GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS (1618-1648)

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Batalla de Stadtlohn. El conde de Tilly logra una nueva victoria sobre los protestantes.


Batalla de Stadtlohn. El conde de Tilly logra una nueva victoria sobre los protestantes.

Las posesiones de los Habsburgo son atacadas por todo el mundo. Los medios cada vez son más escasos.


Desde 1618, los Habsburgo hispánicos agotan sus recursos humanos y financieros en la guerra que está abierta en Europa luchando contra los checos, los luteranos alemanes, los holandeses, los daneses, los suecos, los franceses, los saboyanos, los venecianos… la plata americana resulta cada vez más insuficiente para pagar a unos soldados que exigen cobrar en oro. Las minas americanas ya no rinden como a finales del siglo XVI y el tipo de cambio entre el oro y la plata es cada vez más desfavorable. La ambición de los Habsburgo parece infinita y el número de sus enemigos también. La guerra no solamente se extiende por todos los rincones de Europa, sino que Holanda la lleva por todos los océanos. Los corsarios de Piet Heyn saquean la flota hispánica procedente de América con toda la plata de un año. Además, conque FELIPE IV de Castilla también es rey de Portugal, los holandeses lo aprovechan para atacar las posesiones portuguesas en el Brasil, en África y en Asia. FELIPE IV y el Conde duque de OLIVARES no dan abasto.

La Liga Católica proyecta exigir la restitución de los bienes eclesiásticos secularizados desde 1552.


En 1625, en el ambiente de la Guerra de los Treinta Años, la Liga Católica plantea el problema de los bienes eclesiásticos secularizados desde 1552, cuya restitución proyecta exigir. No sólo se oponen a la posible restitución los príncipes protestantes alemanes, también lo hace Cristian IV de Dinamarca, luterano, que como duque de Holstein es príncipe del Imperio.

FELIPE IV de España pide al papa URBANO VIII, la condena espiritual de la desleal política francesa.


FELIPE IV de España pide al papa URBANO VIII, en reciprocidad con su incuestionada fidelidad, la ayuda económica del Vaticano y la condena espiritual de la desleal política francesa. Mas el papa no responde, pesan demasiado las lecciones del pasado, de forma que URBANO VIII teme tanto el excesivo poder del eje imperial hispano-alemán del que Italia nunca se ha visto libre, como que Francia se oriente hacia posiciones cismáticas como las adoptadas por Inglaterra, quiere mantener una aparente neutralidad no comprendida por el bando católico y arriesga que Roma se vea expuesta a la ofensiva de las tropas imperiales con la que amenaza seriamente Albrecht von Wallestein. Esta evasión se evita en última instancia cuando el papa, en un gesto compensatorio de su negativa a reprobar la actuación francesa, quiere complacer a FELIPE IV con otra negativa: en este caso, la del reconocimiento de la independencia de Portugal, que logra desgajarse de España en 1640, y de la legitimación de la casa de Braganza en la persona de Juan IV.

Francia, Venecia y Saboya se unen contra Génova, el principal aliado de los Habsburgo en Italia.


En la fecha, Francia, Venecia y Saboya se unen contra Génova, el principal aliado de los Habsburgo en el norte de Italia. Su puerto constituye el punto de partida del “camino español” y sus banqueros son fundamentales para las finanzas hispánicas, porque son los que cambian la plata que llega de América por el oro que sirve para pagar a los soldados. Los franceses atacan la Valtellina y bloquean el puerto de Génova. De esta manera, esperan interrumpir la ruta terrestre entre el Milanesado y el sur de Alemania, y la vía marítima entre el norte de Italia y la Península Ibérica. Sin duda era una amenaza para todo el sistema estratégico de los Habsburgo.

FEDERICO ENRIQUE sucede a su hermano mayor como estatúder de las Provincias Unidas.


Habiendo fallecido Mauricio de Nassay, le sucede su hermano menor FEDERICO Enrique, príncipe de Orange Nassau, convirtiéndose en el tercer Estatúder de las Provincias Unidas (1625-1647). Era un buen político y un buen militar, que supo gobernar con éxito su país, en medio de grandes dificultades derivadas de la guerra contra España, en una Europa asolada por la Guerra de los Treinta Años. También Holanda se verá involucrada en la guerra de los Treinta Años. Se aliará con Francia contra los españoles -a quienes vence en varias batallas-.

Tropas de Dinamarca se ponen del lado de los luteranos e invaden Alemania.


Francia estimula a CRISTIÁN IV de Dinamarca para que intervenga en la Guerra de los Treinta Años. Es duque de Holstein, una región alemana situada inmediatamente al sur de Dinamarca, lo que justifica su interés por la marcha de los asuntos alemanes. Por otra parte, pretende para su hijo los obispados de Verden y Bremen, lo que facilitaría el control danés sobre el comercio del norte de Alemania. Luterano, el rey danés se muestra dispuesto a apoyar a los príncipes de esta misma confesión, preocupado además por la posibilidad de que Suecia adopte el papel de protectora de los protestantes alemanes con la consiguiente influencia sobre ellos. En consecuencia, tropas de Dinamarca se ponen del lado de los luteranos e invaden, en la fecha, Alemania. Francia, lógicamente, apoya la entrada de este nuevo país. Así comienza la segunda fase de la Guerra de los Treinta Años.

CARLOS I Estuardo es vencido en la guerra contra España (1626).


La preocupación principal de CARLOS I Estuardo durante el inicio de su reinado es la política exterior. FEDERICO V, Elector Palatino, marido de su hermana ISABEL, ha perdido sus tierras hereditarias en el Palatinado a manos del emperador FERNANDO II de Habsburgo, comenzando la llamada Guerra de los Treinta Años, la cual originalmente es sólo una guerra para mantener la hegemonía de los Habsburgos católicos como reyes electos de Bohemia, aunque esto terminará convirtiéndose en una espiral sin control que acabará en una guerra civil y confesional entre los protestantes y los católicos en Europa. Así, CARLOS I Estuardo, emprende una guerra con el rey FELIPE IV de España, al cual espera poder forzar para que interceda con el emperador en su favor, pero es vencido.

La intervención de Dinamarca es decepcionante por cuanto es vencida en Lutter (1626).


La intervención de Dinamarca es decepcionante por cuanto es vencida en Lutter (1626) por las tropas de la Liga Católica, dirigida por Tilly, y obligada a retroceder a su país.

Esta pieza también aparece en ... DINAMARCA • LIGA CATÓLICA (1609)