Varios factores explican la continuación de la guerra en Europa y la ampliación del marco de operaciones y del número de participantes. Por un lado, FERNANDO II extrema su política represora en Bohemia, el Palatinado y la propia Austria, y sus modos decididamente a favor de incrementar el poder imperial no sólo molestan a la Unión, sino a los propios príncipes católicos, críticos también ante la entrega por el emperador del mando de sus tropas a WALLENSTEIN, noble bohemio católico, quien alimenta y paga a su ejército, de hasta 100.000 hombres, con el producto del saqueo del territorio circundante. Esta práctica inicia la costumbre, a lo largo de esta guerra, de arrasar sistemáticamente las tierras y de despojar y matar sin piedad a la población civil.
WALLENSTEIN (Noble bohemio católico)
Total de piezas: 9
Finaliza la segunda fase de la Guerra de los Treinta Años.
CRISTIÁN IV de Dinamarca pierde, batalla tras batalla, ante Tilly y WALLENSTEIN, hasta que en la fecha, se muestra satisfecho de poder acordar la paz – la «Paz de Lübeck»- aun al precio de ceder el Holstein. Así finaliza la segunda fase de la Guerra de los Treinta Años. En este momento, todo parece favorable para Austria. FERNANDO, firme en su trono imperial, vuelve a ejercer el poder supremo en Bohemia. Los Estados protestantes de Alemania están derrotados en toda regla o mantienen una temerosa neutralidad. No parece, pues, muy difícil limpiar el Imperio de protestantes y devolverlo al seno del catolicismo. Y de hecho, con el Edicto de Restitución, promulgado en el mes de marzo, ha empezado la desarticulación de las congregaciones y el culto protestante.
FERNANDO II pretende transformar la dignidad imperial en un poder absoluto y hereditario.
El emperador del SIRG, FERNANDO II, está claro que pretende transformar la dignidad imperial en un poder monárquico absoluto y hereditario. Por encima de estos objetivos concretos pretende la Dominación universal de la Casa de Austria de acuerdo con los Habsburgo de Madrid. Los príncipes alemanes y las potencias europeas cada vez toman más conciencia de ello. Los príncipes católicos alemanes, aun deseando el triunfo de la Iglesia Católica, se oponen a la hegemonía de los Habsburgo. Por otra parte, están preocupados por la creciente influencia de OLIVARES en la corte de Viena y por las intrigas de WALLENSTEIN, que saquea las tierras católicas y protestantes indistintamente con la excusa de aplicar el edicto de Restitución.
Brandeburgo y Prusia son apetecidas por las potencias contendientes en la Guerra de los Treinta Años.
Durante la Guerra de los Treinta Años, JORGE GUILLERMO I trata de mantenerse neutral entre las fuerzas católicas romanas del Sacro Imperio Romano y los principados protestantes. Como su hermana María Leonor de Brandeburgo era reina de Suecia, JORGE GUILLERMO tiene que maniobrar entre las peticiones de ayuda de su cuñado protestante GUSTAVO II ADOLFO de Suecia y sus propios consejeros protestantes, por un lado, y su canciller católico el conde Adam von Schwarzenberg, por el otro. Pero los estratégicos territorios de Brandeburgo y Prusia provocan las apetencias de las potencias contendientes en la Guerra de los Treinta Años, y Jorge GUILLERMO I ve como sus estados son invadidos, en la fecha, por las tropas imperiales (FERNANDO II de Habsburgo), dirigidas por Alberto WALLENSTEIN. El elector pide ayuda a su cuñado, el ?valeroso rey GUSTAVO II ADOLFO de Suecia. Ahora, éste a cambio de ayuda, reclama los puertos de Pomerania y la mano del príncipe heredero Federico Guillermo para su hija y heredera Cristina. Tropas protestantes y católicas por igual queman y saquean la región.
Intento de elección de FERNANDO, hijo del emperador del SIRG FERNANDO II, como Rey de Romanos.
El emperador del SIRG, FERNANDO II, convoca en 1630 una asamblea de electores sólo católicos en Ratisbona para que se nombre Rey de Romanos (o sea, sucesor en el trono del emperador) a su hijo mayor FERNANDO. Los enviados de RICHELIEU a la dieta, explotan hábilmente el descontento de los electores católicos, especialmente de MAXIMILIANO de Baviera, hacia el emperador. Éstos exigen la destitución de WALLENSTEIN -caudillo mercenario al servicio del emperador FERNANDO II contra los rebeldes protestantes y la intervención de sus aliados suecos y daneses- y la disolución de su ejército. Pero, después que el emperador da su conformidad, se niegan a elegir a su hijo como Rey de Romanos.
Los suecos desembarcan en Alemania. Se inicia la tercera fase de la Guerra de los Treinta Años.
GUSTAVO II ADOLFO de Suecia, se halla ocupado en esta época luchando contra Polonia, pero Francia logra negociar una tregua en esa guerra. A continuación proporciona a GUSTAVO II ADOLFO una cuantiosa ayuda financiera, y le señala el camino del sur. Así, en la fecha, los suecos desembarcan en Alemania. Se inicia la tercera fase de la Guerra de los Treinta Años. El emperador, esperando poder evitar la alianza de los alemanes con el rey sueco, prescinde de los servicios de WALLENSTEIN, cuyas depredaciones lo han convertido en un personaje odioso.
Batalla del río Lech en la que resulta muerto el conde de Tilly jefe del ejército imperial.
Durante el periodo sueco de la Guerra de los Treinta Años, conflicto religioso que acabó siendo una lucha por la hegemonía europea, GUSTAVO II ADOLFO de Suecia, conduce libremente su ejército por toda Alemania, y en la Batalla de Lech, librada en la fecha, contra las tropas del elector de Baviera y jefe de los católicos alemanes, MAXIMILIANO II (Liga católica de Augsburgo), bajo el mando del conde de Tilly, éste resulta muerto. El emperador FERNANDO repone en su cargo a WALLENSTEIN al frente del ejército, y GUSTAVO II ADOLFO maniobra para encontrarse con él.
En el transcurso de la Batalla de Lutzen perece GUSTAVO II ADOLFO, rey de Suecia.
En la fecha, los dos ejércitos (el sueco con GUSTAVO II ADOLFO y el alemán con WALLENSTEIN) se enfrentan en Lutzen, no lejos de Leipzig en dirección Oeste. WALLENSTEIN es un luchador temible, pero es vencido, aunque por poco, y ha de retirarse. Pero en el transcurso de la batalla perece GUSTAVO II ADOLFO, lo que significa un desastre para los protestantes.
WALLENSTEIN es asesinado por orden del emperador FERNANDO II de Habsburgo.
WALLENSTEIN no es un insensato y se da cuenta de que quince años de guerra -Guerra de los Treinta Años- no han conducido a un resultado que merezca semejante carnicería. Considera, pues, que lo mejor será una paz de compromiso, y trata de concertarla de modo que le garantice a él una posición de poder en Bohemia. Pero el intransigente emperador ?FERNANDO II no desea ni la paz de compromiso con los protestantes ni a un poderoso WALLENSTEIN en Bohemia. La mejor manera de evitar ambas cosas es mandar asesinar al general. El crimen se perpetra el 25 de febrero de 1634.