TRATADOS, PACTOS, CONVENIOS, CONFERENCIAS, DOCUMENTOS, DOCTRINAS, etc…

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Tratado de Cintra entre Portugal y Castilla para precisar sus límites de influencia en África.


Tratado de Cintra entre Portugal (MANUEL I) y Castilla (JUANA I). Su objeto es precisar definitivamente los límites entre las áreas de influencia de ambos reinos en el norte de África, definidos quince años antes en el Tratado de Tordesillas (1494). El tratado establece que, por un lado, Portugal desiste de la conquista del peñón de Vélez de la Gomera y del resto de territorios que se extienden hacia el este, que corresponderán a Castilla por estar en la jurisdicción del reino de Fez, dejando así Melilla, ya en manos castellanas desde 1497, y Cazaza, desde 1506, protegidas ante cualquier reclamación portuguesa. Por otro lado, Castilla reconoce la soberanía portuguesa sobre los territorios norteafricanos comprendidos entre Vélez y el cabo Bojador (en la costa atlántica). Adicionalmente, se acuerda que quien incumpla los términos del tratado deberá pagar una multa de cien mil doblas de oro. El tratado de Zaragoza, de 1529, firmado de nuevo entre Castilla y Portugal para delimitar las esferas de influencia de ambos reinos en Asia, no alterará los términos de la Capitulación de Cintra.

Obtenido de «http://es.wikipedia.org/wiki/Capitulaci%C3%B3n_de_Cintra»

Esta pieza también aparece en ... CORONA DE CASTILLA (1230-1716)

Fernando el Católico tiene noticias del Tratado de Blois entre Francia y Navarra, contrario a sus intereses políticos.


Fernando el Católico tiene noticias del Tratado de Blois, firmado el 18 de julio de 1512 entre Francia y Navarra, contrario a sus intereses políticos.

Esta pieza también aparece en ... CORONA DE CASTILLA (1230-1716)

FRANCISCO I de Francia negocia con los cantones suizos la «Paz Perpetua».


FRANCISCO I de Francia negocia con los cantones suizos la «Paz Perpetua» que significa el fin de la intervención helvética en la política general europea y un repliegue sobre sí misma y el primer paso hacia la neutralidad que se alcanzará siglos más tarde. Los cantones dan a Francia -por la firma de la «Paz Perpetua»- el derecho de reclutar entre ellos todos los soldados necesarios, a cambio de una suma anual. (El tratado será respetado hasta la caída de la monarquía francesa en 1792).

León X acude a reunirse con Francisco I de Francia, en Bolonia (Italia), donde negocia el Concordato.


LEÓN X acude a reunirse con FRANCISCO I de Francia, en Bolonia (Italia), donde negocia el Concordato de 1516, que da al rey de Francia el derecho de nombrar a los obispos y a los abades, asegurándose de este modo un clero manejable. El Concordato termina con cualquier vestigio de un principio electivo, en el cual los monjes o las canonjías catedralicias eligen a su abad u obispo: habrá durante cierto tiempo algunas protestas por parte de estas comunidades desencantadas con esto, cuyas aprobaciones de candidatos irán tornándose en una mera formalidad. Durante muchos años, el rey de Francia luchará para mantener a la Iglesia católica en su poder, y será avalado en esto por muchos que sostendrán sus políticas. Esto conducirá a la persecución de los no católicos bajo el reinado de FRANCISCO I, Enrique II, Francisco II y Carlos IX. Esta intolerancia religiosa conducirá a guerras civiles, conocidas en Francia como guerras de religión, y finalmente a la libertad religiosa en la forma del Edicto de Tolerancia, el Edicto de Saint-Germain promulgado por el regente de Carlos IX de Francia en 1562 y, finalmente, el Edicto de Nantes.

Tratados de Burgos y Tordesillas que otorgan la autonomía a Mónaco y reconocen a los Grimaldi.


Los Grimaldi, aunque convertidos por fuerza de las circunstancias en incansables guerreros, no olvidan sus dotes de hábiles negociantes y políticos. Por esa razón, AGUSTÍN I de Mónaco (1523-1532), decide, hábilmente, zafarse de sus enemigos más encarnizados a través de la protección de los poderosos reyes españoles que dominan Europa. Consecuencia de esta estratagema serán los tratados de Burgos y Tordesillas que otorgarán, en 1524, la autonomía a este pequeño estado con el consiguiente disgusto de italianos y franceses. Nace así un diminuto país que tiene un protector de excepción: el Emperador Carlos V que reconoce la soberanía de los Grimaldi sobre Mónaco.

Francia y España firman el llamado Tratado o Concordia de Madrid.


Se llevan a cabo varias gestiones para liberar a FRANCISCO I de Francia. Por fín, Francia y España firman el 14 de enero de 1526 el llamado Tratado o Concordia de Madrid. FRANCISCO I, tras haber escrito a su madre, Luisa de Saboya: «Todo se ha perdido, menos el honor y la vida, que se ha salvado», acepta diversas condiciones: Paz y amistad perpetuas, libres tratados en comercio y comunicación, restitución a CARLOS (V) del ducado de Borgoña y retirarse del Milanesado, quedando en prenda, para asegurar el cumplimiento de los pactos, los dos hijos de FRANCISCO I. FRANCISCO I es liberado sólo después de que haya firmado un tratado en el que renuncia a todas sus pretensiones sobre Italia, y en el que entrega el territorio borgoñón que se había anexionado LUIS XI. Naturalmente, en cuanto estuvo de regreso en Francia, impugnó el tratado aduciendo el obvio argumento de que le había sido impuesto mediante coacción.

Acuerdo -Tratado de Barcelona- entre los representantes del Papa CLEMENTE VII y los de CARLOS (V).


Se establece en Barcelona un acuerdo -Tratado de Barcelona- entre los representantes del Papa CLEMENTE VII y los de CARLOS (V) por el que se aseguran ayuda mutua ante el peligro turco y el equilibrio en la península italiana. Por otra parte, el emperador recibe la investidura del Reino de Nápoles.

Francia y España desean la paz. Se firma, pues, entre ambos, la Paz de Cambray o «Paz de las damas».


Francia y España desean la paz. Se firma, pues, un pacto en la ciudad francesa de Cambray (Paz de Cambray). A este tratado se le llama también: la Paz de las Damas. En efecto, en la localidad francesa de Cambray se reúnen -en la fecha- MARGARITA de Austria, tía de CARLOS (V), y LUISA de Saboya, madre de FRANCISCO I de Francia, con el objetivo de llegar a un tratado que pusiera fin a las hostilidades entre ambos monarcas. Por la firma de la Paz de Cambray, CARLOS I de España renuncia a Borgoña y devuelve sus dos hijos a FRANCISCO I. Éste, por su parte, renuncia al ducado de Milán, que es restituido a Francisco Sforza, feudatario del emperador, y renuncia también a sus derechos de soberanía en Flandes y en el Artois. Después de todo, el turco SOLIMÁN I el Magnífico, se halla a las puertas de Viena, y CARLOS no está en condiciones de regatear. Con todo eso, las guerras entre Francia y los Habsburgo continuarán y se mantendrán indecisas.

CARLOS (V) firma en Italia un convenio con los embajadores italianos para poder combatir a los turcos.


CARLOS (V) firma en Italia un convenio con los embajadores italianos para asegurar la paz entre los príncipes católicos y poder combatir a los turcos.