre los amotinados. GUILLERMO de Orange va consolidando gradualmente su liderazgo y dirigiendo una campaña contra FELIPE II para obligarle a conceder medidas de tolerancia religiosa y cierto grado de autonomía política. El saqueo de Amberes, además de quebrantar los esfuerzos españoles significa que “poner una pica en Flandes”, es decir, sostener el ejército, trasladarlo desde España vía marítima o desde Italia vía terrestre, no es una frase: es una dura realidad. En Flandes se pierden haciendas, vidas e imágenes de prestigio.

La actividad de D.JUAN de Austria, hermano natural de FELIPE II y gobernador de los Países Bajos, es sustitución del drástico duque de Alba y de Luis de Requesens, obtiene rápidos resultados. Aprovechando las divisiones dentro del bando rebelde, llega al llamado “Acuerdo Perpetuo”, según el cual los rebeldes aceptan el catolicismo y le reconocen su autoridad, a cambio de los cual los tercios abandonarán los suelos de los Países Bajos admitiéndose importantes concesiones. GUILLERMO de Orange, hasta entonces dirigente de la sublevación, es, con alguno de sus partidarios, el único que no acepta el compromiso. Según lo pactado, los tercios abandonan los Países Bajos.

FELIPE II comprobando la endeblez de lo pactado, cambia de opinión y hace volver a las tropas españolas, retirando, a su vez, las concesiones religiosas. GUILLERMO de Orange es insultado no sólo por los realistas, sino también por los calvinistas. Todos están contra él. GUILLERMO está horrorizado, pero parece incapaz de controlar la furia dogmática de sus aliados.

Empieza la reconquista de las provincias rebeldes de los Países Bajos que reciben ayuda del Duque de Anjou, hermano del rey francés. ALEJANDRO Farnesio dirige una brillante campaña utilizando la fuerza y el soborno. Consigue separar las provincias del Sur, católicas, de las provincias del Norte, protestantes. Las provincias del sur -católicas, más adictas a la tradición feudal y al monarca español- son de nuevo sometidas a la obediencia española. Las provincias de Artois, Hainaut, Flandes, Brabante, Namur, Lieja, Limburgo, Luxemburgo y Güeldres superior, católicas, fundan la “Unión de Arras”.

Tras la firma el 6 de enero de 1579 de la Unión de Arras por parte de algunas provincias del sur en apoyo a la corona española, las provincias del norte, con mayoría protestante, reaccionan firmando la Unión de Utrecht. El documento recoge el derecho de cada provincia a mantener sus tradiciones, la unión militar de todas ellas y la libertad de culto religioso. Aunque todavía se reconoce a la corona española como gobernante de las provincias, el acuerdo deteriora mucho las relaciones con el rey. Así, pues, la Unión de Utrecht es un acuerdo firmado en la ciudad holandesa de Utrecht el 23 de enero de 1579 entre las provincias rebeldes de los Países Bajos lideradas por GUILLERMO de Orange (Frisia, Groninga, Güeldres, Holanda, Overijssel, Utrecht y Zelanda), en este tiempo enfrentadas a la corona española durante la guerra de los ochenta años. Está considerada como el origen de la República de las Provincias Unidas -un estado que con frecuencia suele ser llamado erróneamente Holanda-. La República de las Provincias Unidas no será reconocida oficialmente hasta la firma de la Paz de Westfalia en 1648.

Declaración de Independencia de las siete provincias que han firmado la “Unión de Utrecht”, proclamando la “República de los Países Bajos Unidos” o “Provincias Unidas”. Se depone a FELIPE II de España y se nombra a FRANCISCO de Anjou. Es un Estado soberano, protestante, de tendencia liberal, siendo su primer “estatúder” o gobernador GUILLERMO de Orange. (Oficialmente, no se reconocerá la independencia de las Provincias Unidas del Norte hasta la culminación del conflicto europeo de la Guerra de los Treinta Años, con la Paz de Westfalia (1648)).

GUILLERMO de Orange, publica su “Apología” (Cargos contra el gobierno de los españoles: origen de la “Leyenda negra”)

Francia, Inglaterra y la naciente Holanda ven con malos ojos el aumento de poder y riqueza de FELIPE II. Los franceses son los primeros en utilizar buques de guerra contra la hegemonía del rey hispano en el Atlántico.