GUSTAVO II ADOLFO de Suecia, se halla ocupado en esta época luchando contra Polonia, pero Francia logra negociar una tregua en esa guerra. A continuación proporciona a GUSTAVO II ADOLFO una cuantiosa ayuda financiera, y le señala el camino del sur. Así, en la fecha, los suecos desembarcan en Alemania. Se inicia la tercera fase de la Guerra de los Treinta Años. El emperador, esperando poder evitar la alianza de los alemanes con el rey sueco, prescinde de los servicios de WALLENSTEIN, cuyas depredaciones lo han convertido en un personaje odioso.

Durante el invierno de 1630-1631 y en la primavera siguiente, el católico Tilly mantiene el asedio de la ciudad protestante de Magdeburgo. El rey sueco, GUSTAVO ADOLFO II, avanzando con gran rapidez, toma Frankfurt del Odeen, en la fecha, esperando que su proximidad induzca a Tilly a levantar el sitio y enfrentarse a él.

Pero el católico Tilly no actúa de ese modo. Mantiene el sitio, toma la ciudad de Magdeburgo, en la fecha, y la somete a un implacable saqueo, dando muerte a 25.000 de sus 30.000 habitantes y la incendia después hasta los cimientos.

Sajonia, un Estado protestante, ha tratado de permanecer neutral, pero al fin decide unirse al rey protestante de Suecia. Entonces el católico Tilly la arrasa y, en el mes de septiembre, toma Leipzig. El sueco GUSTAVO ADOLFO II se dirige a su encuentro.

Los dos ejércitos, el del rey sueco y el del católico Tilly, se encuentran, el día 17, a unos 6 km de Leipzig. GUSTAVO II ADOLFO, rey sueco, es un caudillo militar de primer orden. Ha contribuido a idear mosquetes más ligeros, fáciles de transportar y capaces de entrar rápidamente en acción. También su artillería es más ligera y móvil. Ha introducido cartuchos para los mosquetes, con lo que siempre se cargan con la cantidad precisa de pólvora para abrir fuego, y ha perfeccionado y uniformizado la calidad de la misma pólvora. En resumen, todas las iniciativas de GUSTAVO ADOLFO II apuntan a lograr una gran movilidad, mayor maniobrabilidad y superior rapidez. En consecuencia, el ejército de Tilly es aplastado y puesto en fuga.

Francia ocupa nuevas posisicones estratégicas en la Lorena. Esta nueva amenaza contra el “camino español” y los éxitos suecos en el norte de Alemania estimulan la firma de un tratado de ayuda mutua entre las dos ramas de los Habsburgo: la austríaca y la hispánica. En este nuevo contexto, Francia intenta mantenerse fuera de un conflicto frontal con los Habsburgo, aunque continúa dando soporte a todos sus enemigos. RICHELIEU quiere ahorrar tantos recursos como sea posible para cuando sea imprescindible su intervención directa.

Durante el periodo sueco de la Guerra de los Treinta Años, conflicto religioso que acabó siendo una lucha por la hegemonía europea, GUSTAVO II ADOLFO de Suecia, conduce libremente su ejército por toda Alemania, y en la Batalla de Lech, librada en la fecha, contra las tropas del elector de Baviera y jefe de los católicos alemanes, MAXIMILIANO II (Liga católica de Augsburgo), bajo el mando del conde de Tilly, éste resulta muerto. El emperador FERNANDO repone en su cargo a WALLENSTEIN al frente del ejército, y GUSTAVO II ADOLFO maniobra para encontrarse con él.

En los primeros años de este siglo XVII, Alsacia va perdiendo paulatinamente su rol de centro comercial y se verifica un decrecimiento de las actividades económicas que garantizaban la supremacía de la burguesía. Esta clase social, paga duramente las consecuencias de la Guerra de los Treinta Años: ya en agosto de 1632, los suecos (aliados de Francia) ocupan las más importantes plazas fuertes de Alsacia

En la fecha, los dos ejércitos (el sueco con GUSTAVO II ADOLFO y el alemán con WALLENSTEIN) se enfrentan en Lutzen, no lejos de Leipzig en dirección Oeste. WALLENSTEIN es un luchador temible, pero es vencido, aunque por poco, y ha de retirarse. Pero en el transcurso de la batalla perece GUSTAVO II ADOLFO, lo que significa un desastre para los protestantes.

CRISTINA de Suecia (1632-1654) sucede a Gustavo II Adolfo con la regencia de Oxenstierna. CRISTINA era una mujer excéntrica a la que hoy se conoce sobre todo por haber contribuido a la muerte del gran filósofo francés René Descartes, al obligarle a que le diera conferencias al amanecer en medio de las corrientes de aire en el frío palacio, en pleno invierno sueco. El pobre Descartes morirá, en efecto, de neumonía, el 1 de febrero de 1650.