SOLIMÁN I el Magnífico, en su afán por conquistar el corazón de Europa y teniendo en cuenta que la sucesión del rey de Hungría LUIS II, sigue sin resolverse satisfactoriamente, apoya decididamente a Juan ZAPOLYA contra FERNANDO de Austria. SOLIMÁN asedia durante setiembre y octubre por primera vez la capital, Viena, pero sin éxito. La llegada del invierno y la disentería que padecen los turcos ponen fin al asedio. Desde entonces ya no cesan las invasiones de los otomanos.

MARGARITA de Austria -hermana de Felipe el Hermoso- muere en Malinas, después de declarar heredero único y universal a su sobrino CARLOS (V). Está enterrada en Bourg-en-Bresse, Franco Condado. En su tiempo es considerada, junto a Ana de Bretaña, Luisa de Saboya y Catalina de Aragón, una de las mujeres más inteligentes de la realeza europea. MARGARITA dirigió con prudencia y sabiduría en los Países Bajos, actuando como intermediaria de su padre, también negoció un tratado con Inglaterra, en el que se favorecía el comercio de ropas flamencas. También participó en la Liga de Cambrai (1508). Después de 1515, CARLOS V se rebeló brevemente contra su influencia, aunque prontamente la reconoció como un consejero sabio y razonable, volviendo a restituir su puesto en 1519, intermitentemente, hasta su muerte. Ella negoció junto a Luisa de Saboya la llamada Paz de las Damas en 1529.

La ciudad de Constanza, cae, en la fecha, en poder austriaco.

Se establecen trece jesuitas en Viena donde fundan su primer colegio. Se establecen luego en Colonia e Ingolstadt y desde estas tres ciudades se propagan por todas las de Alemania, poniendo un dique al protestantismo. Su aparición en la Europa agitada por la Reforma protestante representa una gran reacción contra las tendencias disgregadoras de la unidad religiosa. Su objeto es la salvación y perfección de la propia alma (mediante los Ejercicios) y la propagación de la fe en los países protestantes y de infieles, así como entre los creyentes, a través de la cura de almas. Sólo ellos hacen frente a la herejía en el siglo XVI.

Pero todo parece favorable para Austria en este momento. FERNANDO II, firme en su trono imperial, vuelve a ejercer el poder supremo en Bohemia. Los Estados protestantes de Alemania están derrotados en toda regla o mantienen una temerosa neutralidad. En este momento no parece muy difícil limpiar el Imperio de protestantes y devolverlo al seno del catolicismo. Y de hecho, con el Edicto de Restitución, promulgado en el mes de marzo de1629, ha empezado la desarticulación de las congregaciones y el culto protestante.

Francia ocupa nuevas posisicones estratégicas en la Lorena. Esta nueva amenaza contra el “camino español” y los éxitos suecos en el norte de Alemania estimulan la firma de un tratado de ayuda mutua entre las dos ramas de los Habsburgo: la austríaca y la hispánica. En este nuevo contexto, Francia intenta mantenerse fuera de un conflicto frontal con los Habsburgo, aunque continúa dando soporte a todos sus enemigos. RICHELIEU quiere ahorrar tantos recursos como sea posible para cuando sea imprescindible su intervención directa.

Austria, que ha rechazado el ataque de los turcos, conquista Hungría y parte de los países balcánicos que han estado bajo la dominación turca, y se convierte en gran potencia.

Suecia invade Polonia. El rey CASIMIRO V huye hacia Silesia, Polonia recibe ayuda de Austria, mientras en el interior los campesinos organizan, por primera vez en gran escala, una resistencia armada. Suecos y turcos son expulsados del país y los cosacos derrotados. Rusia retiene Smolensk, Ucrania, la margen izquierda del Dniéper y Kiev. Las guerras devastan el territorio, reducen la población y desmembran la república. Invadidos desde el oeste, los príncipes alemanes se encaminan hacia el norte y este, donde entran en conflicto con Suecia en el mar Báltico.

En 1665 se extingue la línea lateral de los Habsburgo que reina en el Tirol y éste es incorporado cada vez más al estado centralísta y burocrático de los Habsburgo.

Batalla de Kahlenberg (hoy parte integrante de Viena). Un ejército otomano ha puesto sitio a Viena, pero el rey de Polonia, Juan III Sobieski, ayudado por las fuerzas del emperador LEOPOLDO I, presentan batalla y derrotan a los turcos, que no se detienen hasta Belgrado. El Imperio otomano se aleja para siempre del Danubio. LEOPOLDO I liberado del peligro otomano decide aplastar definitivamente a la Hungría real: un tribunal extraordinario instalado en la ciudad de Eperies, se dedica a sangrientas represalias