Desde el sur de Escandinavia y el norte de Alemania y Países Bajos, las tribus germánicas inician su expansión al sur, este y oeste en el siglo I aC, donde entrarán en contacto con las tribus celtas de la Galia, y con las tribus eslavas del Este de Europa.

Las tribus germanas de los cimbrios, los teutones y los ambrones, invaden Nórica y derrotan allí a un ejército romano en la Batalla de Noreia (Carintia). A continuación, deciden trasladarse hacia las tierras occidentales de las Galias donde entrarán en contacto con los celtas. Poco se conoce sobre la historia temprana de los pueblos germánicos, excepto lo que se sabe a través de sus interacciones con el Imperio romano y los registros de hallazgos arqueológicos

Después de cruzar el Rin, los Cimbrios, los Teutones y los ambrones descienden hacia la Narbonense infligiendo varias derrotas a los romanos que están a las órdenes del general romano Q. Servilio Cepi, en la fecha, cerca de la aldea céltica llamada Arausio y dejando cien mil romanos sobre el campo después de la batalla.

Grupos de cimbrios se separan de los teutones y ambrones y realizan incursiones por el Nordeste de la Península Ibérica y por el valle del Ebro. Después, suben hasta celtiberia, pero, en la fecha, son rechazados por los celtíberos y se vuelven hacia los Pirineos dirección de Italia.

Otra vez, todos juntos, cimbrios, teutones y ambrones se dirigen hacia Italia. Pánico en Roma ante una posible invasión.

Batalla de Vercellae en la que Cayo MARIO destroza definitivamente a los cimbrios a los teutones y a los ambrones que se dirigen hacia Italia quedando totalmente extirpados y desaparecidos de la historia. Quiere la tradición que la batalla tenga lugar a los pies de aquella altura que más tarde tomará el nombre de Ste. Victoire. La victoria que MARIO consigue contra los bárbaros tiene una gran resonancia: en su honor y a su memoria, numerosas familias provenzales tendrán la costumbre de llamar Mario a uno de sus hijos. De todas maneras, el ejército de MARIO lo componen gentes de clase baja, cuya vida es más fácil en el ejército que fuera de él, con lo que se sienten satisfechos de convertirse en soldados profesionales. Además, como MARIO deja en claro que si gozan de mejores condiciones es gracias a él, se muestran más leales a su persona que al propio Estado. Otros generales aprenderán la lección y los ejércitos se volverán tan peligrosos para el pueblo y los gobernantes de Roma como los mismos enemigos de la República. De momento se ha vencido a los germanos, pero Roma seguirá hablando de ellos…

Las tribus germanas en su emigración desde el norte de Europa, están ocupando ya en el siglo III aC, toda la región de Alemania, Países Bajos y la parte occidental de Polonia y Bohemia. Entre los germanos, se distinguen tres grandes grupos desde el punto de vista lingüístico: septentrional (escandinavos y normandos); oriental (godos, burgundios y vándalos) y occidental (francos, alamanes, bávaros, lombardos, anglos y sajones). La tribu es la célula fundamental de estas gentes, formada por familias patriarcales más o menos emparentadas. Un grupo de estas tribus aliadas, solidarias entre sí, constituyen lo que se ha llamado un pueblo germánico.

Los suevos es una tribu germánica, habitante de las regiones orientales del río Elba y que se han dirigido desde el norte hacia el sur de Germania en el 72 aC, alcanzando el Rin hacia el 60 aC.

En la primavera de este año, CÉSAR acude a la zona del Rin, pues una nueva avalancha de germanos ha cruzado el río por la zona próxima a su desembocadura. Se trata de los usipetes y tencteros que serán vencidos. Luego CÉSAR hace una demostración de fuerza en territorio germano entrando por unos días dentro de su territorio. De hecho, las primeras referencias sobre la existencia de los germanos aparecen durante las campañas del emperador romano Julio CÉSAR en Galia (al norte de los Alpes y al Oeste del Rin) del año 58 al 51 aC.

En la fecha, son extirpados los últimos residuos de la resistencia gala. La Galia transalpina hasta entonces libre (La actual Francia con Bélgica y la Alemania de la orilla izquierda del Rin) queda por el momento como estado vasallo del Imperio romano, pagando un tributo de diez millones de denarios anuales. Así también, las tribus celtas de los Alpes y Panonia. La presencia romana aportará cuatro siglos de prosperidad a la región. La seguridad de las fronteras frente a los Germanos estará asegurada por las legiones y las primeras vías de comunicación serán creadas por una parte entre Boulogne-sur-Mer y Colonia, y por otra parte entre Reims y Tréveris. Varias fortalezas serán levantadas en la intersección de estos ejes. El latín,empleado por los funcionarios romanos, los mercaderes y los militares, pronto se convertirá en la lengua principal, sustituyendo así a los numerosos dialectos celtas. El cristianismo se impondrá rápidamente en el siglo III luego de la fundación de la diócesis de Tongres.