CATALUNYA (Prehistoria) (….. - 218 Ac)

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En Catalunya y el sur de Francia el yacimiento más característico del Neolítico Medio es el de Momboló.


El Neolítico Medio y Final representa la llegada al occidente europeo y a la Península Ibérica de grupos culturales procedentes del Próximo Oriente mediterráneo, este de Europa y de los Balcanes (4.500-2.500 aC.). Durante mucho tiempo se creerá, que la Cultura de Almería es el centro difusor del Neolítico Medio en la Península Ibérica. Posteriores descubrimientos en Catalunya revisarán esa tesis y asociarán los hallazgos catalanes con las culturas neolíticas de allende los Pirineos: la de Chassey, en Francia, la de Cortaillod, en Suiza o la de La Lagozza, en Italia. En Catalunya y el sur de Francia el yacimiento más característico es el de Momboló (4.500 aC.), pues esta cultura se extenderá por el Rosellón. También destacan el interesante yacimiento de Bauma de l’Espluga y otros de la zona de Montserrat. En Levante destaca la Cova de l’Or. Posiblemente el Neolítico Medio catalán se extenderá por Levante e incluso influirá en Andalucía (La Carigüela, Nerja), con yacimientos de claro origen e influencias europeas.

Un grupo perfectamente definido en Catalunya es el de la “cultura de los sepulcros de fosa”


Con relación al final del Neolítico, un grupo perfectamente definido en Catalunya es el de la “cultura de los sepulcros de fosa” (3.000 al 2.500 aC), de la que sólo se conoce bien el tipo de enterramiento, que es lo que le da nombre. Se trata de una cultura agrícola y sedentaria plenamente desarrollada que se caracteriza por la manera de realizar sus enterramientos: agrupaciones de fosas excavadas en tierra que contienen ajuares funerarios con cerámicas lisas sin decorar. Las fosas acostumbran a estar cubiertas con losas de piedra para protergerlas. Estas tumbas, que están situadas debajo mismo de las cabañas o muy cerca de los poblados, se localizan cerca de los ríos, en zonas aptas para el cuidado del ganado.

Llegada de los celtas a la Península Ibérica que supone su difusión por el nordeste de la misma.


La llegada de los celtas a la Península Ibérica supone la difusión por el nordeste de la misma de nuevas costumbres funerarias: incineran los cuerpos e introducen las cenizas en urnas (pequeños recipientes de cerámica) que se entierran juntamente con las ofrendas funerarias. Las tumbas se agrupan cerca de los poblados y constituyen verdaderos campos de urnas (1.000-600 aC) que delatan el paso de estos pueblos indoeuropeos a lo largo de los siglos por Catalunya, norte de Valencia hasta la Plana de Castellón, y penetrando por el valle del Ebro hacia Aragón y Navarra para luego progresar hacia la meseta.

El mayor suministrador de materias primas de los fenicios es el legendario reino de Tartessos que se extiende por el Levante y el sur de la Península Ibérica.


El mayor suministrador de materias primas de los fenicios es el legendario reino de Tartessos que se extiende por el Levante y el sur de la Península Ibérica. Allí hay de todo en gran abundancia: filones de plata, minas de cobre, vetas de estaño. Es un gran reino que sobresale por sus riquezas naturales en productos agrícolas y mineros, por su comercio e industria, por sus leyes y gobierno de sus reyes. El comercio de los metales se complementa con el de otros productos igualmente valiosos, principalmente pieles, esclavos y esparto.

Sigue siendo un misterio cómo y quién fundó Barcelona. Leyendas sobre Hércules, Amílcar y Asdrúbal Barca.


Sigue siendo un misterio cómo y quién fundó Barcelona. En las edades Antigua y Media se aceptaba la leyenda de su fundación por el mitológico Hércules, o por AMÍLCAR BARCA, el año 248 antes de Cristo para festejar sus victorias sobre los celtíberos en su campaña de ocupación de la península Ibérica. Barcino, según esa leyenda, significa ciudad de los Barca que era la familia más importante de Cartago. Otros atribuyen la fundación de Barcelona a Asdrúbal, en el año 245 aC. para ofrecer un puerto a su suegro Amílcar, en agradeciento por haberle concedido la mano de su hija. Los historiadores no han encontrado jamás una base documental o pruebas arqueológicas que permitan demostrar que existe algo de cierto en esas leyendas. Aún así, periódicamente  reabre la polémica sobre el posible origen cartaginés de Barcelona, siempre a partir de conjeturas o deducciones que pueden o no ser acertadas.