Dentro del viaje que Francesc MACIÀ está realizando por países americanos, el acto más importante tiene lugar en Cuba entre el 15 de agosto y el 2 de octubre, donde tiene lugar la asamblea constituyente del independentismo catalán y se crea el PSRC o Partido Separatista Revolucionario de Catalunya. La asamblea aprueba la que se conocerá como Constitución de La Habana, que preve una República Catalana confederada con España y con derecho a la independencia. Desde La Habana, MACIÀ irá a Nueva York y volverá a Europa, donde se dará cuenta de las dificultades de aplicar los acuerdos de la asamblea. El PSRC es una organización política, pero no pasará de mero proyecto, puesto que los dirigentes de Estado Catalán del Principado preferirán no integrar el partido y mantener las estructuras vigentes. En esta asamblea se decreta una nueva bandera para Catalunya. A la cuatribarrada se añade un triángulo azul con una estrella, rememorando la bandera cubana, que a su vez se ha copiado de la americana. (Posteriormente, grupos como las juventudes de Convergência Democràtica de Catalunya, ostentarán esta enseña claramente separatista)

Antes del comienzo de la Guerra Civil, en 1936, el falangismo catalán es casi inexistente. De hecho, se limitaba a un pequeño núcleo barcelonés y a algunos otros militantes aislados por el resto del Principado. Durante la guerra se produce la unificación forzosa entre la Falange y los carlistas (1937). Al acabar la contienda, pese a que dispone de muchísimos medios, el ideario falangista no consigue demasiadas adhesiones convencidas. Entre los falangistas catalanes destacarán personas como Lluis de Santa Marina, José Ribas Seva, José María Fontana y Mariano Calviño, entre otros. Estos dos últimos son miembros del ‘consejo nacional de Falange’, aunque su influencia en los órganos estatales del partido es muy escasa.

Se inugura el túnel de Viella que conecta de forma directa la vall d’Aran con el resto del Principado. El túnel inaugurado, de 5.133 metros de longitud, es un paso estrecho por el cual los viajeros han de pasar en fila india. No será hasta 1948 que se abre a la circulación de vehículos.

La estructura’estructura demogràfica de Catalunya cambia totalmente en las dècadas de los años sesenta y setenta. En menos de veinte años, la población pasa de los 3.900.000 habitantes de 1960 a los 5.300.000 de 1974. Lògicamente, un incremento de esta magnitud no se produce únicamente ppor el crecimiento natural, sino que el factor decisivo fue la gran inmigración que recibió Catalunya. También se produjo un significativo alargamiento de la esperanza de vida. La población catalana gano en peso específico en el conjunto del  estado español: en 1960 era el 12,7% i en 1970 ya era el 15,05%. Dentro del Principado, este fenómeno fu acompañado de la despoblación de muchas comarcas rurales y la consiguiente concentración de población en el àrea metropolitana de Barcelona y en el  Tarragonès.

Las peticiones populares de libertad y democracia se extienden por Catalunya durante el año 1976. El 4 de julio, un grupo encabezado por Lluis Maria Xirinacs y los denominados mendigos de la Paz” empieza en l’Escala la ‘Marcha de la Libertad’ para exigir democracia y el reconocimiento de Catalunya como nación. Las columnas de la marcha recorren todo el Principado y algunos lugares del resto de los Países Catalanes. Aprovechando las fiestas y las celebraciones veraniegas, organizan mítines y manifestaciones allá dónde llegan, entre la tolerancia de las autoridades locales y la represión y el desconcierto de la Guardia Civil. Los marchadores, que ofrecen un espíritu pacifista y de desobediencia civil, llegarán a Poblet el Once de Septiembre. En el País Vasco, también se hace una marcha similar.

El 11 de Septiembre de 1976, unas 100.000 personas se reunen en la población de Sant Boi de Llobregat, dónde hay la tumba de Rafael CASANOVA, convocadas por la Asamblea y el Consejo de Fuerzas Políticas de Catalunya, en la primera Fiesta de la Diada autorizada tras 37 años en blanco a causa del franquismo. La convocatoria inicial se ha hecho en Barcelona, pero el Gobierno Civil ha impuesto, para legalizarla, que se haga fuera de la capital y que se suprima el adjetivo ‘nacional’ de la Fiesta. Miquel Roca, Jordi Carbonell y Octavi Saltor son los oradores, en una plaza de Catalunya llena de ciudadanos de todo el Principado que, entusiasmados y pacíficamente, ondean banderas y gritan ‘Libertad, amnistía y estatuto de autonomía’ y cantan ‘Els Segadors’, por primera vez en un acto en la calle pública y autorizado.