CORONA DE CASTILLA (1230-1716)

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FERNANDO e ISABEL se entrevistan por primera vez la noche del 14 al 15 de octubre de 1469.


FERNANDO de Aragón llega, en la fecha, a Valladolid. Los futuros esposos, se entrevistan por primera vez la noche del 14 al 15 de octubre (sábado-domingo), en la casa de Juan Vivero, donde ISABEL se hospeda.

En el Palacio de JUAN de Vivero, tiene lugar la boda entre FERNANDO de 17 años e ISABEL de 18.


El día 19 de octubre, en Valladolid, en el Palacio de JUAN de Vivero, tiene lugar la boda entre FERNANDO de 17 años e ISABEL de 18, para lo que es necesario dar lectura por orden del arzobispo Carrillo, representante de la Iglesia en la ceremonia, de una bula falsificada de PÍO II, que se había fechado en el año 1464, concediendo la dispensa canónica, por ser primos los contrayentes, para unirla al acta de matrimonio, ya que PABLO II se ha negado a concederla.

Enrique IV jura que Juana es hija legítima por lo que la proclama heredera de la Corona de Castilla. Hechos de Valdelozoya.


ENRIQUE IV de Castilla, enfadado porque ISABEL, su hermanastra, y heredera de la corona de Castilla se ha casado sin su consentimiento con FERNANDO, hijo y heredero de JUAN II de Aragón y Catalunya, proclama heredera -en la fecha- a su hija JUANA la Beltraneja después de jurar que JUANA es hija legítima. Ésta es prometida en matrimonio al duque de Guyena, hermano de LUIS XI de Francia, pero el duque muere a poco de celebrarse los esponsorios. Estos acontecimientos son conocidos en la historia como los «Hechos de Valdelozoya»

La reacción de PACHECO ante el matrimonio de FERNANDO e ISABEL, no se hace esperar.


La reacción de PACHECO ante el matrimonio de FERNANDO e ISABEL, que va en contra de sus planes de mantenerse indefinidamente en el gobierno del reino, no se hace esperar. Acusa a ISABEL de haber roto los compromisos contraídos en Guisando ya que en el documento público se señala que ISABEL se casará con quien el rey designe, aunque en el privado se especifica que debe mediar la propia voluntad de la infanta

Este año, fue el más difícil de ISABEL de Castilla para conseguir la titularidad de la Corona de Castilla.


El año 1470 fue el más duro y difícil en el camino de ISABEL de Castilla para conseguir la titularidad de la Corona de Castilla. El temor al enfrentamiento con el rey hace que FERNANDO e ISABEL se refugien en la fortaleza de Dueñas, bajo el amparo y protección de Pedro de Acuña, hermano del arzobispo Carrillo. A lo largo del año se producen toda una serie de contratiempos para el joven matrimonio. Entre ellas: las pérdidas de Valladolid y Medina del Campo, que reducen gravemente la zona territorial controlada por los príncipes; el apoyo nobiliario a ENRIQUE IV, que reparte mercedes, títulos y privilegios a las grandes familias. La situación de ISABEL y FERNANDO es casi desesperada, ya que la mayor parte de la nobleza está al lado del rey, niega el título de princesa heredera a ISABEL y muchas e importantes ciudades representadas en Cortes son partidarias de JUANA.

Vizcaya alberga querellas entre linajes, oñacinos y gamboínos, que recíprocamente se combaten, a veces con venganzas atroces.


Vizcaya alberga querellas entre linajes, oñacinos y gamboínos, que recíprocamente se combaten, a veces con venganzas atroces. Estas querellas, cuyo desarrollo resulta difícil seguir porque se trata muchas veces de venganzas locales, sirven los intereses de dos casas nobles que pugnan por establecer en Vasconia, directa o indirectamente, su dominio: VELASCO y MANRIQUE. Los VELASCO, originarios de Ampuero, dueños de Mena, Frías y Haro, naturales de la tierra, según dicen, se están extendiendo por las Encartaciones hasta Valmaseda. Los Manrique son condes de Treviño. El objetivo recíproco es siempre el señorío de Vizcaya, con los diezmos de la mar.

Esta pieza también aparece en ... VASCONIA / VASCONES

Batalla de Munguía. Los castellanos quieren conquistar Vizcaya, pero son rechazados.


PEDRO FERNÁNDEZ de Velasco, conde de Haro, provisto de un mandamiento otorgado por ENRIQUE IV, emprende en 1470 la conquista de Vizcaya. PEDRO MANRIQUE, conde de Treviño, acude en auxilio de los vizcaínos, que rechazan la invasión (Batalla de Munguía: 1471) y pueden conservar la libertad.

ISABEL y FERNANDO consiguen ir atrayendo a su lado a las ciudades y a una parte importante de la nobleza.


En la fecha, ISABEL hace público un manifiesto en el que da a conocer lo realmente estipulado en los Toros de Guisando y acusa a la reina de adúltera y a su hija JUANA de ilegítima. Aunque ISABEL en ningún momento deja de reconocer a ENRIQUE IV como a su rey, la situación que sigue al manifiesto es la de una nueva guerra civil. Durante más de un año, el país estará dominado por el desorden y la anarquia, con múltiples bandos enfrentados entre sí. Aunque, poco a poco, ISABEL y FERNANDO consiguen ir atrayendo a su lado a las ciudades y a una parte importante de la nobleza que ven en los jóvenes esposos una mayor garantía de estabilidad futura.

Mediante una bula del Papa Sixto IV se confirma el enlace entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla.


El Papa SIXTO IV nombra al cardenal RODRIGO de BORGIA -que es amigo de FERNANDO de Aragón- legado para una misión especial en Castilla y en la Corona de Aragón. Se trata de reconocer y confirmar el matrimonio entre FERNANDO de Aragón e ISABEL de Castilla. Este matrimonio, de hecho, es nulo, ya que el arzobispo Carrillo ha falsificado la bula que les dispensa del impedimento de parentesco. RODRIGO ha sugerido al papa que pase por alto esta falta y confirme el enlace. Así se hace, mediante bula de diciembre de 1471, resolviendo el problema de la dispensa.

LEONOR, pese a encontrarse sola, consiguiendo que los beaumonteses renuncien a varias posiciones en su favor.


LEONOR, saca fuerzas de flaqueza, pese a encontrarse sola, y arregla antiguas disputas con los beaumonteses, consiguiendo que estos renuncien a varias posiciones en su favor. También se dirige a su padre y a su hermanastro FERNANDO (ya casado con Isabel de Castilla) reivindicando sus derechos, y por toda respuesta recibe la proposición de JUAN II de casar con el conde de Medinaceli, a lo que la princesa LEONOR contesta con una negativa. Sin embargo su principal apoyo viene de alguien insospechado, Pierres de Peralta, su carcelero, que, viendo la felonía de JUAN II, pasa al bando de doña LEONOR, ayudándola a convocar Cortes en Olite que reafirmarán su posición en el reino.