SUEVOS

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Los suevos es una tribu germánica, que se han dirigido desde el norte hacia el sur alcanzando el Rin.


Los suevos es una tribu germánica, habitante de las regiones orientales del río Elba y que se han dirigido desde el norte hacia el sur de Germania en el 72 aC, alcanzando el Rin hacia el 60 aC.

Esta pieza también aparece en ... PRIMEROS PUEBLOS GERMANOS (….. - 420)

Tras vencer CÉSAR a ARIOVISTO, el Rin se convierte en la frontera definitiva de Roma por el norte.


Tras la victoria de JULIO CÉSAR sobre ARIOVISTO, rey de los suevos, en el 58 aC, los germanos son obligados a replegarse al otro lado del Rin y el gran río centroeuropeo se convierte en la frontera definitiva de los dominios de Roma por el norte. Por otra parte, la comarca de Alsacia, donde estaban instalados los suevos, entra, por consiguiente en la esfera de influencia de Roma.

ALARICO, rey de los visigodos, habiendo irrumpido en Italia en el año 400, invade el N. de la península.


ALARICO, rey de los visigodos, habiendo irrumpido en Italia en el año 400, invade el N. de la península. ESTILICÓN derrota a ALARICO en Pollentia (Piamonte), al norte de Italia. ESTILICÓN acuerda con ALARICO que los visigodos se retirarán a sus tierras por unos años. La lucha para evitar esta invasión de Italia por los visigodos, ha absorbido los limitados recursos del Imperio romano de Occidente, y ello hace que otras tribus obtengan ventaja de la situación. Un grupo de suevos y vándalos, cruza los Alpes e invade la península. ESTILICÓN los derrota y expulsa, lo que deja exhaustos a los romanos. Está claro que Italia no se halla a salvo y HONORIO traslada a continuación su capital a Rávena, cerca de la costa adriática. Está rodeada de marismas y resulta fácil de defender.

Las tribus germánicas (suevos, vándalos, alanos) empiezan a abrirse paso a través de la frontera renana.


Las tribus germánicas de más allá de las fronteras del Rin y del Danubio (suevos, vándalos, alanos) están inquietas, alteradas… Carecen de espacio suficiente, pues su población aumenta, y empiezan -empujadas por el hambre y por los movimientos de los pueblos del Asia Central, principalmente por los hunos- a abrirse paso asimismo a través de la frontera renana, atravesar el Rin helado en las inmediaciones de la ciudad de Mogontiacum (Maguncia, Alemania), para arrojarse sobre las fronteras del Imperio y atravesar la Galia. La resistencia popular a las invasiones germánicas es escasa o nula. A los germanos se oponen las fuerzas romanas (a menudo integradas asimismo por germanos) o los guardias mercenarios. Si esas fuerzas fracasan no se constituyen guerrillas ni estallan insurrecciones populares. El pueblo llano está tan amedrentado por siglo y medio de continuas incursiones tribales y guerras civiles, que ya no establece diferencia exacta entre sus opresores.

Las tribus germánicas que se introducen en el Imperio romano de Occidente, nunca serán expulsadas.


Las invasiones de germánicos, no constituyen novedad alguna, pues éstos vienen efectuando penetraciones en las fronteras romanas desde tiempos de Marco Aurelio, casi doscientos cincuenta años antes. Pero hasta el momento, los romanos han conseguido hacerles retroceder a la fuerza. Ahora es distinto. Esta vez las tribus germánicas que se introducen en el Imperio romano de Occidente, nunca serán expulsadas. Se apoderarán de tierras, impondrán su propio derecho, dominarán a los nativos romanos y los convertirán en campesinos y siervos. Los suevos, vándalos y alanos atravesarán las Galias sin apenas oposición. El Imperio romano está herido de muerte, los bárbaros acortarán su agonía.

El emperador HONORIO da orden de ejecutar a su suegro ESTILICÓN que es asesinado en Pavía.


