Provocada la derrota de los planes previstos, son detenidos los implicados en el “Complot de la Ascensión”. Dieciocho leales patriotas catalanes son juzgados y cinco de ellos condenados a muerte: Juan Gallifa, teatino; Joaquín Pou, párroco de la Ciudadela; Juan Massana, oficial del Reino; Salvador Aulet, corredor de cambios y José Navarro, subteniente del regimiento de Infantería de Soria. Son ejecutados el 3 de junio de 1809. La escena se contempla en una de las cuatro composiciones de azulejos que flanquean el monumento a los héroes de Barcelona. El conjunto es grandioso, obra de Josep Llimona y Vicenç Navarro. El singular testimonio está ubicado con fecha MCMXXIX en la plaza de Garriga i Bachs, frente a la entrada al claustro de la catedral de Barcelona. Abajo, una serie de cuatro grabados recuerdan la historia de esos héroes y también de otros tres que, desde el campanario de la catedral, llamaron a “someten”.

El General CASTAÑOS, duque de Bailén, Capitan General de Catalunya, comunica haber descubierto una conspiración liberal para restablecer la Constitución, en la que están complicados entre otros, los héroes populares de la guerra de la Independencia, Generales LACY y MILANS DEL BOSCH. Éste último puede huir a Francia, pero el general LACY que ha sido Capitán General de Catalunya en 1812, ha sido destinado nuevamente a Catalunya. Es detenido, juzgado y condenado a muerte. Barcelona, donde LACY tiene muchas simpatías, pide su indulto. Es llevado al castillo de Bellver en Palma de Mallorca y fusilado el 5 de julio de 1817. El movimiento de simpatía a favor de LACY (Barcelona le dedicará una calle) demuestra el arraigo de la ideología liberal.

El teniente coronel Rafael de RIEGO es ejecutado, en la fecha, en la madrileña plaza de la Cebada. Sin atender a su condición de diputado el fiscal pide su condena a muerte en la horca y la desmembración del cadáver para la posterior dispersión de sus miembros por distintas zonas de Sevilla, Isla de León y Madrid. De esta forma el ídolo de los liberales se convierte en una de las víctimas ilustres de la persecución que concluye con la experiencia liberal.

La dictadura franquista ejerce una durísima represión política contra las personas que sostienen las ideas derrotadas en la Guerra Civil. De entrada, el régimen crea organismos encargados de la represión, como el Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo de fecha 9 de febrero y vigente hasta 1966, dicta leyes especiales, como la Ley de Responsabilidades Políticas (promulgada en la misma fecha), y traslada los supuestos delitos de opinión a la jurisdicción militar, que se hará famosa por los consejos de guerra sumarísimos. Todo este entramado se organiza para luchar contra las ideas de libertad, democracia y progreso, declarando punibles las actividades políticas desarrolladas entre el 1 de octubre de 1934 y el 18 de julio de 1936 y permitiendo juzgar a todos los que se han opuesto, aunque sea por pasividad, a la victoria franquista, tratando a todos aquellos que han defendido la legalidad republicana como si se hubiesen rebelado contra el poder constituido. Merced a esta lógica al revés, los defensores de la República acabarán delante de consejos de guerra en que se les acusará de rebelión militar. El número total de ejecuciones políticas entre 1939 y 1945, fue al menos de 28.000.

A las cuatro de la tarde de ese día, MUSSOLINI y su amante, son introducidos en un automóvil y a menos de un kilómetro de Giulino de Mezegra, obligados a descender. El Duce y Clara Petacci son ejecutados con dos ráfagas de la ametralladora del comisario local después que fallara una ametralladora Sten y un revolver. A MUSSOLINI fue necesario darle el tiro de gracia ya que con ocho balas en el cuerpo todavía respiraba. También otros prisioneros son ejecutados y todos sus cadáveres, junto con los d?el Duce y Clara Petacci son llevados en un camión hacia MlLÁN. Los cuerpos del Duce y Clara Petacci son colgados cabeza abajo para exponerlos al público vituperio. El jefe de la resistencia, general Cardona, envía al Cuartel General de los aliados el famoso telegrama: “Lamento no poder entregarles a Mussolini, que ha sido juzgado por un tribunal popular y fusilado en el mismo lugar d?onde los fascistas asesinaron a quince patriotas”.

