ORDEN DEL TEMPLE o TEMPLARIOS

Total de piezas: 37

El Concilio de Salzburgo propone formar una sola orden militar agrupando a los Templarios, los Hospitalarios y los Caballeros Teutónicos.


El Concilio de Salzburgo propone formar una sola orden militar agrupando a los Templarios, los Hospitalarios de Jerusalén y los Caballeros Teutónicos bajo la regla de la Orden del Temple, pero el Gran Maestre de ésta, BERNARDO DE MOLAY, rechaza la propuesta con un escrito que dirige al Papa redactado de tal forma que le convence.

FELIPE IV el Hermoso, rey de Francia, alaba a los templarios mientras prepara un golpe bajo contra la orden.


FELIPE IV el Hermoso, rey de Francia, alaba a los templarios mientras prepara un golpe bajo contra la orden. El monarca francés no puede perdonar dos cosas: haber visto rechazada su petición de entrar en la orden y el hecho de que en diferentes ocasiones les ha pedido dinero, se lo han concedido y ahora no puede devolverselo porque está cargado de deudas. Pero FELIPE IV necesita más dinero para financiar su guerra en Flandes y codicia, por otra parte, los bienes que detentan los Templarios. Por ello, da orden de arresto contra los Templarios y contra su Gran Maestre JACQUES DE MOLAY, a los que se les acusa de todos los crímenes posibles. A los 138 detenidos se les somete a torturas y 36 mueren a consecuencia de las mismas. El Papa, CLEMENTE V, intenta sustraer el proceso de las manos del rey pero no lo consigue. El rey de Francia, por otra parte, presiona a los cardenales para que lo ayuden en la persecución.

JAIME II el Justo, ordena la persecución de los templarios en la Corona de Aragón.


JAIME II el Justo, siguiendo el proceso iniciado por el rey de Francia, FELIPE el Hermoso, ordena la persecución de los templarios en la Corona de Aragón. Las propiedades de los miembros de esta orden son expropiadas y muchos de ellos acabarán condenados como herejes.

¿Pero de qué se acusa a los Templarios?


¿Pero de qué se acusa a los Templarios? Para empezar, la idea de que se consideren protectores del Templo hace que algunos de sus enemigos indiquen que si el Templo para los cristianos significa el Santo Sepulcro, para los musulmanes y judíos recuerda el Templo de Salomón, y acusan por tanto a los templarios de concomitancias con los infieles a la par que les atribuyen herejías maniqueas albigenses y otras herejías medievales.

La acusación más grave contra los templarios es la que asegura que la ceremonia de recepción de los nuevos caballeros va acompañada de sacrilegios.


Pero la acusación más grave contra los templarios es la que asegura que la ceremonia de recepción de los nuevos caballeros va acompañada de múltiples sacrilegios. Se celebra de noche en la iglesia ante el capítulo de la Orden a puerta cerrada y, según los acusadores, los nuevos caballeros deben pisotear el crucifijo puesto en el suelo. Extraña cosa para unos caballeros que llevan la cruz en sus mantos, pero no importa, la cuestión es acusarlos de algo grave aunque sea inverosimil. Y más todavía lo es la acusación de que adoran a un ídolo llamado Bafumet, probablemente una corrupción del nombre Mahomed o Mahoma. Y así se llenan páginas de fantásticas acusaciones contra la Orden.

Una bula del Papa Clemente V decreta la detención de los templarios en todos los territorios cristianos.


La detención de los templarios sin la autorización del pontífice, de quien depende directamente la Orden, hace protestar a CLEMENTE V pero FELIPE IV de Francia lo convence presentándole las confesiones obtenidas bajo tortura y consigue que el Papa promulgue la bula “Pastoralis praeminen” que decreta la detención de los templarios en todos los territorios cristianos. Presionado por el rey francés, CLEMENTE V convoca en 1308, mediante la publicación de la bula “Regnums in coelis” el concilio de Vienne que se celebrará entre 1311 y 1312.

La Inquisición comienza a apoderarse de los bienes de los templarios conforme a las órdenes del papa.


El papa CLEMENTE V escribe a los reyes de Aragón, Castilla y Portugal y a los inquisidores de estos reinos, que manden prender a los templarios, que todavía no han sido perseguidos. La Inquisición comienza a apoderarse de sus bienes conforme a las órdenes del papa, y trabaja para reunir a todos los caballeros del Temple en los distintos conventos para examinar su fe y su conducta. Algunos son reconciliados y otros condenados a durísimas penas.

FELIPE IV, rey de Francia, escoge a NOGARET, su fiel consejero, para que consiga un apoyo legal a sus acciones contra los templarios.


FELIPE IV el Hermoso, rey de Francia, escoge a NOGARET, su fiel consejero, para que reúna a doctos especialistas en teología y en derecho canónico para que den un apoyo legal a sus acciones contra los Templarios. Las más grandes injusticias siempre encuentran jueces y fiscales que al servicio del poder, por injusto que éste sea, den visos de legalidad a las más infames corrupciones.

La única esperanza de los templarios está puesta a pesar de todo en el Papa CLEMENTE V.


La única esperanza de los templarios está puesta a pesar de todo en el Papa CLEMENTE V. Saben perfectamente que el rey FELIPE IV de Francia, no les dará ocasión ninguna de defenderse y confían en que un tribunal eclesiástico presidido por el Sumo Pontífice los escuche y obre en justicia. Pero el rey no quiere de ningún modo que la Orden del Temple se le escape de las manos y nombra una comisión formada por eclesiásticos de su confianza para que, tras una parodia de proceso, sean condenados sin dilación. FELIPE IV hace acelerar el juicio hasta el punto que, sin esperar más, dispone que 54 caballeros, que habiendo declarado contra sí en el tormento se han declarado luego inocentes de toda culpa, sean declarados relapsos, degradados por el obispo de París y entregados al brazo secular. Veinticuatro horas después serán quemados vivos ante la mirada sorprendente de los parisinos.

Se sabe que en varios países de Europa los caballeros de la Orden del Temple han sido absueltos.


Se sabe que en varios países de Europa los caballeros de la Orden del Temple han sido absueltos: los de Alemania se han presentado armados de punta en blanco a los arzobispos de Maguncia y de Tréveris proclamándose inocentes. Un sínodo en Salamanca ha declarado en favor de la Orden, en Castilla y Aragón han sido absueltos totalmente, también en Bolonia, y el Concilio de Rávena los ha declarado libres por no demostrarse ninguno de los delitos que se les imputa. En Inglaterra son tan claras las declaraciones que se hacen en su favor que nadie osa condenarlos.