GUILLERMO I (Rey de Prusia 1861-1888) y (Emperador de Alemania 1871-1888)

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NAPOLEÓN III declara la guerra a Prusia («Guerra franco-prusiana»).


El problema de la candidatura Hohenzollern-Sigmaringen al trono español proporcionará a BISMARCK el medio que necesita. Francia se opone a la candidatura de un príncipe alemán al trono de España -le recuerda demasiado la época de Carlos V- y el embajador francés intenta convencer a GUILLERMO I de que Prusia renuncie a la candidatura. En los intercambios diplomáticos que siguen, GUILLERMO I rechaza las demandas del embajador francés. Desde Ems (Prusia), donde se celebra la entrevista, el rey de Prusia envía el 13 de julio,? un telegrama a BISMARCK informándole del hecho. Mediante tachaduras, BISMARCK carga las tintas de su contenido convirtiendo el telegrama («Telegrama de Ems») en algo ofensivo para Francia. Lo entrega a la prensa y NAPOLEÓN III, en la fecha, declara la guerra a Prusia («Guerra franco-prusiana»)(1870-1871).

Los prusianos ponen sitio a París, pero la ciudad resistirá con gran coraje y tenacidad.


El 19 de septiembre de 1870, los prusianos ponen sitio a París, pero la ciudad resistirá con un coraje y una tenacidad que contribuirán en gran medida a salvar el orgullo nacional francés. Es una antigua situación que vuelve a plantearse, pero al revés. En 1806, los prusianos confiaron en poder hacer frente a Napoleón sin mayores complicaciones, pues creían estar viviendo aún en los tiempos de Federico el Grande. Ahora es Francia la que cree poder enfrentarse a Prusia con ventaja, pues piensa que aún se vive la época de Napoleón I. Probablemente NAPOLEÓN III no desea una guerra, pero su incapacidad se ha acrecentado, tanto más cuanto que la edad y la enfermedad están haciendo presa en él.

El nuevo Imperio alemán -el II Reich- se proclama en el Salón de los Espejos de Versalles.


El 18 de enero de 1871, BISMARCK, ministro presidente de Prusia, principal protagonista de los actuales acontecimientos, convence a todos los Estados alemanes, abrumados de temerosa admiración y agradecimiento, de que acepten la fundación de un \»Imperio alemán\» -el II Reich- que incluirá toda Alemania (pero no Austria), bajo el rey GUILLERMO I de Prusia, que se convertirá en emperador -kaiser- (1871-1888). Como una humillación añadida que se infiere a Francia, el nuevo Imperio alemán se proclama en el Salón de los Espejos de Versalles, el centro mismo desde el que Luis XIV ha dominado Europa casi dos siglos antes. El Imperio alemán no es un Estado completamente unitario. Si bien posee un idioma -el alemán- y un patrimonio literario comunes, el Norte es protestante y el Sur y el Oeste, católicos. Prusia, que domina el Imperio, es mayoritariamente protestante. Prusia supone dos terceras partes de la población y de la superficie del nuevo imperio. Berlín, futura capital alemana, se encuentra dentro del territorio de Brandeburgo.

A cambio de cierta autonomía política, militar y administrativa, Baviera entra a formar parte del II Reich.


LUIS II, rey de Baviera, pese a no pertenecer a la Confederación de Alemania del Norte, se suma a la causa de Prusia en el conflicto franco-prusiano y en 1871 decide, presionado por BISMARCK -que aprovecha su victoria sobre Francia- aceptar su propuesta de restablecimiento del imperio. Así, a cambio de cierta autonomía política, militar y administrativa, Baviera entra a formar parte del II Reich. También lo hacen los estados de Wurtemberg y de Baden. El mismo LUIS II, en representación de los príncipes alemanes ofrece la corona imperial a GUILLERMO I.

En Alemania, las leyes de mayo de 1873, sujetan al clero bajo un estricto control del Estado.


Las disposiciones desde el gobierno alemán para controlar la influencia de la Iglesia Católica, conocidas como «kulturkampf», se concretan en las leyes de mayo de 1873, que sujetan al clero alemán bajo un estricto control del Estado. En respuesta, PÍO IX escribe una carta a GUILLERMO I, que es replicada con otra del canciller en la que considera a los obispos como rebeldes y a los católicos como enemigos. La situación se agrava cuando los obispos alemanes y los diputados católicos expresan su negativa a acatar las leyes de mayo de 1873.

En Alemania se prohíben las asociaciones, la prensa y los sindicatos socialdemócratas, socialistas y comunistas.


GUILLERMO I, el emperador alemán ha sufrido en mayo (11 de mayo) y en junio (2 de junio) de este año dos atentados. A pesar de que ninguno de los autores tiene conexiones con el partido socialdemócrata, BISMARCK aprovecha la indignación general para reprimir a los socialistas. Hace aprobar, en la fecha, una ley por la cual las asociaciones y la prensa socialdemócrata, socialista y comunista, quedan prohibidas, y los sindicatos son inmediatamente disueltos. BISMARCK al mismo tiempo que intenta destruir todo vestigio socialista quiere ganar el apoyo de los obreros para el Estado con una política de reformas sociales, erigiendo entre 1881 y 1889 el sistema de previsión social más avanzado de la época. Sin embargo, la ley contra los socialistas y todas las demás actuaciones no logrará destruir a la socialdemocracia como poder político. Al contrario, sus ideas hallarán cada vez más seguidores. La actividad socialista pasa a la clandestinidad y se torna conspiradora.

Se renueva la Liga de los Tres Emperadores, por otros tres años (Alemania, Austria y Rusia, 1873).


Se renueva la Liga de los Tres Emperadores, por otros tres años (Alemania, Austria y Rusia, 1873).

El amistoso encuentro de ALFONSO XII con el káiser GUILLERMO I, causa recelo en Francia.


Un incidente de orden diplomático, tiene como protagonista al propio monarca ALFONSO XII. Su amistoso encuentro con el káiser GUILLERMO I causa recelo en Francia, que aún se resiente de la derrota en la guerra franco-prusiana. Lo que más irrita a los galos es que ALFONSO XII acepte el nombramiento de coronel de un regimiento de ulanos, que se halla en Alsacia, arrebatada por Alemania a los franceses.

Fallece GUILLERMO I de Alemania muy poco antes de cumplir 91 años.


Fallece GUILLERMO I de Alemania muy poco antes de cumplir 91 años. Ha desempeñado de muy buen grado el papel de Luis XIII, mientras que BISMARCK ha hecho el de Richelieu, y siempre ha reconocido que su canciller ha sido mucho más útil a Alemania que él mismo.