Concluida la Conferencia de Munich el 29 de septiembre de 1938, von Ribbentrop entrega a Ciano el texto de un nuevo proyecto de alianza militar germano-italiano-nipona o Pacto Tripartito. Lo mismo hace con los japoneses. Entre el 27 y 29 de Octubre de 1938 von Ribbentrop conversa varias veces con Mussolini y Ciano, sin obtener respuesta positiva a su propósito. Sin embargo, Mussolini cambia pronto de parecer ante su enfrentamiento con Francia debido a las reivindicaciones italianas sobre Niza, Corcega y Jubuti.

Para finales de 1938, Japón controla el norte y una sección importante del centro de China, no obstante, la negativa de los gobernantes chinos a rendirse, a pesar de los desastres militares, frustran las esperanzas japonesas de una victoria rápida.

La gran batalla de Jaljyn Gol comienza el 11 de mayo de 1939 con la invasión de Mongolia -retaguardia de la URSS- por el Ejército japonés del Kwantung. Esta batalla concluirá en septiembre con muchos más muertos que toda la campaña de la invasión alemana de Francia que tendrá lugar en 1940, pero no será condenada ni será noticia para las potencias occidentales. En este tiempo, estos datos quedan fuera de la historia. Las agresiones y las matanzas contra no europeos, o que no implicaran a intereses europeos, no contaban, o podían ser tolerados.

El intento frustrado japonés de invadir Mongolia y poner pie en Siberia desde el Manchukuo, su estado títere en la China continental, está claramente conectado a las grandes jugadas, militares y estratégicas, de la Segunda Guerra Mundial, ya que S?TALIN considera Mongolia una zona vital para su sistema defensivo y de comunicaciones contra Japón en Siberia y Extremo Oriente. Él y otros dirigentes soviéticos están determinados a d?ar una lección a los militares japoneses si éstos tratan de forma provocativa a Mongolia.

A la batalla de Jaljyn Gol le sigue una contraofensiva soviético-mongola iniciada el 20 de agosto y concluida en septiembre, con una completa derrota japonesa. Con el pacto de no agresión soviético-nipón que sigue a la derrota, la prioridad japonesa de concentrarse en la conquista militar de las ex colonias británicas, francesas y holandesas en el sur y Sudeste Asiático cobra fuerza. En la estepa mongola se libró una batalla moderna, con uso integrado de artillería, tanques y aviación, que luego sería típico de la guerra en Europa. Los soviéticos estrenaron allí el carro T-34 (500 unidades) que seis años después llegará hasta Berlín, y 500 aviones.

La firma del Pacto de no agresión germano-soviético indigna al gobierno de Tokio, que abandona el Pacto Antikomintern en el propio mes de agosto.

En la fecha, el Japón controla casi toda la costa china. No ha sido capaz de incorporar el interior, pues China es demasiado extensa, incluso para el voraz apetito nipón. Pero el Japón espera que se interrumpa toda la ayuda exterior a este país, que entonces se agote y se vea obligado a aceptar el dominio japonés. Se da el caso de que China aún cuenta con dos rutas por las cuales pueden llegarle los suministros. Son rutas difíciles, por supuesto: una sigue una primitiva vía férrea desde la Indochina francesa, y la otra es la estrecha y accidentada que comunica con la Birmania dominada por los británicos. Los suministros que llegan a China son ampliamente despilfarrados por el ineficaz y corrupto Chiang Kai-shek, pero aun así el Japón desea poner fin a su entrega.

EEl día 27 de septiembre de 1940 tiene lugar en la Cancillería de Berlín, y presidida por Adolf HITLER, la firma denominada Pacto Tripartito que une los intereses políticos, militares y económicos de Alemania, Italia y el Imperio japonés. En el plano técnico se trata de hecho de un desarrollo del tratado Antikomintern -dirigido contra un posible expansionismo soviético- que el Reich había promovido en noviembre de 1935. En 1940, la situación ha dado un giro en beneficio de las potencias totalitarias y todo hace pensar en la viabilidad y efectividad de este nuevo acuerdo, que sirve para sellar de forma visible unas connivencias ya manifestadas bajo todas las formas posibles con anterioridad. Por este Pacto, Japón reconoce el liderazgo de Alemania e Italia en Europa y las dos potencias fascistas aceptan la hegemonía nipona en Asia. Además, y aquí está la clave del pacto, los tres firmantes prometen emplear cualquier medio político, económico o militar para ayudarse en caso de ser atacados por cualquier potencia no involucrada, en la guerra europea o en el conflicto chino-japonés. El pacto va dirigido evidentemente contra EEUU. y, también, contra la U.R.S.S. En este año y en el siguiente, se adherirán Hungría,  Rumanía, Eslovaquia, Bulgaria, Yugoslavia y Croacia.

Empieza la batalla del Mar del Coral, que durará dos días, entre la escuadra estadounidense y la japonesa. Los barcos no llegan a verse; se enfrentan los aviones, con clara superioridad americana. El avance japonés queda detenido.

Los japoneses se apoderan de Hong Kong y matan a 4.000 personas, encerrando al entonces gobernador británico, Mark Young, en una suite del hotel Península. Winston CHURCHILL exhorta a los habitantes locales a «resistir hasta el final y hasta la última gota de sangre, porque los ojos del mundo están pendientes de vosotros y el honor del imperio, en vuestras manos».