REINO DE SICILIA (Sicilia parte insular) (1285 - 1516)

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El episodio de las Vísperas Sicilianas en 1282 provocó la división del reino. La Sicilia insular quedó bajo dominio de Pedro el Grande, rey de Aragón, y la Sicilia continental formará el reino de Nápoles bajo dominio angevino.

(Ver Guía de lectura)

El reino de Sicilia se divide en dos partes de forma permanente. La parte continental, Nápoles, y la parte insular, Sicilia.


Tras las Vísperas sicilianas en 1282 y tras el fallecimiento de Carlos I en enero de 1285 y de Pedro III de Aragón en noviembre de 1285, el reino de Sicilia se divide en dos partes de forma permanente, pero como ambos reyes y sus sucesores se denominan como rey de Sicilia, para distinguirlos se emplea Rey de Nápoles para el de la parte continental, y Rey de Sicilia para el de la parte insular, también conocido, en ciertas épocas, como Rey de Trinacria.

JAIME II el justo, el segundogénito de Pedro III el Grande, al morir su padre recibe Sicilia (1285-1296)


JAIME II el Justo, el segundogénito de Pedro III de Aragón y I de Sicilia, recibe Sicilia (1285-1296), que queda constituida en dominio de los reyes de Aragón, no de la corte ni del reino de Aragón, sino del propio rey y a título individual. En ningún momento las fuerzas políticas han querido ir más allá, rechazando toda vinculación con el resto de los dominios de la corona de Aragón fuera de la unión personal con el soberano. De hecho, Sicilia nunca se sentirá integrada en la Corona de Aragón, siendo bastantes las revueltas que se originarán por la nunca aceptada presencia de nobles de la Corona en la Isla considerada reino independiente. Esta división que pretende apartar de la Corona la presión internacional y dar cierta satisfacción al Papa HONORIO IV, enemigo de un poder fuerte en Sicilia, no resolverá el conflicto.

HONORIO IV se niega a reconocer al hijo primogénito de Pedro III, ALFONSO III como rey de Aragón y a JAIME II como rey de Sicilia.


Aunque de edad avanzada y enfermo de gota, ello no impide a HONORIO IV ocuparse de la situación siciliana en la que no sólo mantiene la excomunión que su antecesor MARTÍN IV ha lanzado sobre PEDRO III de Aragón al hacerse con la corona de Sicilia como consecuencia de las llamadas Vísperas sicilianas; sino que a la muerte de éste, en 1285, se niega a reconocer a su primogénito ALFONSO III como rey de Aragón y a su segundo hijo JAIME II como rey de Sicilia. De inmediato, JAIME II el Justo es excomulgado, en la fecha, por el papa HONORIO IV, junto a los obispos que participaron en su coronación. JAIME responde a la excomunión enviando una flota que destruye la ciudad de Astura.

Los angevinos, aliados con los franceses y el Papa intentan invadir Sicilia, pero ROGER de Lauria los derrota.


Los angevinos, aliados con los franceses y el Papa intentan invadir Sicilia, pero ROGER de Lauria los derrota definitivamente -en la fecha- delante de Nápoles. Esta victoria da mayor seguridad a JAIME, hijo de Pedro III el Grande y decide a FELIPE IV de Francia a preparar una nueva invasión de Aragón.

El Papa NICOLÁS IV, corona como rey de Nápoles y de Sicilia a CARLOS II de Anjou. No reconoce a JAIME II el Justo como rey siciliano.


El papa NICOLAS IV mantiene el apoyo a CARLOS de Anjou que le brindaran su antecesores. En vano intenta convencer a la Casa de Aragón para que devuelva Sicilia al de Anjou, pero por mediación de EDUARDO I de Inglaterra, señor de Aquitania, que ha prometido a su hija en matrimonio con ALFONSO el Liberal, consigue que éste firme, en la fecha, con Francia y el Pontificado el Tratado de Canfranc para regular el problema siciliano y acordar la puesta en libertad de CARLOS II el Cojo de Nápoles a cambio de la entrega de otros rehenes y la promesa de trabajar por la paz.  Pero parece que nadie cumple con su compromiso y ALFONSO, por su parte, da preferencia a la solución militar, que incluye no sólo la defensa de Sicilia, sino también la lucha contra Francia, cuyas tropas amenazan los dominios catalano-aragoneses desde los Pirineos y desde Navarra. Así, pues, NICOLÁS IV, corona como rey de Nápoles (y también de Sicilia) a CARLOS II de Anjou (proclamado sucesor de su padre Carlos I, en 1285) a cambio de que reconozca su vasallaje al pontífice; negándose por lo tanto a reconocer a JAIME II el Justo como rey siciliano, título que este ostenta desde que en 1285 sucedió a su padre, Pedro III de Aragón.

