ALANOS

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En las estepas euroasiáticas del oeste y en el año 150 aC aparecen tres nuevos grupos: los yácigas, los roksolanos y los alanos.


En las estepas euroasiáticas del oeste, los sármatas ya han asimilado a los escitas en el siglo II, y en el año 150 aC aparecen tres nuevos grupos: los yácigas, los roksolanos y los alanos.

Los primeros que sufren en Europa el choque de los hunos son los alanos, de raza aria.


Los primeros que sufren en Europa el choque de los hunos son los alanos, de raza aria, que viven en tierras que los griegos llamaron Escitia, al este de Ucrania, al norte del mar Negro. Son una tribu de feroces guerreros de lo cual dan indicio adorando un sable clavado en la tierra, bebiendo sangre de sus caballos y llevando cráneos humanos por adorno de sus monturas. Grupos numerosos de alanos se agregan a las hordas de mongoles que llegan de Asia y todos empujan a los gépidos, próximos vecinos en su camino hacia el oeste. Los gépidos, segunda rama de los godos, están instalados más al Norte y consienten también en pactar una alianza con los hunos y acompañarlos en sus campañas posteriores.

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Los hunos atraviesan el río Dniéster, presionando sobre los visigodos.


Los hunos (ahora ya con alanos, gépidos y ostrogodos) que en 374 han llegado a Europa atravesando el Volga, atraviesan ahora el río Dniéster, presionando sobre los visigodos. Éstos, al comprobar que la resistencia es imposible, en vez de ceder, como sus parientes los gépidos y los ostrogodos, prefieren cruzar el Danubio. Miles de personas (doscientos mil guerreros) pasan las fronteras del Imperio para instalarse, pacíficamente y con la anuencia del emperador VALENTE, en la zona de Silistria (Tracia). Los ostrogodos que no se han unido a los hunos se establecen en Panonia y los visigodos en Macedonia. Por primera vez en la existencia del Imperio un pueblo “bárbaro” -los visigodos- obtiene autorización imperial explícita para instalarse dentro de los límites del territorio romano. Con este consentimiento, dos necesidades –una, la visigoda de tierras, otra, la romana de ejército que le proporcionará seguridad- se unen de cara a un objetivo común: defender teóricamente el Imperio de la amenaza bárbara. Pero una vez establecidos los visigodos, se producen abusos de los corruptos comisionados imperiales en el trato hacia ellos.

Las tribus germánicas (suevos, vándalos, alanos) empiezan a abrirse paso a través de la frontera renana.


Las tribus germánicas de más allá de las fronteras del Rin y del Danubio (suevos, vándalos, alanos) están inquietas, alteradas… Carecen de espacio suficiente, pues su población aumenta, y empiezan -empujadas por el hambre y por los movimientos de los pueblos del Asia Central, principalmente por los hunos- a abrirse paso asimismo a través de la frontera renana, atravesar el Rin helado en las inmediaciones de la ciudad de Mogontiacum (Maguncia, Alemania), para arrojarse sobre las fronteras del Imperio y atravesar la Galia. La resistencia popular a las invasiones germánicas es escasa o nula. A los germanos se oponen las fuerzas romanas (a menudo integradas asimismo por germanos) o los guardias mercenarios. Si esas fuerzas fracasan no se constituyen guerrillas ni estallan insurrecciones populares. El pueblo llano está tan amedrentado por siglo y medio de continuas incursiones tribales y guerras civiles, que ya no establece diferencia exacta entre sus opresores.

Las tribus germánicas que se introducen en el Imperio romano de Occidente, nunca serán expulsadas.


Las invasiones de germánicos, no constituyen novedad alguna, pues éstos vienen efectuando penetraciones en las fronteras romanas desde tiempos de Marco Aurelio, casi doscientos cincuenta años antes. Pero hasta el momento, los romanos han conseguido hacerles retroceder a la fuerza. Ahora es distinto. Esta vez las tribus germánicas que se introducen en el Imperio romano de Occidente, nunca serán expulsadas. Se apoderarán de tierras, impondrán su propio derecho, dominarán a los nativos romanos y los convertirán en campesinos y siervos. Los suevos, vándalos y alanos atravesarán las Galias sin apenas oposición. El Imperio romano está herido de muerte, los bárbaros acortarán su agonía.

El emperador HONORIO da orden de ejecutar a su suegro ESTILICÓN que es asesinado en Pavía.


La invasión de la Galia por suevos, vándalos y alanos (406) se achaca a la incapacidad de ESTILICÓN, pese a que ha hecho cuanto ha podido para proteger al menos a Italia. El emperador HONORIO, en la fecha, da orden de ejecutar a su suegro ESTILICÓN que es asesinado al día siguiente. Antes de ejecutarlo, le son retiradas sus insignias de magister militum. Por otra parte, su hijo Euquerio es asesinado en Roma poco tiempo después para evitar que los partidarios de ESTILICÓN lo traten de aupar al trono. Los germanos que constituyen el grueso del ejército “romano”, desertan indignados. El imperio, privado de su más firme sostén, pronto se derrumbará.

La entrada de los germanos en la Península Ibérica empuja a masas de población hacia el Norte y el Oeste.


La entrada de los germanos en la Península Ibérica causa un efecto secundario de un alcance inimaginable para ellos. Las comarcas altas del Ebro, y las situadas más al norte, lo que hoy es La Rioja, la Baja Navarra, Álava, con parte de las actuales provincias de Burgos y Cantabria, son de las más pobres de la Hispania romana, aunque bastante menos que las zonas aún más norteñas (lo que hoy son las provincias de Cantabria, Vizcaya y Guipúzcoa). La entrada de los germanos empuja a masas de población hacia el Norte y el Oeste desde las comarcas mencionadas en primer lugar. Entre ellos a los vascones que hasta entonces habían vivido al Sur del Ebro. Esta masa de gente se vuelca sobre unas tierras ya de por sí pobres y azotadas además por revueltas (más antiseñoriales que antirromanas) desde finales del siglo III. Con lo cual se crea una situación explosiva.

Vándalos (asdingos y silingos), suevos y alanos invaden la Península Ibérica y avanzan hacia el interior.


Empieza una quincena en la que habiendo cruzado la Galia y destruido las defensas romanas, inician la invasión de la Península Ibérica los pueblos llamados “bárbaros”: vándalos (asdingos y silingos), suevos y alanos que avanzan con fuerza hacia el interior.

Los suevos se establecen en la provincia Gallaecia, entre el Miño y el Duero.


Los suevos se establecen en la provincia Gallaecia, entre el Miño y el Duero. Fundan, con su rey HERMÉRICO (409-441) a la cabeza, un reino (411-585) en esta provincia, con capital en la antigua metrópoli romana Brácara Augusta, la futura Braga. Portocale (Oporto) es la primera plaza fuerte. Los vándalos asdingos en las tierras meseteñas situadas entre Lugo y Astorga. Los vándalos silingos en el Occidente de la provincia Bética, entre el Guadiana y el Guadalquivir. (Hay quien opinará que de los vándalos tomará la parte Sur de España el nombre de “Vandalusía” o “Andalucía”, mientras otros opinan que este nombre vendrá de la palabra arábiga “Ándalus”, con la que designarán los musulmanes en un principio la Bética). Los alanos en la parte central, en Lusitania y en las tierras comprendidas entre Ávila, Salamanca, Plasencia y Toledo. Es de destacar que en ningún caso los bárbaros ocuparán o habitarán las ciudades romanas de estas comarcas.