La invasión de la Galia por suevos, vándalos y alanos (406) se achaca a la incapacidad de ESTILICÓN, pese a que ha hecho cuanto ha podido para proteger al menos a Italia. El emperador HONORIO, en la fecha, da orden de ejecutar a su suegro ESTILICÓN que es asesinado al día siguiente. Antes de ejecutarlo, le son retiradas sus insignias de magister militum. Por otra parte, su hijo Euquerio es asesinado en Roma poco tiempo después para evitar que los partidarios de ESTILICÓN lo traten de aupar al trono. Los germanos que constituyen el grueso del ejército «romano», desertan indignados. El imperio, privado de su más firme sostén, pronto se derrumbará.

La entrada de los germanos en la Península Ibérica empuja a masas de población hacia el Norte y el Oeste.


La entrada de los germanos en la Península Ibérica causa un efecto secundario de un alcance inimaginable para ellos. Las comarcas altas del Ebro, y las situadas más al norte, lo que hoy es La Rioja, la Baja Navarra, Álava, con parte de las actuales provincias de Burgos y Cantabria, son de las más pobres de la Hispania romana, aunque bastante menos que las zonas aún más norteñas (lo que hoy son las provincias de Cantabria, Vizcaya y Guipúzcoa). La entrada de los germanos empuja a masas de población hacia el Norte y el Oeste desde las comarcas mencionadas en primer lugar. Entre ellos a los vascones que hasta entonces habían vivido al Sur del Ebro. Esta masa de gente se vuelca sobre unas tierras ya de por sí pobres y azotadas además por revueltas (más antiseñoriales que antirromanas) desde finales del siglo III. Con lo cual se crea una situación explosiva.

Vándalos (asdingos y silingos), suevos y alanos invaden la Península Ibérica y avanzan hacia el interior.


Empieza una quincena en la que habiendo cruzado la Galia y destruido las defensas romanas, inician la invasión de la Península Ibérica los pueblos llamados «bárbaros»: vándalos (asdingos y silingos), suevos y alanos que avanzan con fuerza hacia el interior.

Los suevos se establecen en la provincia Gallaecia, entre el Miño y el Duero.


Los suevos se establecen en la provincia Gallaecia, entre el Miño y el Duero. Fundan, con su rey HERMÉRICO (409-441) a la cabeza, un reino (411-585) en esta provincia, con capital en la antigua metrópoli romana Brácara Augusta, la futura Braga. Portocale (Oporto) es la primera plaza fuerte. Los vándalos asdingos en las tierras meseteñas situadas entre Lugo y Astorga. Los vándalos silingos en el Occidente de la provincia Bética, entre el Guadiana y el Guadalquivir. (Hay quien opinará que de los vándalos tomará la parte Sur de España el nombre de «Vandalusía» o «Andalucía», mientras otros opinan que este nombre vendrá de la palabra arábiga «Ándalus», con la que designarán los musulmanes en un principio la Bética). Los alanos en la parte central, en Lusitania y en las tierras comprendidas entre Ávila, Salamanca, Plasencia y Toledo. Es de destacar que en ningún caso los bárbaros ocuparán o habitarán las ciudades romanas de estas comarcas.

El Imperio ofrece a los bárbaros que acepten la condición de federados y a cambio recibirán tierras.


Ajenos de momento a lo que han provocado, los bárbaros deambulan sin rumbo fijo por Hispania, saqueando a su paso, y sobre todo, creando en la hasta entonces tranquila Hispania un pánico tremendo. Ésta era, a grandes rasgos la situación en Hispania cuando HONORIO decide poner un poco de orden. El Imperio ofrece a los bárbaros, en la fecha, un pacto: aceptarán la condición de federados y a cambio recibirán tierras en Hispania. El trato parece que es aceptado, aunque después veremos a los romanos que quieren sacarse de encima todos estos pueblos.