FELIPE II el Prudente (Rey de España) (1556-1598)

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Después de unos meses de enfrentamientos, el duque de Alba llega hasta las puertas de Roma.


Después de unos meses de enfrentamientos, el duque de Alba llega hasta las puertas de Roma. Temeroso el Papa, PABLO IV, de que se repita lo sucedido cuando el saqueo por las tropas del duque de Borbón, solicita un armisticio que le es rápidamente concedido. Tanto el de Alba como su rey no quieren provocar un enfrentamiento con el Papa, al estar considerada España a la cabeza de las naciones cristianas. Mientras se cumple el armisticio, el francés duque de Guisa, invade Nápoles, aunque no adelanta gran cosa en la conquista de este reino. Después de la victoria española sobre los franceses, en la Batalla de San Quintín, PABLO IV aliado de ENRIQUE II de Francia, no tiene más remedio que concentrarse en la reforma y pedir la paz con España.

FELIPE II refuerza las defensas de San Quintín y conquista otras plazas adyacentes.


FELIPE II refuerza las defensas de San Quintín y conquista otras plazas adyacentes que le permitan consolidar un corredor hasta Flandes, y se retira a invernar, licenciando a la mitad de sus tropas, lo que alivia su grave situación financiera.

España, en ausencia de su rey, vive un año en que la peste realiza infinitos estragos en las poblaciones de Murcia, Valencia y Burgos.


La España de 1558, en ausencia de su rey, vive un año en que la peste realiza infinitos estragos en las poblaciones de Murcia, Valencia y Burgos. Las nuevas teorías del protestantismo y la herejía se introducen paulatinamente entre ciertas gentes de relieve y buena posición; la Inquisición comienza a actuar en Sevilla y en Valladolid con gran rigor de sus sentencias. Algunas revueltas sacuden las tierras de Aragón y la presencia de FELIPE II se hace más y más necesaria para gobernar sus reinos.

El siglo XVI constituyó sin duda el de máximo apogeo del Santo Oficio.


El siglo XVI constituyó sin duda el de máximo apogeo del Santo Oficio, siendo lógicamente en esta centuria cuando en España se condena a la última pena a un mayor número de víctimas. Las primeras desviaciones de la corriente ortodoxa aparecen con los \”alumbrados\” o \”iluministas\”, aumentando la inquietud inquisitorial a partir del descubrimiento de focos protestantes en 1558, en Valladolid y Sevilla, a comienzos del gobierno de FELIPE II (1556-1598). Un estudio exhaustivo del período 1550-1700 (admitiendo cierto margen de error) arroja una cifra total de 49.092 procesados por la Inquisición en España, distribuidos por todos los tribunales que la institución posee en la península, dominios europeos y América.

FELIPE II exige únicamente del Papa que Roma mantenga su neutralidad entre España y Francia.


FELIPE II, magnificando acaso la idea de que PAULO IV representaba a Dios sobre la tierra como lo habían hecho los sucesivos herederos de la Santa Sede, exige únicamente que Roma mantenga en adelante su neutralidad entre España y Francia. Todas las plazas tomadas al estado de la Iglesia son devueltas y el duque de Alba acude a Roma para pedir perdón en nombre de FELIPE II por haber invadido posesiones sagradas. PAULO IV, derrotado y vencido se convierte en vencedor por ese respeto que el rey español guarda a los enviados de Dios.

La flota turca, mientras españoles y franceses siguen en lucha, prosigue sus rápidas incursiones.


La flota turca, mientras españoles y franceses luchan por la paz de sus fronteras, prosigue sus rápidas incursiones; en la fecha es tomada Menorca, pasada su guarnición a cuchillo y hechos muchos cautivos y prisioneros. En un principio, los turcos ejercen la piratería por el Mediterráneo, muchas veces con la complicidad del rey de Francia y de España, envueltos en las sangrientas guerras europeas, restaban importancia a esta incursiones rápidas y poco organizadas. A través del Vaticano, a través de la república de S.Marcos y de algunas órdenes militares, llegan noticias de estos ataques.

Fallece el emperador CARLOS (I) de España y (V) del SIRG, asistido por el obispo CARRANZA y por el hermano VILLALBA.


Asistido por el obispo CARRANZA y por el hermano VILLALBA, que se alternan en sus cuidados, CARLOS (I) de España y (V) del SIRG cae en una crisis de la que ya no se recupera, falleciendo en las primeras horas del 21 de septiembre de 1558 en Yuste. A pesar de estar apartado del trono imperial, durante sus últimos días CARLOS (V) sigue conservando una agudo interés por los asuntos internacionales. En sus funerales, el orador sagrado compara a CARLOS (V) con el David bíblico y a FELIPE II con su hijo Salomón, así como recuerda la gran batalla de S. Quintín el día de S.Lorenzo. Quizá estas referencias inspiran al joven rey para la construcción de un gran monumento religioso en el que honrar al mártir protector de su ejército: el monasterio de S. Lorenzo el Real, a los pies del Guadarrama.

Nunca en la historia se ha mostrado de modo tan evidente la importancia del \”nervio de la guerra\”, el dinero.


Nunca en la historia se ha mostrado de modo tan evidente la importancia del \”nervio de la guerra\”, el dinero. Las guerras incesantes han inferido un golpe tremendo a la economía europea. Tras la subida de los precios y el desarrollo del comercio y de la industria que caracterizan la primera mitad del siglo, en 1550 ha comenzado una auténtica crisis. España y Francia han acumulado enormes deudas. Carlos (V) de Alemania ha empeñado ya los productos de las ricas minas de América. El déficit asciende a tres millones de ducados, y los Fugger están amenazados de bancarrota. FELIPE II llega al punto de preguntar a los teólogos si está moralmente obligado a satisfacer las deudas contraídas a intereses usurarios. Los teólogos responden, naturalmente, que su honor y su conciencia no se hallan empeñados en ello. FELIPE II propone compromisos a sus acreedores: en lugar de la suspensión de pagos, les ofrece réditos a largo plazo, que no representan más que el 5 por 100 de interés, en vez del 14 por 100. Antes de perderlo todo, los acreedores aceptan. Sin dinero, no hay ejércitos; al no recibir sus pagas, las tropas mercenarias desertan. La guerra es imposible.

Fallece MARÍA I Tudor, esposa de FELIPE II, sin sucesión.


Fallece sin sucesión, en Londres, de una gripe, MARÍA I Tudor, reina de Inglaterra y de España por ser esposa de FELIPE II. Sin duda que algo de esa dureza de MARÍA I Tudor, que contradice la clemencia y la generosidad que ella ha mostrado durante la parte anterior de su vida, se puede explicar por la amargura de la que ha sido víctima en sus últimos años. Ha sido inválida durante largo tiempo y, durante el reinado de su hermano, ha padecido varias enfermedades serias. La hidropesía se había vuelto crónica y su condición no tenía remedio. María nunca puso el pie en el país de su marido, y este permaneció escasos días en Inglaterra. Para colmo, estaba enamorada locamente de su marido, quien no correspondía a ese afecto, y cuando se comprueba que no podrá tener descendencia, él la trata de manera desconsiderada y abandona Inglaterra definitivamente. En el último año de su vida sobreviene la pérdida de Caláis, y se dan varios malentendidos con la Santa Sede, por la que ella tanto ha sacrificado. El peso de tantas frustraciones puede mucho en la vida de la reina. MARÍA muere muy piadosamente, como ha vivido, unas horas antes que su amigo, el Cardenal Pole. Sus cualidades han sido muchas.