Tratado de Tarascón. Se levanta el entredicho a Pedro III. Soberanía de Aragón sobre las Baleares. Sicilia será entregada al Papa.


Las consecuencias favorables de las Cortes Generales celebradas en Monzón en 1289 se ven reflejadas en los resultados: En febrero de 1291 se firma el Tratado de Tarascón o Brignoles por el cual se levanta el entredicho al rey PEDRO III y se revoca la donación papal a favor de CARLOS de Valois y se reconoce la soberanía de la Corona de Aragón sobre las islas Baleares. Por su parte, ALFONSO el Liberal deberá ir a Roma a entregar treinta onzas de oro, deberá peregrinar a Tierra Santa y deberá retirar a sus vasallos de Sicilia, que será entregada al Papa. Pero el tratado no llegará a ponerse en práctica…

A la muerte de ALFONSO III el Liberal, que muere soltero, le sucede su hermano JAIME II el Justo.


A la muerte de ALFONSO III el Liberal, que muere soltero, le sucede en el trono de la Corona de Aragón, su hermano JAIME II el Justo (1291-1327). JAIME II, en la fecha, llega a Barcelona, jura los privilegios y las libertades de Catalunya, y va a Zaragoza para coronarse. De hecho, Alfonso a su muerte, deja Valencia, Aragón, Mallorca y el Condado de Barcelona a su hermano JAIME con la condición de que renuncie al trono de Sicilia del que ya es rey desde 1285 a favor de su otro hermano FEDERICO. JAIME II, sin embargo, decide ser rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca y conde de Barcelona y continuar como rey de Sicilia. El infante FEDERICO, es nombrado de momento, lugarteniente general de Sicilia (1291 – 1296). De nuevo se entra en guerra con los Anjou.

La falta de acuerdo en el tema de Sicilia distancia de nuevo a Castilla y la Corona de Aragón.


SANCHO IV que no quiere enemistarse con el rey de Francia y con el Papa, adopta, en el tema de Sicilia los razonamientos de éstos y, en unos encuentros en Guadalajara y Logroño y, posteriormente, en la fecha, en la frontera navarra, entre JAIME II el Justo, CARLOS de Anjou y el propio SANCHO IV como mediador, quiere persuadir a JAIME II de que renuncie a Sicilia. La falta de acuerdo distancia de nuevo a Castilla y la Corona de Aragón, preludio de nuevas hostilidades.

El tema de Sicilia empuja a JAIME II el Justo, ya rey de Aragón, a buscar negociaciones directas con CARLOS de Anjou.


El tema de Sicilia empuja a JAIME II el Justo, ya rey de Aragón, a buscar negociaciones directas con CARLOS de Anjou (La Junquera, 1293). En esta reunión, JAIME II anuncia por primera vez su disposición a entregar Sicilia a cambio de adecuadas compensaciones, posiblemente en Córcega y Cerdenya. Los contactos resultan fructíferos y allanan los caminos para la definitiva solución del conflicto de Sicilia.

Reequilibrio entre los reyes de Francia y los Anjou, por un lado, y la Corona de Aragón, por el otro.


Se pretende alcanzar en el Mediterráneo un reequilibrio entre los reyes de Francia y los Anjou, por un lado, y la Corona de Aragón, por el otro. Por otra parte, JAIME II el Justo, rey de la Corona de Aragón, no puede mantener por más tiempo la lucha que tiene abierta en distintos frentes, por lo que decide aceptar -en la fecha- el Tratado de Anagni, proclamado por el papa BONIFACIO VIII y destinado a conseguir aquel reequilibrio. Por este acuerdo, JAIME II se casará con BLANCA, hija de su rival en Sicilia, CARLOS de Nápoles. Por otra parte, JAIME II renunciará a Sicilia que deberá ser entregada al Papa. También se compromete a devolver las Islas Baleares a su tío JAIME II de Mallorca. Por su parte, FELIPE IV el Hermoso, rey de Francia, renunciará a sus pretensiones sobre Aragón. Una cláusula secreta estipula que, a cambio, el papa encomienda al Rey de Aragón la conquista de Córcega y Cerdeña, por lo que Sicilia seguirá estando bajo la influencia catalana. Lógicamente, FEDERICO de Sicilia, hermano menor de JAIME II, está en pleno desacuerdo con los términos de este tratado. Así también la reina madre CONSTANZA.