PERSECUCIONES GENERALES A LOS CRISTIANOS EN TIEMPO DEL IMPERIO ROMANO

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Basilides y Marcial son dos obispos apóstatas por la persecución de DECIO en España.


Basilides y Marcial son dos obispos apóstatas por la persecución de DECIO en España. En las comunidades de León-Astorga y de Mérida son los mismos obispos los que ceden al temor. Estos dos obispos no solamente son débiles en la persecución, además Marcial es un obispo que no ha renunciado a sus costumbres no cristianas, manteniendo el contacto con sus amigos y consocios de un colegio funerario, con los que celebra alegres banquetes y en cuyo gremio mantienen las prácticas funerarias paganas, en una época en la que ya los cristianos cuentan con cementerios propios e independientes. Ante las persecuciones de que son objeto los cristianos, se produce entre ellos un derrumbe general de la moral. Muchos obispos que han de ser aliento y ejemplo a otros, renuncian al sagrado ministerio, abandonan a su gente, se alejan del distrito, tratan de hacer dinero, se apoderan de propiedades apelando a métodos fraudulentos y se dedican a la usura. Algunos fieles realizan los sacrificios oficiales, pero también continúan siendo cristianos. La Iglesia nunca puede adoptar una política uniforme frente a la persecución.

Es posible que la propiedad de la Iglesia es una tentación que lleva al compromiso a muchos clérigos.


No cabe duda de que la persecución desencadenada, en la fecha, por DECIO a los cristianos y otras persecuciones posteriores resultan sumamente eficaces. Es posible que, como había afirmado Tertuliano, la sangre de los mártires sea la simiente de la fe; pero la propiedad de la Iglesia es una tentación que lleva al compromiso. Por ejemplo, hacia el año 250 la Iglesia de Roma posee riquezas suficientes como para mantener un obispo, cuarenta y tres presbíteros, siete diáconos, siete subdiáconos, cuarenta y dos acólitos y cincuenta y dos exorcistas, lectores y porteros y atender una lista de caridad de más de 1.500 personas. Los inventarios oficiales demuestran que son secuestradas grandes cantidades de artículos, vajilla de oro y plata, vestiduras y adornos preciosos, provisiones de alimentos y ropas, libros y efectivo. El clero cristiano tal vez estuviera más dispuesto a sacrificar su vida que las cosas valiosas de la Iglesia.

Se agravan las disposiciones dictadas por VALERIANO en contra de los cristianos.


En el año 258 se agravan las disposiciones dictadas por VALERIANO en contra de los cristianos emitiendo un nuevo edicto. A los obispos, sacerdotes y diáconos se les aplica de inmediato la pena de muerte. Los senadores, los altos funcionarios y los caballeros romanos serán depuestos o degradados y, al mismo tiempo se confiscarán sus bienes. Las nobles matronas incurrirán en pérdida de sus bienes y en destierro. La servidumbre cristiana de la corte imperial perderá sus bienes y, encadenados como esclavos, pasarán a ser propiedad del emperador. Esta persecución sistemática de cristianos será considerada la “octava” persecución general de los cristianos.

El emperador GALIENO publica un edicto de tolerancia en el 261. Cuarenta años de paz.


El emperador GALIENO publica un edicto de tolerancia en el 261. El número de los cristianos aumentará rápidamente por este motivo sobre todo en Asia Menor. Se construirán muchas iglesias. Anula el edicto de persecución del año 257, promulgado por su padre. No es que en todas partes gocen de una? paz inalterada e igual, pues no deja de haber persecuciones y martirios aislados. Se inicia -en consecuencia- un período de paz para los cristianos que durará unos cuarenta años y en el que irá estructurándose la Iglesia Universal.

En tiempo de AURELIANO se produce una nueva persecución de los cristianos (la novena)


En este año, siendo emperador romano AURELIANO se produce una nueva persecución de los cristianos (la considerada “novena” persecución general) pero semejante afirmación no pasa de lo legendario.

El martirio de un tal JORDI no está documentado históricamente. Pero es indiscutible el culto hacia él.


Está históricamente probado que un noble cristiano de Nicomedia saca uno de los edictos de DIOCLECIANO del lugar público en que ha sido colocado y lo hace pedazos. Este cristiano es inmediatamente quemado vivo. Se querrá identificar con un soldado llamado JORDI, pero no existe argumentación sólida que lo pruebe. (Parece que ha sido un tal EUETHIOS, citado en el martirologio siro el 24 de febrero). Sólo es indiscutible el floreciente culto, cien años después, hacia San JORDI. En efecto, durante el siglo IV la veneración al santo se extiende desde Palestina al resto del Imperio Romano de Oriente y en el siglo V su popularidad llega a la parte occidental del imperio.

Último edicto de DIOCLECIANO que obliga a todos los cristianos a sacrificar a los dioses.


Cuarto y último edicto de DIOCLECIANO que obliga a todos los cristianos a sacrificar a los dioses. La efectividad de este edicto, se extenderá hasta el 311, llamándose a esta época la era de los mártires. El Imperio presencia crueldades horrendas. Deben emplearse toda clase de medios y los más exquisitos tormentos para obtener la apostasía, y en caso de resistencia obstinada, darles la pena de muerte. Esta persecución está considerada la “décima y última” ordenada contra los cristianos por los emperadores romanos. El número de los cristianos alcanza ya el 50% de la población. ¿Cuántos son los mártires?. En los siglos siguientes se hablará de centenares de miles y hasta de millones de víctimas. Estas cifras son claramente exageradas. Por el contrario, algunos historiadores del siglo XX sólo tendrán en cuenta a los mártires de los que se ha conservado el nombre y el relato de su ejecución. El número se reduce entonces considerablemente: menos de 3.000 en la última persecución. Seguramente la verdad se sitúa entre los dos extremos, si tenemos en cuenta el recuerdo tan horroroso que dejará la persecución de DIOCLECIANO.

En el siglo IV, muchas comunidades apelan al patrocinio de mártires inciertos.


En general todas las fuentes que nos hablan de los mártires son dignas de confianza. Sin embargo, a partir de esta fecha aproximadamente, el prestigio de los mártires es tal que muchas comunidades apelan al patrocinio de mártires inciertos. Nacen numerosos relatos más o menos legendarios.