CORONA DE CASTILLA (1230-1716)

Total de piezas: 625

Se celebra en Aranda de Duero (Burgos), la sesión de clausura del Concilio arandino de 1473.


Se celebra en Aranda de Duero, en la provincia de Burgos (España), en 1473, la sesión de clausura de un Concilio convocado por el Arzobispo de Toledo Alonso Carrillo de Acuña. Este concilio se organiza para combatir la ignorancia y la vida disipada de algunos clérigos. Los veintinueve capítulos que comprenden las actas del concilio arandino constituyen un excelente programa de reforma. A partir de este concilio se despierta en España, tras un largo paréntesis, la institución eclesiástica de los sínodos. En él se manda que cada dos años se convoque un concilio provincial y cada año un sínodo diocesano. El concilio arandino no trató de temas dogmáticos. Con el concilio continúa una serie de esfuerzos por dignificar la Iglesia española, cuyo ambicioso programa reformador, basado en concilios provinciales periódicos y reajuste de la disciplina del clero manifiesta el vigor misterioso y vivificante de la Iglesia. La importancia y transcendencia de Isabel de Castilla radica en que sería la persona privilegiada de la dinastía para llevar a buen término la reforma que se proponía el concilio metropolitano de Toledo.

Encuentro de Isabel, Enrique IV y Fernando II en Segovia que significa la reconciliación de ambas partes.


Encuentro de ISABEL y ENRIQUE IV en Segovia el 27 de diciembre de 1473, encuentro al que FERNANDO se une el primero de enero y viene a significar la reconciliación entre ambas partes.

La familia Mendoza y sus seguidores, en principio contrarios a Isabel, le prometen fidelidad.


La intervención del legado pontificio, RODRIGO de BORJA, es decisiva al conseguir, además, que la familia MENDOZA y sus seguidores, en principio contrarios a ISABEL, le prometan fidelidad. No es pues extraño que el bando contrario busque una vía de compromiso.

Se acusa a Juana la Beltraneja de ser hija adulterina y a Beltrán de la Cueva de ser su verdadero padre.


Una asamblea promovida por la familia de los Mendoza en Cigales y Cabezón acusa a Juana la Beltraneja de ser hija adulterina y a Beltrán de la Cueva de ser su verdadero padre. El rey Enrique IV acepta una vez más su deshonra.

Esta pieza también aparece en ... JUANA la Beltraneja

Algunos nobles proponen introducir en Castilla la costumbre francesa que excluye a las mujeres del trono.


De hecho algunos nobles proponen introducir en Castilla la costumbre francesa, vigente también en Aragón, que excluye a las mujeres del trono, y proclamar rey a FERNANDO, basándose en que desciende de JUAN I de Castilla por línea de varón en el mismo grado que ISABEL. Con esta solución, se eliminaría, además, la pugna entre ISABEL y la pretendiente JUANA la Beltraneja. Parece que FERNANDO acepta de buen grado la propuesta, pero por lo visto, ISABEL le convence de los graves peligros que acarrearía tal decisión, ajena a los usos de Castilla; es evidente que la mayoría de la nobleza castellana no aceptaría la solución aragonesa.

ISABEL se hace proclamar en Segovia, con la ayuda del alcaide de la fortaleza, Andrés Cabrera, reina y propietaria del reino de Castilla.


Muerto ENRIQUE IV, su testamento señala como heredera del trono de Castilla y León a su hija JUANA la Beltraneja. Pese a ello y de acuerdo con lo previsto en el pacto de los Toros de Guisando, ISABEL, apenas tiene noticia del fallecimiento de su hermano ENRIQUE IV, sin esperar la llegada de FERNANDO que está en Aragón, se hace proclamar -en la fecha-, en Segovia, con la ayuda del alcaide de la fortaleza, Andrés Cabrera, reina y propietaria del reino de Castilla (1474-1504). Unos mensajeros incitan a las otras ciudades del reino con representación en Cortes, a prestar juramento a la nueva soberana.

Ningún entusiasmo, ni ninguna oposición alza a la nación en torno a Isabel.


En resumidas cuentas, en el transcurso del invierno 1474-1475, la situación se mantiene indecisa. Ningún entusiasmo real alza a la nación en torno a ISABEL; tampoco se alza contra ella ninguna oposición franca; sorprendidos, sus adversarios acechan la ocasión favorable para intervenir.

Idéntica situación en el alto clero; muy unido a la aristocracia: el cardenal MENDOZA está a favor de ISABEL


Idéntica situación en el alto clero; muy unido a la aristocracia: el cardenal MENDOZA está a favor de ISABEL; CARRILLO, arzobispo de Toledo, también, por lo menos hasta marzo de 1475, hasta que comprenda que ISABEL no es ENRIQUE IV, que no hay nada que esperar del nuevo poder; se pasa entonces al otro bando y lo que le impulsa a actuar de esta forma, no son escrúpulos jurídicos, es una reacción de viejo feudal, cónsciente del peligro que representa para él y sus semejantes la joven monarquia que se instala.

Para que todo quede bien claro entre Fernando e Isabel, se elabora la Concordia de Segovia.


Para que todo quede bien claro se elabora, el 15 de enero de 1475, la Concordia de Segovia, designada oficialmente bajo el título de «Acuerdo para el gobierno del reino»: todos los documentos oficiales serán redactados en nombre del rey y de la reina; el nombre del rey aparecerá antes que el de la reina, pero las armas de la reina precederán a las del rey; el producto de los impuestos recaudados en Castilla será destinados prioritariamente a Castilla; el saldo se utilizará de común acuerdo entre los soberanos; idéntico procedimiento para los impuestos en Aragón; la reina se reserva el derecho de dotar las funciones públicas en Castilla; los beneficios eclesiásticos se dotarán de común acuerdo, pero la reina tendrá la última palabra en caso de conflicto, en las cartas, bandos, monedas y sellos, ha de figurar el nombre del rey delante del de la reina, pero las armas de Castilla y de León han de preceder a las de Aragón y Sicilia. El hombre va delante de la mujer, pero los reinos de ella tienen más importancia que los de él. Estos textos, que son de derecho público, no dejan duda alguna sobre la preeminencia de la reina en Castilla.

Las tropas lusitanas penetran en el valle del Duero. No se produce la anunciada invasión francesa.


Las tropas lusitanas penetran en el valle del Duero. Su intención es reunirse en Burgos con los franceses, que atacarán desde el norte. Pero no se producirá la invasión francesa y los portugueses, en un espectacular avance, llegarán hasta Baltanás donde se estabilizará el frente en la región de Zamora. El rey portugués, ALFONSO V, no sólo decide apoyar a su sobrina JUANA la Beltraneja, sino que, encontrándose a la sazón viudo, anuncia, en la fecha, su intención de casarse con ella.