Cuando ALFONSO XIl y su esposa María Cristina regresan a palacio después de un paseo por el Retiro, sufren un nuevo atentado del que salen ilesos. Un panadero de nombre Francisco Otero dispara a la pareja real. Al oír la detonación, la Reina se abraza a su esposo con ánimos de protegerle; pero la bala sale rozando la cabeza del monarca sin causarle ningún daño. Como en el anterior intento regicida, ALFONSO XII intercede ante CÁNOVAS para conmutar la pena capital de su agresor; sin embargo, ésta será ejecutada.

A partir de 1880, se constata que la bandera cuatribarrada empieza a ser tomada por los incipientes catalanistas como un símbolo o enseña. Poco a poco, esta bandera desplaza a otras como la de Sant Jordi, que aún es querida por todos los catalanes. Así, los centros catalanistas se van engalanando de cuatribarradas.

Celebración en 1880-1881 del Congreso Catalán de Jurisconsultos, exponente del movimiento que en defensa del derecho catalán se ha producido como reacción contra los proyectos de codificación del derecho civil español.

El uso público del catalán es una de las principales reivindicaciones del movimiento catalanista. Por eso, la proliferación de publicaciones catalanistas es un síntoma claro de expansión del movimiento por todo el país. Durante la etapa 1880-1904 se publican tres diarios de inspiración catalanista: Diari Català, fundado por Valentí Almiralll en 1879, La Renaixensa, revista desde 1871 y diario a partir de 1881, y La Veu de Catalunya, órgano de la Lliga Regionalista y muchos seminarios y publicaciones de periodicidad diversa. Las publicaciones catalanistas acostumbran a ser el portavoz de alguna entidad local o comarcal, o bien tienen un carácter literario o claramente político. Entre estas últimas hay una pluralidad ideológica notable que va desde las revistas de inspiración ultracatólica y tradicionalista hasta otras de carácter democrático y republicano. La mayor parte de estas publicaciones se editan en Barcelona o en las ciudades o comarcas más desarrolladas del país: litoral y prelitoral, de Figueres fins a Reus, y en la comarcas centrales del Principado.

Ley de la abolición de la trata de esclavos en España ya en el reinado de ALFONSO XII. Se refería únicamente a los que quedaban en Cuba y Filipinas, aunque su aplicación fue gradual, y hasta 1886 no llegó la abolición del Patronato, órgano que canalizaba el tráfico.

En mayo de 1890 Calixto García desembarca en Cuba, en momentos en que buena parte de los alzados han desistido del combate, azotados por la falta de recursos y de alimentos. Las carencias y la falta de apoyo del exterior, sumadas a las precarias condiciones y a la falta de unidad y organización, hacen que la Guerra Chiquita no prospere en sus objetivos. Esta nueva guerra ha comenzado llena de energía y entusiasmo, pero no llega a suficiente magnitud porque el país desea la paz.

En Cuba, el Partido Autonomista declara su oposición a la lucha armada. Además desarrolla una campaña difamatoria, en la cual acusa al movimiento de ser sólo una revuelta de negros contra blancos, y amenaza con que esta contienda abocará a Cuba a una revuelta racial comparable a la de Haití. En realidad la Guerra Chiquita es un jalón imprescindible en la historia de Cuba, y si de momento no triunfa, sí sienta bases y prepara las condiciones para iniciar la contienda de 1895.

Práxedes Mateo SAGASTA funda el Partido Liberal-Fusionista. Fusión de centristas, como Alonso Martínez, Martínez Campos -que ha abandonado las filas conservadoras- y Vega de Armijo.

Ante la figura exuberante y el carácter ardiente de la Sanz, la Reina María CRISTINA sólo puede esgrimir las armas de su cultura, su equilibrio y su capacidad para dar al Soberano una cierta armonía doméstica. Ciertamente Alfonso XII admira sus muchas y buenas cualidades, pero lo que siente por ella dista mucho de poder llamarse amor y mucho menos atracción sexual. María Cristina también cuenta en su haber con la baza definitiva de darle un heredero. Al año de la boda, en septiembre de 1880, nace una princesa que garantiza la continuidad dinástica, pero que genera una cierta frustración por el hecho de no ser el esperado varón. La inteligencia de la Habsburgo supo cómo compensar al Soberano y a su pueblo, e insiste en que la recién nacida sea bautizada con el nombre de María de las Mercedes.

Valenti ALMIRALL rompe definitivamente con el federalisme de Pi i Margall y convoca para la fecha, el Primer Congrés Catalanista. Los «Congressos catalanistes» son asambleas políticas, llevadas a término en Barcelona para debatir el ideario catalanista. Se reúnen 1.200 asambleístas que eligen como presidente a Valentí Almirall hecho que provoca la retirada del sector apolítico encabezado por los representantes de La Renaixença. Las principales conclusiones de este Primer Congrés son: crear la Academia de la Llengua Catalana, fundar el Centre Català y nombrar una comisión que vele por el Dret Civil de Catalunya.