La ofensiva hispanoirlandesa en Kinsale resulta una calamidad. Sitiadas en la ciudad, las tropas españolas se han tenido que enfrentar a un doble enemigo: el voluminoso ejército inglés de ISABEL I y un invierno riguroso. El escaso apoyo local acaba por precipitar la derrota. El día de Navidad de 1601 españoles e irlandeses, liderados por HUGH O’NEILL, se rinden con numerosas bajas. Este fracaso hispanoirlandés acarrea dolorosas repercusiones a unos y a otros. Para los irlandeses significa su rendición al control de Londres. Para los españoles, cuyo ejército regresará a España en enero de 1602, Kinsale es un episodio clave en el debilitamiento frente al imperio inglés.

Virrey de Catalunya: JUAN TERÉS, Arzobispo de Tarragona (1602-1603)

El virrey ordena la detención de un diputado y de un oidor de la Diputació General de Catalunya por haberse negado a publicar una leyes aprobadas por las Cortes centrales.

Cuando España se anexionó Portugal en 1580, cerró el puerto de Lisboa a los barcos holandeses. Lo que pudiera parecer un golpe económico contra los Países Bajos ha resultado ser el estímulo que los llevará a su edad de oro. Los holandeses tienenen mejores barcos que los españoles y portugueses, y deciden navegar por sí mismos al lejano Oriente, en lugar de servirse de los portugueses como intermediarios, como han hecho hasta ahora.

Virrey de Catalunya: HECTOR DE PIGNATELLI Y COLOMA (1603-1610)

En 1603 el escultor Juan Martínez Montañés recibe el encargo del canónigo Mateo Vázquez de Leca de realizar la escultura del \”Cristo de los Cálices\” para la catedral de Sevilla. En el contrato se especifica que el Cristo debía estar vivo y mirando a cualquier persona que estuviese orando a sus pies. La imagen tendrá gran éxito, pues posteriormente se realiza, de similar traza, el \”Cristo de los Desamparados\” de la iglesia del Santo Angel de Sevilla.

Cambian las cosas cuando en 1603 fallece en Madrid, MARÍA de Habsburgo, la tía de FELIPE III, dejando al valido el camino libre. Un LERMA que nunca habría considerado como definitivo el traslado de la Corte, como parece demostrarlo el hecho de que se lanzase a comprar suelo madrileño nada más conocer el desplome de sus precios, tras la salida de los reyes. ¿Estaba el Duque de Lerma preparando ya su siguiente “pelotazo” urbanístico? Lo cierto es que desde 1603, el valido viene maniobrando con el alcalde de Madrid para negociar el regreso de la Corte. Un regreso más que deseado por las autoridades madrileñas, que llegan a ofrecer al Monarca 250.000 ducados en caso de llevarlo a cabo.

La principal riqueza exportadora de la inmensa colonia del Brasil es, en la fecha, la caña de azucar. Tal prosperidad y riqueza, conocidas en toda Europa, no tardan en atraer la atención de otros países, que al interés económico unen un fin estratégico para debilitar al enemigo común: el Imperio hispánico de los Austrias. Así, a partir de 1586, Bahía ha sufrido repetidos ataques de los piratas ingleses, hasta que la paz de Amberes (1604) pone temporalmente fin a los mismos. En la lucha por la independencia de las Provincias Unidas, el ataque a las colonias españolas de Ultramar pasa a ocupar un lugar destacado, y se calcula que hacia estas fechas, más de 180 barcos holandeses se acercan anualmente a estas costas con ánimo depredatorio.

La devaluación de la moneda provoca una gran inflación. Para no tener que aumentar la presión fiscal en toda la Península Ibérica, dada la catastrófica situación de la Hacienda, se acude en 1604 a la inflación de la moneda: Se acuña moneda de vellón a la que se le atribuye el doble de su valor; además se resellan las piezas inferiores. La diferencia entre el valor nominal y el real constituye el beneficio de la Hacienda. El peligro de estas manipulaciones tarda en advertirse, pero la creciente inflación agrava la crisis económica.

Con la llegada al trono de JACOBO I de Inglaterra, éste se convierte en un sólido aliado para España. En Agosto de 1604 se firma la Paz de Londres que termina con diecisiete años de hostilidades entre las dos naciones. Mediante este Tratado las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambos países mejora, facilitada por la muerte de la reina Isabel (1603). La pacificación del siempre tan conflictivo frente norte permitirá atender los problemas mediterráneos, lográndose contener con éxito la amenaza turca y obteniendo la armada española importantes triunfos contra los berberiscos.