Los hispanogodos eran más cultos que los musulmanes cuando estos invadieron la Península Ibérica en el año 711. Dos siglos después esa relación se ha invertido porque la cultura mozárabe se ha estancado y el Occidente cristiano en general ha decaído mientras que el mundo islámico se ha enriquecido con las aportaciones de Persia y Bizancio. El fluido intercambio cultural existente en el mundo islámico permite que muchos Ándalusíes visiten Oriente como peregrinos a La Meca o como estudiantes en Bagdad. Bagdad es el centro cultural más prestigioso del islam, compitiendo en esplendor con Bizancio e irradia cultura y civilización a todo el mundo islámico. Estos viajeros y estos estudiantes se convierten en eficaces inseminadores de ideas. En efecto, las aportaciones de el-Ándalus a la cultura europea medieval son enormes. En la doble función de creador de cultura y de intermediario cultural entre las diversas civilizaciones con las que tiene frontera (El Oriente, el Sudán y la Europa cristiana), el Islam jugará un papel clave en la formación y la extensión del saber.

La robusta economía de Córdoba se apoya en una inteligente explotación agrícola y minera y en una floreciente industria especializada en objetos pequeños y caros de fácil transporte y altos precios: tejidos de seda o algodón, perfumes, medicinas, repujados, cordobanes, piezas de marfil. La moneda cordobesa es tan fuerte que circula en el mundo cristiano con el prestigio que hoy tiene el dólar en los países subdesarrollados. Incluso es falsificada en Catalunya (y, para que se vea lo que es la mudanza de los tiempos, cuatro siglos después, serán los árabes granadinos los que falsifiquen la prestigiosa moneda catalana).

RAMIRO III, (966-984), rey de León sucede a su padre Sancho I el Craso. Al contar apenas cinco años cuando sube al trono, se encarga de la regencia su tía ELVIRA RAMÍREZ, monja del monasterio de San Salvador, desplazando a la madre del nuevo rey, Teresa Ansúrez. Tanto RAMIRO III como los condes castellanos, gallegos y asturianos se encuentran en una situación de paz -paz en la sumisión- que se prolongará hasta el fin del reinado de AL-HAKAM. Sus embajadores son enviados a Córdoba que se ha convertido en foco de atracción universal.

En esta época, la ciudad de Córdoba es uno de los mayores centros urbanos del mundo, rivalizando con Constantinopla, Damasco y Bagdad. Como corresponde a su rango, hacia esta época empieza a funcionar una universidad y escuela de traductores del griego y del hebreo al árabe. Con el monje bizantino NICOLÁS y el médico judío HASDAY BEN SAPRUT, se constituye en una de las fuentes del renacer cultural de Occidente, pues gracias a su labor se dan a conocer, entre otras muchas, las obras de ARISTÓTELES y TOLOMEO. Por otra parte, mientras la vida material de los reinos cristianos experimenta un retroceso considerable, Córdoba, la capital de al-Ándalus, como una pequeña Bagdad implantada en Occidente, crece y se hermosea con bellos edificios, largos acueductos que suministran agua a los palacios, mezquitas y fuentes públicas, se rodea de lujosas mansiones, de huertas y paseos públicos, de jardines botánicos, de baños, de fondas, de hospitales, de mezquitas, de zocos cuyos tenderetes exhiben exóticos productos llegados de todo el mundo a través del activo comercio mediterráneo y africano.

El prelado gallego ROSENDO (San Rosendo), con ayuda del conde gallego GONZALO SÁNCHEZ, logra evitar el desembarco de los vikingos en la parte norte de Galicia en el año 971. Al frustrar este desembarco vikingo se consigue un doble objetivo. Por un lado se evita el saqueo de la costa y por otro se frena un ataque de las tropas del califato cordobés, que pretenden asestar un golpe mortal al reino leonés aprovechando el ataque vikingo. Gracias al carisma de que goza ROSENDO en sus predicaciones se organizan rápidamente batallones de soldados entre la población gallega, evitando así el peligro de invasión. Tras la muerte de Gonzalo Sánchez, León seguirá dominando Galicia, hasta la muerte de Fernando I de León que repartirá su reino entre sus tres hijos.

Las relaciones exteriores del califato de Córdoba tienen dos frentes: la lucha contra los reinos cristianos del norte y la intervención en el norte de Africa.

La situación de paz en Castilla se mantiene hasta el año 974 en que GARCÍA FERNÁNDEZ, conde de Castilla, hijo de Fernán González, decide iniciar un movimiento que conduzca a la recuperación de Gormaz, auténtica espina clavada en el sentimiento castellano. Aquel año envía embajadores a Córdoba. Pero el 2 de setiembre, apenas los embajadores han salido de la capital andaluza, lanza un ataque contra Daza y, a continuación, penetra hasta Sigüenza. Sus embajadores, lógicamente, son apresados antes de que tengan tiempo de regresar a Burgos.

GARCÍA FERNÁNDEZ, conde de Castilla, persiguiendo su máximo objetivo, la reconquista de Gormaz, se alía con leoneses (Ramiro III) y navarros (SANCHO Garcés II), pero es derrotado por los musulmanes. Tras ellos, el gobernador de Zaragoza, entra en Pamplona consiguiendo una gran victoria.

El vasallaje de los reinos cristianos de la península al califa de Córdoba, HIXEM II, tiene una contrapartida positiva para el conde de Barcelona al determinar la separación ya definitiva y total si no legal, de la órbita de los reyes francos.

El régimen feudal no llegará a fraguar en Frisia (Países Bajos) ni en Irlanda, mientras que en el centro y el este de Europa sólo preponderará brevemente. La España musulmana queda al margen del feudalismo. Por lo que respecta a los reinos del resto de la península (Castilla y León, Aragón, Navarra y Portugal), sólo puede hablarse de instituciones concretas, más que de un sistema social y político de tipo feudal. Sin embargo, los condados catalanes, a causa de su inicial vinculación política con el Imperio carolingio, sí experimentan una evolución similar a la del reino franco.