El Duque de Borgoña, FELIPE III el Bueno, gestiona y obtiene del Pontífice EUGENIO IV un Breve de 7 de Septiembre de 1433, aprobando la Orden del Toisón de Oro. Los fines de esta orden de caballería son proteger la religión cristiana, premiar a quienes se distingan de un modo especial en los hechos de armas y servir de estímulo para todos los caballeros. Parece ser, y el propio emblema de la Orden del Toisón de Oro contribuye a tal suposición, que dicha Orden está inspirada en la mitológica leyenda de Jasón y el vellocino de oro. Creada en la iglesia de San Beltrán de Brujas, bajo la advocación de San Andrés, cuyas aspas también han sido adoptadas como emblema por la dinastía borgoñesa, es instituída en un principio como Orden y Confraternidad o Amigable Compañía destinada, como era normal en tantas otras corporaciones de caballería de la época, a servir a la Iglesia y a la fe cristiana. Su epígrafe es: “Ante ferit quam flamma micet” (Hiere antes de que se vea la llama).

En un principio, pertenecen a la orden del Toisón de Oro solamente el duque de Borgoña y 24 caballeros, después el número se elevará a 31 y, finalmente, Carlos I de España (jefe de la casa de Borgoña) fijará su número en 51. El distintivo de la orden es un collar de oro, compuesto por eslabones dobles en forma de B y pedernales echando llamas; de él pende el vellón de un carnero. La Orden del Toisón de Oro se irá concediendo a algunos príncipes y reyes extranjeros: en los Países Bajos, en Alemania y a los reyes de Aragón y de Navarra.

CARLOS VII refuerza su posición en el trono francés al firmar, en la fecha, la Paz de Arras, que no es sino una paz acordada por separado con el duque de Borgoña, FELIPE III el Bueno, aliado de Inglaterra hasta entonces por el que el primero cedía varias ciudades y territorios y Felipe abandonaba la alianza inglesa. Después de esto, Inglaterra no tiene ya la menor posibilidad.  Carlos VII pondrá fin a la guerra entre armañacs y borgoñones, y será decisivo en el desarrollo de la guerra de los Cien Años.

Las tropas reales y borgoñonas, en la fecha, toman París. Se inicia así una serie continuada de resonantes victorias francesas. Como precaución en caso de que el conflicto se prolongue, CARLOS VII aprende de los errores de su antecesor y, reestructurando profundamente al ejército francés, logra dotar a su corona de un ejército permanente por primera vez en la historia. Francia logra así una fuerza militar profesional, entrenada, preparada siempre para entrar en acción y aguerrida, en vez del grupo desorganizado de campesinos feudales que se reunía de cualquier modo en los momentos más inesperados, y que había llevado al éxito enemigo en tantas oportunidades. Como es lógico, la reforma militar no puede tener éxito si no se acompaña de profundos cambios en la economía, la infraestructura, las finanzas y la propia sociedad. Habiendo reconstruido las finanzas del reino, CARLOS manda construir un impresionante conjunto de fortificaciones militares, canalizaciones hidráulicas, puertos seguros y una mejor y más consistente base de poder para sí mismo.

FEDERICO III de Habsburgo, duque de Estiria y Carintia, de la rama leopoldina, es nombrado rey de romanos (1440-1493). Pero el Sacro Imperio se halla tan débil como para temer a Borgoña, un simple ducado. Cuando parece que CARLOS el Temerario de Borgoña intenta arrancar al emperador un título de rey, FEDERICO se asusta tanto de las posibles consecuencias de ese paso, que huye en plena noche de la conferencia que está manteniendo con CARLOS.

Después de la Guerra de los Cien Años, los territorios de la futura Bélgica (con la excepción del principado de Liège) y los Países Bajos actuales pasan a las manos de los duques de Borgoña (FELIPE el Bueno).

LUIS XI de Francia, en 1464 funda un servicio postal que es el precursor de los que luego existirán en Europa. Es también un monarca sagaz, excelente diplomático, que sabe sobornar en el momento oportuno y mentir inteligentemente. La larga prueba que ha sufrido Francia ha dado lugar a que la alta nobleza actúe en la práctica como si fuera independiente del rey, y Luis ha de devolverla a la obediencia. Lo hará despacio, a su manera. Los más importantes entre los nobles recalcitrantes son, claro está, los duques de Borgoña, que se han puesto al lado de los ingleses en tiempos de Enrique V, medio siglo antes

La Liga del Bien Público, dirigida por Carlos de Francia, hermano del rey, y CARLOS el Temerario, heredero del ducado de Borgoña, obliga a transigir al rey LUIS XI de Francia, después de la indecisa batalla de Montlhéry que tiene lugar en la fecha.

Fallece FELIPE III el Bueno, Duque de Borgoña. Borgoña es el país más rico y civilizado de Europa, y bajo FELIPE el Bueno ha continuado siendo más poderoso que Francia.

Muerto Felipe III el Bueno heredará el ducado de Borgoña y el título de Gran Maestre y jefe soberano del Toisón de Oro, su hijo CARLOS el Temerario (1467-1477). Durante su vida, pondrá todo su empeño en potenciar la Orden del Toisón de Oro revistiéndola de gran pompa y aparato, concediendo los collares a aquellos monarcas extranjeros con los que se busque alianzas. CARLOS el Temerario tratará de consolidar y acrecentar su poder con medidas centralizadoras y de control político. CARLOS el Temerario, primo en tercer grado de LUIS XI (ambos son tataranietos de Juan II de Francia, caído prisionero en la batalla de Poitiers más de un siglo antes), es colérico, impaciente y más impulsivo que reflexivo: el reverso de la medalla de LUIS XI. Lo que CARLOS deseaba es hacer de Borgoña una nación independiente y convertirse él en su rey. Y lo que quiere LUIS es convertir Borgoña en una parte de Francia y poner a los duques al servicio de la monarquía francesa. Por un momento, prevalece CARLOS. Extiende y refuerza su territorio, efectúa incursiones en Francia e incluso toma prisionero a LUIS en una ocasión.