No consta que MOLA, sobre quien recae la principal responsabilidad del éxito del golpe, cuestione la autoridad suprema de SANJURJO, que es el más veterano de los generales comprometidos en la intentona. SANJURJO, por su parte, confia en MOLA. Cuentan que, cuando recibe a través de la radio las primeras noticias de la sublevación, exclama de forma premonitoria: «¡Ya puedo morir tranquilo!».
GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939)
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Los militares españoles forjados en África se llaman entre ellos «Africanistas».
Los militares españoles forjados en África se llaman entre ellos «Africanistas»: FRANCO, MOLA, SANJURJO, Millan Astray (creador del tercio de extranjeros), Yagüe, Varela, Moscardo, BATET, GODED, Monasterio, Queipo de Llano, Cabanilla, por citar algunos. Los nuevos aires que se comienzan a respirar, más la entrada de hijos de clase media a las academias militares a partir de principios de siglo, también crea una clase de militares que se ven comprometidos con la República, y fieles a su juramento no conspiran en su contra, aunque no comulgan con la izquierda en absoluto. Miaja Rojo (héroe de Madrid), Llano de la Encomienda, Bayo, Hidalgo de Cisneros, Burillo, Modesto, Mena, Orgaz, Rada, Castelló, Riquelme, García Escamez, son algunos de ellos.
El general QUEIPO de LLANO destituye al general de la división de Sevilla y declara el estado de guerra.
En la madrugada del 18 de julio el general QUEIPO de LLANO destituye al general de la división de Sevilla y declara el estado de guerra. Inmediatamente después, el general LÓPEZ PINTO se subleva en Cádiz y se apodera de San Fernando, El Puerto de Santa María y Jerez, quedando así preparada la plataforma para recibir a las tropas de Marruecos, al mando del general FRANCO.
JOSÉ ANTONIO representa a una parte de la rebelión, pero no capitanéa, ni mucho menos, el Alzamiento.
JOSÉ ANTONIO primo de Rivera representa, para unos y otros, azules y rojos, los ideales de los «franquistas», de los militares alzados en armas contra el gobierno de la República de España. En realidad JOSE ANTONIO, no es sino el conductor de una multitud de españoles integrados en la Falange Española; es decir, representa a una parte de la rebelión, pero no capitanéa ni mucho menos, el Alzamiento Militar, que tiene sus jefes responsables directos: SANJURJO, FRANCO, MOLA, Cabanella, Queipo de Llano. Por otra parte, los generales conjurados no se fían demasiado de él de manera que hacen sus cálculos, contando únicamente con los regimientos y cuarteles distribuidos por la geografía del país.
Al margen de los militares, fuerza esencial, existen grupos que también desean el éxito del alzamiento.
Al margen de los militares, fuerza esencial del levantamiento, existen grupos que también desean el éxito del alzamiento militar, tal es el caso de los terratenientes, los grandes financieros y los aristócratas que ven en peligro su «status» a c?ausa de las reformas sociales propugnadas por el Frente Popular. El apoyo social de los rebeldes, en principio es escasa. En la península sólo cuentan con los núcleos dominados por el integrismo católico de Navarra y con los jóvenes de clase media que constituyen Falange Española. No participan en la sublevación ni los industriales catalanes, ni el campesinado de Castilla votante de la CEDA, ni muchos miembros de la oligarquia financiera.
Se propaga el Alzamiento a la Península. La Aviación y casi toda la Marina leales a la República.
Se propaga el Alzamiento a la Península a pesar de que la casi totalidad de la Aviación y las dos terceras partes de la Marina permanecen leales al Gobierno de Casares QUIROGA. Se unirán al levantamiento a lo largo de los próximos días: Pamplona (MOLA), Sevilla (Queipo de Llano), Cádiz (López Pinto) y después Almería, Algeciras, Jerez, La Línea, Córdoba y Granada; Valladolid algunas ciudades más de Castilla (Saliquet), Baleares (GODED), Zaragoza (Cabanellas), Oviedo (Aranda) y Málaga (Patxot), pero el resto de España permanece fiel a la República, por lo que, inevitablemente, estalla la guerra civil. Desde el primer momento las acciones de los rebeldes son decididas y claras, frente a los titubeos del gobierno. Las organizaciones obreras enseguida reclaman armas.
