Desde que Rodas no asegura la policia de los mares (167 aC), la piratería infesta el Mediterráneo. Roma intenta remediarlo anexionándose Cilicia (100 aC), luego Panfilia (75), pero el principal núcleo es Creta. Para conquistarla, grandes poderes le son concedidos al general romano Marco ANTONIO. Incompetente, no recoge más que fracasos.
MARCO ANTONIO (General romano)
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POMPEYO y CRASO, aunque no están legalmente capacitados para ello, se autoproclaman cónsules.
El Senado romano, agitado por la derrota de Marco ANTONIO en su lucha contra los piratas, acaba de hundirse cuando POMPEYO y CRASO, aunque no están legalmente capacitados para ello, se autoproclaman cónsules. Como cónsules, POMPEYO y CRASO restauran los poderes de los tribunos y apoyan una ley que acaba con el monopolio del Senado sobre los tribunales, como respuesta a las permanentes demostraciones de poca predisposición del Senado para reprimir los abusos cometidos por sus propios miembros.
Marco Antonio usurpa el poder y alza al pueblo contra los autores del crimen que han de abandonar Ros.
Cuando CÉSAR cae asesinado, el Senado asume la dirección del Estado y amnistía a sus asesinos. Pero el cónsul Marco ANTONIO, que tiene en Italia el apoyo del ejército constituido para la proyectada expedición de César contra los partos, usurpa el poder y alza al pueblo contra los autores del crimen que han de abandonar Roma a toda prisa, faltos de fuerza para restaurar la República aristocrática, que es el propósito aparente de la conjura y la muerte del dictador.
Sorprende la habilidad con que el joven OCTAVIO sabe actuar en estos momentos difíciles.
Sorprende la habilidad con que el joven OCTAVIO sabe actuar en estos momentos difíciles. Vende todos sus bienes y los heredados y aun pide prestado para pagar al pueblo los legados de César y contratar soldados, que afluyen a él en masa, porque les paga mejores sueldos que Marco ANTONIO.
En su testamento CÉSAR ha nombrado heredero a su sobrino-nieto Cayo OCTAVIO.
En su testamento César ha nombrado heredero a su sobrino-nieto Cayo OCTAVIO Turino. Éste, que tiene diecinueve años -ha nacido en el 63 aC- está estudiando en Apolonia (Albania) cuando se entera del asesinato de su padre adoptivo, Julio César. OCTAVIO marcha a Roma a reclamar su herencia, uniendo a su nombre el de CÉSAR para heredar también su influencia política. A OCTAVIO le acompañan algunos camaradas de escuela, sobre todo Agripa y Mecenas, que en adelante estarán asociados a sus empresas. En Roma, Marco ANTONIO le recibe fríamente ya que no puede estar satisfecho de su intromisión pues él se consideraba el sucesor natural. Por ello, OCTAVIO se ve obligado a aliarse con los optimates. Por estos días, CICERÓN, que ha sido perdonado por Julio César, pronuncia ante el Senado sus famosas filípicas contra ANTONIO.
El joven SEXTO Pompeyo es tan ambicioso como su padre, pero no ha heredado sus buenas cualidades.
La desaparición de CÉSAR favorece mucho a SEXTO Pompeyo, que, mientras tanto, ha obtenido algunos éxitos en Hispania. El Senado lo llama a Italia, lo rehabilita y le concede la jefatura de la flota. El joven SEXTO Pompeyo es tan ambicioso como su padre, pero no ha heredado sus buenas cualidades. Al principio se alia con Marco ANTONIO, pero luego se enemistará con él, ocupará Sicilia, y atacará a las naves que transportan el trigo de Egipto, del que Roma depende.
CICERÓN es asesinado en el 43 aC por orden de Marco ANTONIO.
CICERÓN es asesinado en el 43 aC por orden de Marco ANTONIO. Aunque tiene oportunidad de escapar, CICERÓN siempre vacilante, aplaza la huida demasiado tiempo y es asesinado cerca de Formia por los soldados del triunvirato. CICERÓN, dotado de indudable talento, ha carecido de penetración para observar los males sociales de Roma. De haberla poseído, hubiera sido el amo de Roma, como lo fue César. Mejor orador que éste, ha carecido con frecuencia de atractivo político. Pero con su estilo elegante y conciso ha ejercido enorme influencia litararia en la Roma de su tiempo, en la Edad Media y en las literaturas modernas.
Octavio, elegido cónsul, forma junto con Marco Antonio y Marco Emilio Lépido, el Segundo Triunvirato
OCTAVIO para obtener el poder absoluto que el testamento de César le otorga, debe desahacerse de Marco ANTONIO quien de alguna manera entorpece el proceso. En la fecha, después de algunas visicitudes, OCTAVIO, que es elegido cónsul, forma junto con Marco ANTONIO y Marco Emilio LÉPIDO, el Segundo Triunvirato (43-33aC), que en esta ocasión es una dictadura legal creada en principio para un plazo de cinco años.
LÉPIDO asume el consulado, mientras ANTONIO y OCTAVIO marchan a enfrentarse con su adversarios.
El Triunvirato, delegan en LÉPIDO la misión de negociar con SEXTO Pompeyo para terminar de una vez con la guerra civil en Hispania. También en este año, LÉPIDO asume el consulado, mientras ANTONIO y OCTAVIO marchan al este a enfrentarse con sus adversarios BRUTO y CASIO, asesinos de César, a quienes vencerán en Filipos (Macedonia oriental), dando así al traste con las esperanzas del Partido Republicano. BRUTO y CASIO se suicidan.
Marco Antonio que se encuentra en Tarso (Cilicia) manda llamar a Cleopatra que los seduce.
Marco ANTONIO, gobernador de la parte oriental del Imperio, se instala en Tarso (Cilicia) en la costa meridional de Asia Menor. Desde allí manda llamar a CLEOPATRA, tanto para reprenderla por no haber apoyado a su bando durante la reciente guerra civil como para asegurarse su colaboración en la lucha contra los partos. MARCO ANTONIO no llegará a pronunciar una sola de las duras palabras que le tiene reservadas. La reina de Egipto guarda una sorpresa que va a dejarlo mudo y a sus pies. CLEOPATRA llega a Tarso remontando el río Cidno. La embarcación lleva velas púrpuras, el más escandalosamente caro de los tintes. Los remos son de plata. La tripulación está formada exclusivamente por mujeres, ataviadas como nereidas, y niños encarnando a amorcillos. CLEOPATRA, a imagen y semejanza de la diosa del amor Afrodita, está sentada en un trono dorado. Invita a MARCO ANTONIO a subir al barco y le ofrece las legendarias perlas disueltas en vinagre. La astuta reina da al romano, a quien le gusta compararse con el orgiástico dios Dionisio, el espectáculo que precisa.