Les Corts de 1283 convierte la «remença» en ley. En concreto, la constitución «Recognoverunt proceres», es uno de los documentos que tendrán una incidencia más grande en la condición de los payeses de remensa y en la consolidación del poder de los señores. En cierta manera, éste es el precio que las ciudades y la corona tendrán que pagar a los señores, a cambio del soporte de éstos a la expansión marítima catalana. En los momentos de su máximo esplendor, la sociedad catalana pone los fundamentos de su futura crisis.
CORONA DE ARAGÓN (1162-1716)
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La Corona de Aragón englobaba al conjunto de territorios que estuvieron sometidos a la jurisdicción del rey de Aragón, de 1162 a 1716
PEDRO III convoca Cortes en Tarazona en un momento de enorme descontento en Aragón.
En septiembre de 1283, PEDRO III convoca Cortes en Tarazona en un momento de enorme descontento en Aragón motivado por la guerra de Sicilia y la próxima con Francia, por la excomunión dictada por el papa y muy especialmente en el secretismo para declarar y proseguir las guerras y la imposición de nuevos tributos y servicios. Problema que se agudiza con PEDRO III pero que ya se ha iniciado con su padre Jaime I, contrario a otorgar privilegios pero sí dispuesto a aumentar el poder real. En las Cortes le presentan sus agravios y desafueros, le piden celebrar consejo para la guerra de Sicilia y la próxima con Francia. El rey se niega rotundamente y entonces las Cortes piden que como no guarda los fueros, costumbres, usos, privilegios y libertades propias de los aragoneses, que vuelva a jurarlos. El rey de nuevo se niega y los aragoneses se preparan para defender sus libertades. Ante esta postura de los aragoneses y la difícil situación por la que pasa PEDRO III, se compromete a que en las próximas Cortes de Zaragoza quedarían solucionadas todas las desavenencias.
Nace el Privilegio General de Aragón, en que se confirma el ordenamiento jurídico aragonés.
En las Cortes de Zaragoza de octubre de 1283 celebradas en la iglesia de los Predicadores se presentan los casos de agravio y desafuero cometidos por el rey y se pide una serie de actuaciones que los corrija. Pedro concede todo lo que se le pide por necesidad. El reino exige a Pedro que jure y confirme en general y en particular los fueros, costumbres, usos, franquicias y libertades, que son ya de derecho consuetudinario, siendo la sanción real la forma de hacerlo obligatorio para la Corona. Entre otras cosas, le obligan a jurar que observará los fueros de Aragón, Valencia, Ribagorza y Teruel. Además, los nobles aragoneses, que se juramentan en un acto al que denominan con toda pomposidad «La Unión», obtienen del rey el llamado Privilegio General, en que se confirma el ordenamiento jurídico aragonés y se devuelven los derechos y libertades de los que habían sido despojados ricos hombres, mesnaderos, caballeros, infanzones y ciudadanos. El documento transmite que el rey Pedro confirma de forma perpetua los fueros, usos y costumbres de Aragón. El rey presta juramento de cumplir con todo lo anterior y establece que en lo sucesivo, en la capital, reunirá cada año las Cortes en nombre de todo el reino. Formalmente es una concesión unilateral del monarca, aunque de hecho es una imposición de los aragoneses.
Pedro III, se adelanta a otorgar a catalanes y valencianos concesiones similares a las aragonesas.
La iniciativa aportada por los unionistas aragoneses, sirve de argumento y referencia al rey en los otros dos espacios políticos. Pocos días después de la reunión de Zaragoza, PEDRO III convoca Cortes en Barcelona para aprobar unas constituciones , muy en la línea del Privilegio aragonés, pero con las matizaciones propias de un acuerdo entre las partes, por las que se conseguía el equilibrio de los estamentos entre sí y con el momarca y el compromiso de la celebración anual de Cortes. En cuanto a Valencia, la situación de salida es menos crispada; sin necesidad de llamar a los brazos y con la simple asamblea de las ciudades se procede a confirmar, por medio del Privilegium magnum, los fueros y privilegios del reino valenciano, estableciendo la obligación de celebrar Cortes una vez cada reinado. PEDRO III, se adelanta así, a otorgar a catalanes y valencianos concesiones similares a las aragonesas. En los tres casos, los estamentos unidos se erigen en representantes y procuradores del conjunto de la sociedad, enfrentando practicamente al rey con las necesidades de la población.
Lérida pasa a ser una ciudad plenamente catalana.
PEDRO III pide a los aragoneses, con poco éxito, ayuda para sostener las guerras contra Francia y contra Navarra. A estas Cortes ya no asisten los representantes de la ciudad de Lérida ni los de la villa de Fraga. Los de Lérida tendrán desde entonces asiento en las Cortes de Catalunya, de modo que Lérida pasa a ser una ciudad plenamente catalana, en tanto los de Fraga no se decantan de una manera definitiva. Pero en cambio sí están presentes los nuncios de la villa de Morella, que dudan entre su adscripción al reino de Aragón o al de Valencia. Finalmente Morella se decantará por Valencia.
CARLOS de Valois, tiene la orden de promover una cruzada contra PEDRO III. El rey de Francia le ayuda.
CARLOS de Valois, segundogénito del rey de Francia FELIPE III, es investido, en la fecha, en París, como rey de Aragón por inducción del papa MARTÍN IV, irritado por la presencia del rey catalán en Sicilia. (Jamás pudo ocupar el trono aragonés y renunciará al título en 1295, en los términos del Tratado de Anagni). Por otra parte, recibirá la orden de promover una cruzada contra PEDRO. El rey de Francia le ayudará. El cardenal de Santa Cecilia predicará la cruzada antiaragonesa.
La contraofensiva angevina es de nuevo anulada en el golfo de Nápoles por ROGER de Lauria.
En Italia, la contraofensiva angevina es, en la fecha, de nuevo anulada en el golfo de Nápoles por la victoria naval de ROGER de Lauria. Carlos el Cojo, hijo de CARLOS de Anjou rey de Nápoles, es hecho prisionero.
Batalla naval de Sorrento, en la que los catalano aragoneses, con Roger de Lauria, vencen a los franceses.
Batalla naval de Sorrento, en la que los catalano aragoneses, con Roger de Lauria, vencen a los franceses.
El ataque de Pedro III sobre el señorío de Albarracín, decide a Felipe III invadir los reinos de Aragón.
PEDRO III el Grande lanza, en la fecha, un fuerte ataque contra Navarra, apoderándose del señorío de Albarracín cuyo señor se ha puesto al lado de los franceses y de una parte importante de la comarca de Tudela. Este ataque parece ser el desencadenante de la decisión de FELIPE III de Francia de invadir los reinos de Aragón a fin de imponer a CARLOS de Valois en el trono que el Papa le ha concedido. PEDRO III, tras asegurar la defensa de sus fronteras con Navarra, se va a Barcelona donde se están produciendo motines y revueltas encabezadas por Berenguer de Oller. Ëste acabará ahorcado en las calles de Barcelona junto a varios de sus partidarios.
Ocupación de la isla de Malta y la isla tunecina de Gerba.
Las victorias navales de ROGER de Lauria en Malta (1283) y en el golfo de Nápoles (1284), conducen a la ocupación de la isla de Malta y la isla tunecina de Gerba en octubre de 1284.

