Moldavia y Valaquia que se han unificado en 1859, se fusionan en un solo Estado, Rumanía, en 1862.

La guerra iniciada por Serbia y Montenegro con el apoyo de Rusia en 1875 contra los turcos, finaliza con el Tratado de San Esteban (1878). La disposición más importante de este tratado -en el que Rusia fija las condiciones- es el reconocimiento de una Gran Bulgaria independiente que absorbe la mayor parte de Macedonia lo que permitirá a Bulgaria extenderse desde el mar Egeo al mar Negro. En efecto, Turquía  deberá ceder Kars, Baturn y Dobrudja, mientras que Rusia cambiará Rumanía -de la que también se reconoce su independencia- por la Besarabia oriental. Por todo ello, el 3 de marzo, día en que se firma el Tratado de San Esteban, será el día nacional de Bulgaria. También se reconoce en el tratado de San Esteban, la independencia de Serbia y de Montenegro. Estas dos naciones, este mismo año, serán reconocidas oficialmente como principados independientes y Montenegro obtendrá, además, el acceso al Adriático a través del puerto de Antivari. Bosnia-Herzegovina pasa a ser autónoma. El Sultán garantiza la seguridad de sus súbditos cristianos. El Reino Unido y el Imperio Austrohúngaro se oponen a este tratado que da alas al nacionalismo eslavo al temer que Bulgaria se convierta en un satélite de Rusia. Berlín, promotora del tratado, asciende a primera potencia europea.

En Rumanía, tras el derrocamiento de Alejandro Juan Cuza, es elegido Domnitor o príncipe de Rumanía en abril de 1866 un príncipe alemán que, en la fecha, es nombrado rey CAROL I (1881-1914). Es el primer rey de la dinastía Hohenzollern-Sigmaringen, que gobernará el país hasta la proclamación de la república en 1947. Su política interior estará centrada en torno a la pobreza imperante en el país y el poder de las grandes familias terratenientes divididas entre los partidos Liberal y Conservador, teniendo que afrontar dos levantamientos campesinos: uno en el sur del país (Valaquia) en abril de 1888 y otro en el norte (Moldavia) en marzo de 1907. Se casó con Isabel de Wied en 1869, de la que ha tuvo una hija, María, muerta con apenas tres años.

En diversos puertos de Palestina se aplican medidas oficiales para prevenir el ingreso de inmigrantes judíos de Rusia, Rumanía y Bulgaria en 1882. De hecho, algunos notables árabes han enviado una petición a Constantinopla solicitando la prohibición de la inmigración judía y la compra de tierra por judíos.

Como la independencia rumana se debe principalmente a Rusia, ésta se propone convertir el país en su marioneta. Para evitarlo, CAROL I, el 30 de octubre de 1883, concluye una alianza secreta con Austria-Hungría. Así se convierte en parte de la Triple Alianza, con lo que Rumania se transforma en otro eslabón de la cadena de BISMARCK. La adhesión se mantiene secreta, empero, por temor a la reacción rusa.

El Gobierno rumano reprime duramente una revuelta que tiene lugar en Moldavia.

Por el Tratado de Bucarest (Rumania), concluido en la fecha y firmado el 29/9/1913, se pone fin a las hostilidades de la “Segunda Guerra balcánica”. Bulgaria ha de renunciar a sus reclamaciones más extremas y sólo se anexiona modestas extensiones de territorio ex otomano, incluida la provincia de Tracia, lo que le brinda una salida al mar Egeo. Grecia recibe la isla de Creta y parte de la actual Macedonia, de las islas griegas y de Tracia. Sin embargo, Grecia no se puede incorporar las islas del Dodecaneso ni la región del Epiro del Norte (que Grecia había liberado durante la Primera Guerra Balcánica), ya que esta región es annexionada al recién creado estado albanés (por los intereses de Italia en la zona). Serbia, se expande hacia el sur (Kosovo y actual Macedonia). Montenegro gana una franja de territorio. Rumania adquiere parte de la Dobrudja. El Imperio otomano recupera Adrianópolis. Serbia y Montenegro, estrechamente aliadas, han duplicado su superficie en menos de un año, y eso no agrada a Austria-Hungría.

FERNANDO I es coronado rey de Rumania.

La participación de Rumanía en la primera guerra mundial, al lado de los aliados, a partir de 1916, le permitirá concluir su unidad a partir de 1920.

Bajo la promesa de la devolución de Transilvania, Rumania entra en guerra al lado de la Entente. Aunque sufre graves pérdidas, puede unir a sus territorios la Bucovina y Transilvania.