JULIO CÉSAR, por tanto, regresa a Hispania y como pretor, se dedica a expoliar a los indígenas para poder pagar la gran deuda que ha dejado en Roma, ésta es de 25 millones de sestercios. CÉSAR se dirige por mar a la Gallaecia, su campaña es un éxito, a su regreso a Roma es acusado de arrasar ciudades aliadas de Roma, aun así no se le inicia un proceso y se le otorga el triunfo. CÉSAR hace una gran propaganda por Roma de sus éxitos en las tierras del fin del mundo.
ROMA (REPÚBLICA) (509 aC - 27 aC)
Total de piezas: 357
La actitud del Senado ante la actuación de POMPEYO da origen a la formación del «Primer Triunvirato».
La actitud del Senado ante la actuación de POMPEYO da origen a la formación del «Primer Triunvirato». («Alianza de tres hombres») (Cada uno de ellos es un «triunviro»): Compromiso privado (sin fundamento legal) de mutuo apoyo frente a los optimates, entre CRASO, el general popular POMPEYO y JULIO CÉSAR. En la práctica reparto personal del poder. A CRASO se le concede el gobierno de los países más allá del Éufrates, POMPEYO queda en Roma y se le concede Hispania y África y JULIO CÉSAR que accede al consulado debe contentarse con la gobernación de la Galia Cisalpina. POMPEYO se casa con Julia, la hija de CÉSAR. Se envía al destierro al senador CICERÓN y se cumplen las exigencias de POMPEYO de reparto de tierras entre los veteranos. De hecho, la necesidad que tienen los generales de recompensar a sus veteranos llevará a la fundación de colonias a lo largo y ancho del imperio durante la época de la república, colonias que se convertirán en importantes agentes de la romanización.
A Julio César le interesa realmente el territorio del norte que aún está fuera del control de Roma.
Al finalizar su consulado, CÉSAR recibe del pueblo, en virtud del pacto concluido por los triunviros, el proconsulado de la Galia Transalpina, la Galia Cisalpina y el Ilírico. El proconsulado está concebido como la coronación de la carrera política y, de paso, como una manera bien vista de enriquecerse, una especie de compensación por los enormes gastos que comporta el sacar adelante una carrera política. Pero no es éste el principal objetico de CÉSAR (aunque no lo descuide en absoluto) cuando ha reclamado estas provincias. Lo que le interesa realmente es el territorio y los pueblos situados al norte y que aún están fuera del control de Roma: la «Galia melenuda» (comata) como la llaman los romanos, para distinguirla de la «Galia togata» o ya romanizada. Ésa es la pieza que CÉSAR persigue por dos razones fundamentales. Uno, igualar la gloria militar de sus socios, Dos, forjarse un ejército potente y fiel, del que poder servirse llegado el momento.
Tras vencer CÉSAR a ARIOVISTO, el Rin se convierte en la frontera definitiva de Roma por el norte.
Tras la victoria de JULIO CÉSAR sobre ARIOVISTO, rey de los suevos, en el 58 aC, los germanos son obligados a replegarse al otro lado del Rin y el gran río centroeuropeo se convierte en la frontera definitiva de los dominios de Roma por el norte. Por otra parte, la comarca de Alsacia, donde estaban instalados los suevos, entra, por consiguiente en la esfera de influencia de Roma.
Chipre cae en poder de Roma para cobrar unos préstamos no devueltos.
Chipre, última posesión exterior lágida, en la fecha, cae en poder de Roma para cobrarse así unos préstamos no devueltos. Chipre se integra en la provincia de Cilicia bajo el mando de un procónsul. Es así como Roma, quien se halla ya en posesión de Cirene, Sicilia y Siria, logra cercar a los Tolomeos-Egipcios, conquistándoles por último en el año 30 aC. Bajo el dominio romano, Chipre gozará de paz y prosperidad.
CLEOPATRA presencia las primeras maquinaciones de la corte.
CLEOPATRA presencia las primeras maquinaciones de la corte en Egipto cuando su padre, TOLOMEO XII, se ve, en la fecha, en la necesidad de ceder a Roma la última posesión exterior lágida, la isla de Chipre, por temor a que se haga efectivo el testamento de su efímero antecesor, TOLOMEO XI, quien, según el Senado romano, ha legado en secreto el reino de Egipto a Roma. La actitud de TOLOMEO XII le cuesta el trono, pues la población de Alejandría, airada por la cesión de Chipre, le expulsa de la ciudad. Se exilía en Roma y el poder queda en manos de su primera hija, Berenice.
JULIO CÉSAR sigue la conquista de las Galia.
JULIO CÉSAR en los próximos años seguiraá su conquista de la Galia tras feroces combates con los bárbaros que lo habitan. El centro administrativo principal estará en Lugdunum (actual Lyon). Los «Comentarios sobre la guerra de las Galias» de Julio César (I y II) suponen el pincipio de la historia escrita en esta región. «De todos los pueblos de la Galia, los Belgas son los más bravos». Así decía el general romano acerca de estas tribus que tantos problemas causaron a sus legiones. Julio César justificaba de este modo los años que tuvo que emplear para derrotar a estos guerreros.
Los helvecios, tribu celta, quieren atravesar la Transalpina. No se les permite y son vencidos por César.
Los helvecios, tribu celta situada inmediatamente al norte de los Alpes, solicitan autorización para atravesar la Transalpina, en el marco de una de esas migraciones frecuentes entre los pueblos bárbaros. CÉSAR se niega. Los helvecios se introducen entonces hacia el interior de la Galia céltica, desoyendo la negativa y provocando la inquietud de los eduos. CÉSAR, para ayudar a éstos, lleva sus legiones al encuentro de los helvecios, que son vencidos en la batalla de Bibracte, entre el Ródano y el curso alto del Sena, logrando al mismo tiempo, liberar la Galia del peligro germano, encarnado por ARIOVISTO, rey de los suevos, llegado para ayudar a los secuanos en conflicto con sus vecinos los eduos. El choque con ARIOVISTO se produce en Alsacia, en la orilla izquierda del Rin.
Se permite a CICERÓN que regrese del destierro al que se le había confinado.
Se permite a CICERÓN que regrese del destierro al que se le había confinado. CICERÓN que se niega a reconciliarse con CÉSAR, le ataca despiadadamente, atrayendo hacia sí la amenaza de un segundo destierro. Entonces busca refugio en la literatura y escribe «De oratore» (55), «De Republica» (54) y «De Legibus» (52)
JULIO CÉSAR encuentra pronto un ínfimo pretexto para atacar a los belgas, que se desmoronan.
JULIO CÉSAR encuentra pronto un ínfimo pretexto para atacar a los belgas, que se desmoronan. Los bátavos y frisones oponen resistencia a los romanos, pero son vencidos, en la fecha, por JULIO CÉSAR cuyas tropas llegan hasta el Rin empujándolos y dispersándolos hacia el norte y hacia las desembocaduras del Rin, el Mosa y el Escalda. CÉSAR sigue imparable por toda la Normandía dirección de la Armórica en donde se han levantado los pueblos de la costa bretona, entre los que destacan los vénetos. Es éste un pueblo que con su numerosísima flota controla la navegación por toda aquella costa.

