Con la constitución -en la fecha- de la República Democrática Federal de Yugoslavia (RDFY), los territorios de Kosovo y Vojvodina quedan integrados dentro de la república de Serbia. Por otra parte, se constituye con los territorios macedónicos que estaban en poder de Yugoslavia la República de Macedonia. TITO añade a la república de Croacia, territorios poblados mayoritariamente por Serbios. Se constituye, además, con la Eslovenia yugoslava y parte de los territorios eslovenos de Italia, la República de Eslovenia. El nuevo Estado nace más sólido que el anterior y adquiere la forma de un pacto entre naciones iguales. Yugoslavia queda, pues, compuesta de seis repúblicas: Croacia, Macedonia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Serbia (con Kosovo y Vojvodina) y Eslovenia. El mariscal TITO, en un discurso visionario pronunciado este año, se preguntaba que hubiese pasado en su país de no haber triunfado los partisanos. Su respuesta fue: «Nos habríamos visto arrojados a un terrible caos y a una guerra fratricida, en un país que ya no sería Yugoslavia, sino un grupo de estados pequeños e insignificantes que lucharían entre sí.»

La provincia de Kosovo que forma parte de Serbia, tiene un millón y medio de habitantes. Su proximidad con Albania y el hecho de que el 80% de su población sea albanesa ha hecho de esta provincia la caja de resonancia de un problema mucho más grave y que se ha extendido a la mayoría de las repúblicas. Desde Belgrado se afirma, ante la difícil convivencia entre serbios y albaneses en Kosovo, que ésta es parte integrante de Serbia y que su mayoría albanesa es una clara minoría en el conjunto de la República. En realidad para muchos serbios, Kosovo es una parte especialmente querida de su tierra: allí se enfrentaron a los turcos en 1389, una fecha muy recordada aun cuando supuso el dominio musulmán de su país.

Memorándum de la Academia Serbia de las Ciencias y las Artes codificando las principales tesis del nacionalismo serbio.

MILOSEVIC, que sólo es secretario de la organización del partido comunista de Belgrado, se pone al frente del ultranacionalismo serbio en una manifestación de serbios en Kosovo Polje, un suburbio de Pristina, la capital de Kosovo. En efecto, los serbios, minoría en aquella región, habían sufrido varios incidentes violentos en los últimos meses y, MILOSEVIC, desde el balcón de la Casa de Cultura de Kosovo Polje, lanza su promesa: «Nadie volverá a pegaros, nadie volverá a humillaros», que se hará famosa. En setiembre de este año, MILOSEVIC ya es jefe del partido comunista de Serbia.

Comienza la campaña de Milosevic para que «se devuelva» Kosovo a Serbia.

La depresión económica y la fortísima inflación exacerban las tensiones nacionalistas. Mientras tanto, Slobodan MILOSEVIC es nombrado presidente de la República de Serbia -con un 80% de los votos-. En la fecha, el parlamento serbio adopta una reforma constitucional, que -violando la Carta Magna yugoslava- priva a Kosovo y a Voivodina de su capacidad de intervenir en los asuntos de la Federación Yugoslava. El gobierno serbio termina unilateralmente con la autonomía kosovar. Esta abolición supone en los hechos: Disolver el parlamento; prohibir la enseñanza del albanés, lengua hablada por el 90 % de la población; expulsar de sus puestos de trabajo a todos los albaneses que trabajaban en los sectores públicos (entre 150.000 y 200.000 personas); Establecimiento de una ley marcial que dota a las fuerzas de Belgrado de plenos poderes.

Desde entonces el conflicto serbio kosovar va adquiriendo unos tintes cada vez más dramáticos, desplegando la oposición kosovar un movimiento de desobediencia civil cuyos principales rasgos son: Pese a que el ejército yugoslavo es de conscripción obligatoria, los jóvenes kosovares se niegan a acudir a sus filas careciendo Serbia de capacidad represiva para impedirlo; Organización de varios procesos electorales con amplia participación popular: elección de parlamento y presidente; Organización de un sistema educativo en lengua albanesa, desde las escuelas hasta la universidad. Los centros educativos son en ocasiones divididos y carece de contacto la población serbia y la kosovar; Organización de un sistema sanitario paralelo.

Exaltación proserbia con motivo del sexto centenario de la batalla de Kosovo. Slobodan MILOSEVIC, ante más de un millón de personas concentradas en el Campo de los Mirlos, asegura que defendería Kosovo por las armas si fuera necesario. El Gobierno yugoslavo decreta el estado de excepción y hace intervenir al ejército en contestación a la huelga general y a las manifestaciones albanesas de la población.

Slobodan Milosevic, convertido al nacionalismo, es elegido presidente de Serbia. La sucesiva desintegración de Yugoslavia propiciará el endurecimiento de su política con la adopción de limpieza étnica, por la que será procesado internacionalmente.

Serbia disuelve, en la fecha, las instituciones políticas de Kosovo y despliega el Ejército federal en Kosovo.