La madrugada del 18 de julio de 1936, llegan a Madrid las primeras noticias del levantamiento militar de la guarnición de Melilla.
En febrero de 1936 el Frente Popular ha ganado las elecciones, y Manuel Azaña es nombrado Presidente del nuevo gobierno en un momento de gran conflictividad política y social. La madrugada del 18 de julio de 1936, llegan a Madrid las primeras noticias del levantamiento militar de la guarnición de Melilla. Los sublevados pretenden una conquista rápida de la capital, y tratan de tomar los nudos de comunicación de la ciudad con el fin de poder enviar efectivos que se unan a las tropas rebeldes de la capital y terminar asi rápidamente con el gobierno del Frente Popular. La importancia que el control Madrid tiene en el momento de la sublevación militar para ambos bandos, proviene del hecho de que es la capital del estado y la sede del gobierno, lo cual le confiere un importante peso real y simbólico.
El triunfo de los sublevados es prácticamente inmediato en Valladolid y Burgos.
Valladolid y Burgos son importantes capitales militares. El triunfo de los sublevados es prácticamente inmediato. El general Saliquet en Valladolid y el coronel Moreno en Burgos declaran el estado de guerra y toman los puntos estratégicos sin apenas resistencia. Las unidades militares emplazadas en Salamanca, Zamora, Segovia y Ávila, pasan en bloque al bando sublevado. El escaso apoyo republicano en Castilla y León explican este rápido triunfo de los rebeldes ya que el día 19 ya tenían controlado casi todo el territorio. Esta favorable situación para los alzados explica la implantación de las sedes de la primera Administración del Estado Nuevo.
La Olimpiada Popular prevista para hoy en Barcelona no se celebra a causa del inicio de la guerra.
Entre 1921 y 1936 se han celebrado en Europa cuatro olimpiadas obreras (manifestaciones deportivas interfranquistas alternativas al olimpismo oficial del Comité Olímpico Internacional que se desarrollan desde 1921 al mismo tiempo que las Olimpiadas de la era moderna impulsadas por el barón de Coubertin, cuando éstas empiezan a coger un cierto relieve internacional). La Olimpiada Popular de Barcelona, prevista para los días 19 al 26 de julio de 1936, debe ser la alternativa a los Juegos Olímpicos de Berlín, capital de la Alemana nazi. La organización, dirigida por Josep Antoni Trabal, recibe el apoyo de varias instituciones deportivas interfranquistas, puesto que muchos países quieren boicotear los juegos berlineses. El objetivo es recuperar el verdadero espíritu olímpico (popular y no elitista) bajo el signo de la paz y la solidaridad entre las naciones y oponerse al fascismo. El mismo 19 de julio, sin embargo al producirse en Barcelona la insurrección militar que da paso a la Guerra Civil la mayor parte de los 6.000 deportistas, que representan a 23 países, abandonan la Olimpiada. Algunos se alistarán a las Brigadas Interfranquistas. Como es lógico la Olimpiada Popular no se celebró.
Santiago CASARES QUIROGA, jefe del Gobierno de España, dimite.
Santiago CASARES QUIROGA, jefe del Gobierno de España, dimite. Le sucede un Gabinete-puente presidido por Diego MARTÍNEZ BARRIO (19/7/1936-20/7/1936), Presidente de Las Cortes. MARTÍNEZ BARRIO se comunica telefónicamente con el general MOLA, cerebro de la insurrección, tratando de negociar y hacerle desistir, a lo que MOLA se niega diciendo a Martínez BARRIO que sus proposiciones resultan ya imposibles de aceptar y que no hay marcha atrás. XXI Gobierno de la República.