MAXIMIANO (César de Occidente 286-293)(Augusto de Occidente 293-305)

Total de piezas: 8

DIOCLECIANO nombra a MAXIMIANO Hercúleo césar confiándole la parte occidental del Imperio.


DIOCLECIANO tiene que enfrentarse con sublevaciones en muchas partes del Imperio, por lo que asocia al trono a MAXIMIANO Hercúleo, a quien da el título de césar, en el año 286, al tiempo que le confia la parte occidental del Imperio y se reserva para sí tanto la oriental como el poder preeminente.

El Imperio queda dividido en cuatro prefecturas, regidas por dos Augustos y dos Césares.


La nueva organización del Imperio romano iniciada por DIOCLECIANO, se prosigue en 293 dividiendo el Imperio en cuatro prefecturas, regidas por dos Augustos: DIOCLECIANO (Oriente /Nicomedia) y MAXIMIANO (Italia y África / Milán) y dos Césares (una especie de viceemperador): GALERIO (Iliria, Macedonia y Grecia / Sirmium) y CONSTANCIO Cloro el Pálido (Hispania, Galia y Britania / Tréveris y York), prefectos de sus respectivas guardias pretorianas, sujetos, respectivamente, a sus órdenes. GALERIO fija su residencia en Metrovica y CONSTANCIO Cloro en Tréveris en la Germania. Como condición para su nombramiento, ambos sucesores tienen que divorciarse de sus esposas y casarse con las hijas de sus emperadores. De hecho, pues, funcionan cuatro emperadores, componiendo la Tetrarquía imperial. Se establece la renovación del gobierno cada 20 años: los augustos cederán el poder a los césares, que a su vez nombrarán nuevos césares como ayudantes. Se pretende con todo ello, estrechar el control y disminuir los riesgos de las sublevaciones. Cuatro gobernantes y ninguno de ellos reside en Roma. Pero el Imperio continúa llamándose romano.

Pacificación del África del N. por MAXIMIANO.


Pacificación del África del N. por MAXIMIANO.

Esta pieza también aparece en ... ROMA (IMPERIO) (27 aC - 395 dC)

ACISCLO, con su hermana VICTORIA, padecen en Córdoba el martirio. En Montseerat hay una ermita.


ACISCLO, con su hermana VICTORIA, padecen en Córdoba el martirio, por orden y en presencia del pretor DIÓN, el año 304, durante la persecución de DIOCLECIANO Y MAXIMIANO, uno de los martirios más feroces de los que se tiene constancia. Después de ser abrasados en una gran fogata, se les sumerge en el río por burla. Sacados de él, son presentados en público; pero como VICTORIA predica a grandes voces su fe, se le cortan la lengua y los pechos y es asaetada; mientras que a ACISCLO se le aplica ya como golpe de gracia, el formulismo legal de la degollación. Córdoba honrará siempre a S.ACISCLO y Sta. VICTORIA (17/11), como sus mártires patronos, y, entre las ermitas a su recuerdo, destacará la de Montserrat.

Es decapitada Catalina de Alejandría. También Fileas y el filósofo Filoromo son martirizados.


El emperador MAXIMIANO acude a Alejandría para presidir una gran fiesta pagana. Catalina de Alejandría aprovecha esta ocasión para intentar la conversión del emperador al cristianismo, lo que despierta su cólera. Para ponerla a prueba le impone un debate filosófico con cincuenta sabios a los que tratará de convertir. Catalina lo logra, lo que provoca la ira del emperador, que hace ejecutar a los sabios, no sin proponerle antes a Catalina que se case con uno de ellos, a lo que ella se niega rotundamente. El Emperador ordena, entonces, que torturen a Catalina utilizando para ello una máquina que tiene unas ruedas guarnecidas con pinchos. Milagrosamente las ruedas se rompen al tocar el cuerpo de Catalina. Obstinado, MAXIMIANO ordena su ejecución y es decapitada. Por otra parte, en este mismo año el obispo egipcio Fileas y el filósofo Filoromo son martirizados y muertos en Egipto por no retractarse de sus creencias.

Son exaltados a Augustos: CONSTANCIO I CLORO (en Occidente) y GALERIO (en Oriente e Italia).


En la fecha, DIOCLECIANO, abrumado por los graves problemas económicos y políticos en los que se halla inmerso el Imperio romano, abdica en Nicomedia (hoy Izmir, Turquía) y obliga a MAXIMIANO, el coemperador, a hacer lo mismo que él ha hecho, (será el primer emperador en hacerlo voluntariamente). Son exaltados a Augustos: CONSTANCIO I CLORO (en Occidente) y GALERIO (en Oriente e Italia). Son elegidos Césares: SEVERO (Occidente) y MAXIMINO DAIA (Oriente). La elección de los césares pone en peligro la fidelidad y coherencia de la política laboriosamente trazada por Diocleciano, pues excluye de la posibilidad de acceder al poder imperial a MAJENCIO, hijo del retirado augusto Maximiano y a CONSTANTINO, hijo del ascendido Constancio. Seguramente tiene que ver con su rechazo las ambiciones personales de ambos candidatos. De estos cuatro sólo CONSTANCIO I CLORO -que gobernaba Francia, España y Bretaña- favorecerá a los cristianos. GALERIO, en Oriente, será implacable en sus persecuciones.

Al final del año 307 había 4 augustos: Constantino, Majencio, Maximiano y Galerio y un solo césar, Maximino Daya.


Comienza así un período de 20 años de conflicto que culminará con la asunción del poder absoluto por Constantino el Grande. De este primer grupo de contendientes el primero en caer fue Severo traicionado por sus tropas; mientras que por su parte Constantino y Maximiano concertaban una alianza. Al final del año 307 había 4 augustos: Constantino, Majencio,Maximiano y Galerio y un solo césar, Maximino Daya. A pesar de la mediación de Diocleciano, al final del año 310 la situación era aún más confusa con siete augustos: Constantino, Majencio, Maximiano, Galerio, Maximino, Licinio —al que había introducido en la pugna Diocleciano— y Domicio Alejandro, vicario de África y autoproclamado augusto. En este entorno convulso comenzaron a desaparecer candidatos: Domicio Alejandro fue asesinado por orden de Majencio; Maximiano se suicidó asediado por Constantino y Galerio falleció por causas naturales.

Batalla en las cercanías de Marsella entre MAXIMIANO y CONSTANTINO. Vence este último.


Batalla en las cercanías de Marsella entre tropas leales a MAXIMIANO, quien quiere recuperar el poder perdido, y las de CONSTANTINO, venciendo este último y no quedando claro si MAXIMIANO es asesinado o se suicida, a instancias de CONSTANTINO. Éste renuncia a su filiación y se declara descendiente del emperador Claudio el Gótico, proclamando así su desvinculación con los tetrarcas, admitiendo tácitamente su aspiración a ser el único dueño del Imperio.