GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS (1618-1648)

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Los franceses inician una contraofensiva. Los españoles derrotan a los franceses en Fuenterrabía.


Aprovechando las tropas movilizadas para la defensa de Leucata, los franceses inician una contraofensiva aunque la respuesta francesa no se produce en la frontera catalana, como se temía, sino en la guipuzcoana. Los españoles derrotan a los franceses en Fuenterrabía.

OLIVARES cree que es el momento de incorporar a los catalanes a la política de la Corona.


Después de la victoria en el Rosellón, con ocasión de la Guerra de los Treinta Años, en la que han intervenido tropas castellanas y catalanas, OLIVARES cree que es el momento de incorporar a los catalanes a la política de la Corona y convoca Cortes en Poblet. Aunque según los fueros, debían celebrarse en Barcelona, los catalanes lo acatan en seguida, esperando poder solucionar sus problemas. Se dan prisa en poner en condiciones el monasterio para que albergue al séquito real, así como unos cotos donde el monarca se distrajera cazando y, por aburrimiento, no les incordiase como las veces anteriores. Sin embargo, no llega a fijarse la fecha en que deben comenzar las Cortes, que se retrasan indefinidamente.

El emperador FERNANDO III se muestra ahora dispuesto a dejarlos en paz en toda Alemania.


El emperador FERNANDO III se muestra reacio a permitir la existencia de protestantes en su reino, pero ahora está dispuesto a dejarlos en paz en toda Alemania. Su opción por la paz se acentúa cuando los suecos, bajo el mando del competente general Lennart Torstenson, derrotan a los imperiales, en la fecha, cerca de Leipzig.

Francia derrota a los tercios españoles en Rocroi (Las Ardenas-Francia)


Francia apoya las sublevaciones de Portugal y Catalunya en España y, en la fecha, derrota a los tercios españoles en Rocroi (Las Ardenas-Francia).

Las negociaciones de paz se realizan en Münster y Osnabruck (Westfalia) entre 1643 y 1648.


Las negociaciones de paz se realizan en Münster y Osnabruck (Westfalia) a lo largo de los años de 1643 a 1648, entre el Imperio por una parte y Francia y Suecia por otra. Alemania, que ha quedado muy maltrecha por los avances y retiradas de los ejércitos, aún resultará más castigada durante los años de negociaciones, mientras las diversas partes maniobren para sacar la mayor ventaja. La población del Imperio ha descendido de 22 millones de habitantes hasta, quizá, 17 millones y el hambre alcanzará tal extremo, que se darán casos de canibalismo. Se trata de la peor devastación que conocerá Europa desde que fue arrasada por los mongoles cuatro siglos antes.

FERNANDO III da a todas las regiones de Alemania el derecho de conducir su propia política exterior


FERNANDO III, emperador del SIRG, da a todas las regiones de Alemania el derecho de conducir su propia política exterior (ius belli ac pacis). De este modo el Emperador trata de ganar a más aliados en las negociaciones con Francia y Suecia. Este edicto contribuye a la erosión gradual de autoridad imperial en el Sacro Imperio Romano.

Se precipitan las conversaciones de paz.


El ejército sueco derrota a Dinamarca, que apoya a los imperiales y que tras la Paz de Brömsebro (1645) es eliminada definitivamente del conflicto por la hegemonía en el Báltico.

España acepta la cesión del condado de Rosellón a Francia a cambio de mantener las posesiones italianas.


En la conferencia de Münster, España, por tal de mantener las posesiones italianas, aceptan la cesión “a perpetuidad, y con alienación irrevocable, del condado de Rosellón […] y que quede unido é incorporado a la Corona de Francia”.

A finales de la guerra de los Treinta Años el Estado español se declara en quiebra.


El 1 de octubre de 1647, a finales de la guerra de los Treinta Años -iniciada en 1621 contra Francia, Holanda y los príncipes alemanes-, el Estado español se declara en quiebra. No es más que la continuación de la crisis iniciada en 1640 tanto en el interior de la Península, sublevaciones de Catalunya y Portugal y grave crisis agraria; como en el exterior, sublevación de Nápoles, Sicilia, guerra con Francia y Holanda, en donde el Imperio español está tocando a su fin. Ante el incremento de los gastos, la Hacienda española no tiene más remedio que suspender los pagos a sus acreedores.