Al no rendirse todavía Japón, los estados Unidos deciden el lanzamiento de la segunda bomba atómica, esta vez sobre Nagasaki (Kyushu, Japón). Los muertos se elevan a 73.884 y los heridos a 74.909. El hecho de que el número total de víctimas producidas por la explosión sea más reducido que en la primera bomba de tres días antes, se debe a que la bomba ha estallada en el suelo en vez de hacerlo antes de llegar a él. La bomba de Nagasaki -Fat Man-era idéntica a la de Alamogordo. Paul Bregman, uno de los tripulantes del avión que arroja esta bomba, se suicidará en su casa de Los Ángeles en 1985. A pesar de los dramáticos efectos de las dos bombas atómicas, éstas permiten que la Segunda Guerra Mundial se acabe antes de los previsto, impidiendo más bajas entre los aliados y salvando muchas más vidas de ciudadanos japoneses que seguramente hubieran muerto en caso de una invasión terrestre del archipiélago japonés.

Tras un largo y discutido proceso, Julius Rosenberg y su esposa Ethel son ejecutados en la silla eléctrica de la cárcel de Sing Sing (Nueva York, EE.UU.), convictos de espionaje. En su sentencia ha sido decisivo el testimonio del hermano de Ethel y también espía, David Greenglass, que sufrirá una condena menor. Medio siglo más tarde se retractará de los hechos atribuidos a su hermana. Es la primera ejecución por espionaje de civiles en la historia de Estados Unidos. El origen del juicio y ejecución de este matrimonio hay que buscarlo en las filtraciones de secretos nucleares acontecidas tanto en el centro de investigación nuclear de Los Álamos como en la Universidad de Berkeley, donde existía un importante sector simpatizante de la izquierda, especialmente entre los científicos. Un antiguo maquinista del centro super-secreto de Los Álamos, el sargento David Greenglass, hermano de Ethel, confesó haber pasado secretos a los rusos y acusó asimismo a su hermana y al esposo de ésta. El matrimonio Rosenberg fue detenido, acusado y juzgado por espionaje.

La política represiva caracteriza el periodo franquista. Superada la fase de la posguerra, en que se ha recurrido constantemente a la legislación militar y a sus consejos de guerra, la dictadura crea un nuevo organismo represor para la justicia civil. Es el Tribunal de Orden Público, el famoso TOP, que será el encargado de juzgar y reprimir todas aquellas conductas, actos y opiniones que se aparten de la doctrina oficial fijada por el estado. Sustituye al antiguo Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo (1940-1963). Es una jurisdicción especial para todo lo que el régimen considere delitos políticos. En 1967, con cuatro años de funcionamiento, ya habrá abierto más de 4.000 sumarios.

Un jurado de Tampa (Florida, EE.UU.) declara al español José Martínez Pérez, de 29 años, inocente de los dos asesinatos por los que fue condenado a muerte en 1997. La revisión del caso pudo conseguirse gracias a los fondos recaudados por sus padres en una campaña por todo el mundo, y de ella resultó la consideración de «no suficientes» para las pruebas contra Martínez.

En Turquía, en octubre de 2002, le es conmutada la pena de muerte a OCALÁN. Desde entonces cumple una condena de cadena perpetua en una isla cerca de Estambul, donde es el único prisionero. Sus abogados han mantenido ante el tribunal europeo que a OCALÁN le ha sido negado el acceso completo a su equipo legal durante el juicio. Aunque el dictamen de la Corte Europea no es vinculante, presiona a Turquía, país que intenta ingresar a la Unión Europea, a someter a OCALÁN a un nuevo proceso.