Los búlgaros invaden los territorios griegos de Tesalia y Macedonia.

Muere, en la fecha, ANASTASIO I emperador romano de Oriente, sin descendencia. Termina la dinastía tracia. Pese a haber bajado los impuestos, ANASTASIO lega a su sucesor unas arcas del tesoro llenas.

El senado y el ejército proclaman al ilirio JUSTINO I nuevo Emperador de Oriente (518-527). Es un campesino anciano y analfabeto, posiblemente de ascendencia goda, pronto asociará al poder a su hábil sobrino.

JUSTINO I concierta la paz con el papa HORMISDAS y trata de poner fin al cisma con Roma («Cisma Acaciano»), un objetivo compartido con el nuevo patriarca de Constantinopla, JUAN II. La reunificación se formaliza el día de Pascua, el 24 de marzo de 519. Este cisma se convierte en un ensayo de la separación definitiva que conocerá dos estadios más: el «Cisma de Focio» y el «Cisma definitivo de Miguel Cerulario».

El emperador JUSTINO I, que es prácticamente analfabeto, nombra coemperador, en la fecha, a su sobrino JUSTINIANO (520-527) (527-565). Sin embargo, JUSTINO dilapidará la excelente situación económica que ha encontrado en el imperio, lo que obligará a JUSTINIANO a fuertes reformas fiscales.

JUAN I -papa- (13.8.523 – 18.5.526). TEODORICO el Grande, enemistado con Roma desde la reconciliación de la Santa Sede con Constantinopla lograda por el papa Hormisdas, y volcado al arrianismo, presionará al papa JUAN I para que vaya a Bizancio a exigir la terminación de los ataques contra los seguidores de ARRIANO. Así lo hará el pontífice, quien coronará a JUSTINO I en Constantinopla. A su regreso a Roma, TEODORICO, descontento con la actuación del pontífice por considerar insuficientes las medidas de gracia para los arrianistas por él logradas, lo encarcelará en Rávena no bien llegar.

A Justino I le sucede su sobrino JUSTINIANO I el Grande (527-565) al frente de los destinos del Imperio romano de Oriente que tratará de reunificar con poco éxito. Ha ejercido de coemperador. Enérgico e inteligente, aún le aventaja en esas cualidades TEODORA, su esposa, antigua bailarina de circo y monofisita a pesar que desde el Concilio de Calcedonia del 451 está expresamente condenada esta herejía. Esto tendrá consecuencias en la postura de JUSTINIANO, que será a veces errática y poco clara en cuestiones doctrinales ya que él es católico convencido. Por ello, su gobierno incidirá directamente en el devenir mediato de la Iglesia. Instará a los monofisitas a que regresen del exilio. Por otra parte, debido a la mala situación económica que ha heredado, deberá aplicar fuertes reformas fiscales. El fenómeno denominado «cesaropapismo» trae su origen del emperador JUSTINIANO I el Grande que se erigirá, en enérgico defensor de la Fe de Nicea y Calcedonia. JUSTINIANO, por otra parte, se rodeará de un estrecho grupo de colaboradores entre los que destacarán Triboniano o Belisario.

Muere JUSTINO I emperador del Imperio romano de Oriente.

Cuando JUSTINIANO I ocupa el trono del imperio oriental, la tormenta que ha acabado con el imperio occidental se ha desvanecido. Si una de las causas del desastre ha sido la superpoblación de la Germanía y la escasa población del imperio, resulta fácil entender lo sucedido: la penetración de los germanos en las Galias, España, Italia y el norte de África ha restaurado el equilibrio; todo está tranquilo por el momento. JUSTINIANO I que está convencido de que es una ignomia que las provincias occidentales permanezcan ocupadas por bárbaros, considera esta señal para el contraataque. Emprende, por ello, de manera sistemática, la reconquista de los territorios que han formado parte del Imperio de Occidente.

El Imperio Oriental tiene unas fronteras razonablemente bien definidas: el Danubio, el Éufrates y los desiertos de Arabia y Egipto, todas ellas bien defendidas por fortalezas como Singidunum, Dara y Edesa, que neutralizan la amenaza de los persas sasánidas por el este, de los búlgaros por el bajo Danubio y de las tribus del desierto. Internamente, el emperador JUSTINIANO I y la Iglesia están atrapados en Constantinopla, entre aquellos que valoran la unidad eclesiástica y los lazos con el papado forjados en el Concilio de Calcedonia (451) y aquellos que prefieren una Iglesia bizantina independiente. La influencia de estos últimos ha ido en ascenso desde el año 484 aprox., cuando el cisma de Acacio separa las Iglesias de Roma y de Constantinopla