CATALUNYA (Región española) (1716-1979)

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Bandera de CatalunyaCATALUNYA. Región española de 1716 a 1979

Con motivo de las Elecciones generales españolas, Lluis COMPANYS es elegido diputado por Barcelona.


El 28 de junio de 1931, con motivo de las Elecciones generales españolas, Lluis COMPANYS es elegido diputado por Barcelona. Ejercerá la jefatura en las Cortes españolas del grupo parlamentario de Esquerra, interesándose por la aprobación del Estatuto de autonomía de Catalunya, conocido como Estatuto de Nuria, con el mayor nivel posible de autogobierno, la agilización de los traspasos competenciales y la legislación agraria.

En las elecciones para las Cortes Constituyentes, en Catalunya, el triunfo de ERC, es espectacular.


En las elecciones para las Cortes Constituyentes, en Catalunya, el triunfo de ERC, que obtiene 32 escaños, es espectacular. La Lliga Regionalista obtiene tres, los socialistas y radicales españoles, dos, y la extrema izquierda federal y el Partit Catalanista Republicà (antes Acció Catalana), uno cada uno. Así, pues, el PSOE -vencedor en el conjunto del Estado- está prácticamente ausente de Catalunya, donde, en cambio, prevalece el anarcosindicalismo de la CNT, con el complemento de algunas gotas de comunismo heterodoxo (Bloc Obrer i Camperol) e, incluso, los pocos socialistas se encuentran impregnados de catalanismo (Unió Socialista de Catalunya).

El proyecto del Estatut de Nuria es aceptado por la Diputación provisional del Parlamento catalán.


El proyecto del Estatut de Nuria es aceptado el 14 de julio por la Diputación provisional del Parlamento catalán. Inmediatamente será aprobado por el voto unánime de los Ayuntamientos catalanes.

El Proyecto de Estatutos para Catalunya, es sometido a referendum del pueblo de Catalunya.


El Proyecto de Estatutos para Catalunya, es en la fecha, sometido a referendum del pueblo de Catalunya con una participación del 75% del censo (limitado a la población masculina, de acuerdo con la legislación vigente) y con un 99% de votos afirmativos (592.961 votos). Además 400.000 firmas de mujeres se añaden a esta aceptación popular. En Barcelona, los votos negativos y la abstención llegan al 38 por 100, mientras en el resto de Catalunya representaron únicamente el 15 por 100. Así pues, hubo un texto de Estatuto catalán antes de la aprobación de la Constitución republicana española, de la misma manera que había habido república catalana horas antes de república española.

Las Cortes discutirán el proyecto de Estatut para Catalunya durante algo más de tres meses.


Las Cortes discutirán el proyecto de Estatut para Catalunya durante algo más de tres meses. Entre el 28 de agosto y el 15 de septiembre se debatirá en torno a la totalidad y luego, hasta el 1 de diciembre, artículo por artículo. Los debates, en ocasiones duelos oratorios de gran altura, hallarán fuerte eco en la opinión pública y servirán para clarificar las posiciones de los grupos políticos ante los grandes temas de la vida nacional.

El debate autonómico con relación al proyecto de Constitución, fuerza complejas negociaciones.


El proyecto de Constitución que discuten los diputados establece un techo de competencias autonómicas muy inferior al que pretenden los catalanistas, y ni siquiera ha sido definida aún por las Cortes la forma de Estado, federal o unitario, que debe condicionar de modo decisivo el alcance de las autonomías. El debate autonómico se realiza entre el 22 y el 27 de septiembre y fuerza complejas negociaciones. Mientras para la minoría catalana, las competencias atribuidas a la Administración central en el proyecto constitucional impiden el autogobierno, la derecha nacional, muchos parlamentarios republicanos y socialistas e intelectuales de la talla de Ortega y UNAMUNO, afirman que las autonomías son un tema de Estado, y que su organización debe corresponder al Parlamento. Destaca la actitud opositora de un sector del PSOE, que es el primer partido del país. En las semanas anteriores, varios socialistas no se han recatado de criticar duramente el proceso autonómico impulsado por la Generalidad, tras el que ven los intereses egoístas de la burguesía local.

Fundación de Unió Democràtica de Catalunya durante la Segunda República Española.


La fundación de Unió Democràtica de Catalunya se produjo el 7 de noviembre de 1931, durante la Segunda República Española, como un partido de carácter catalanista y de inspiración cristiana, aunque de carácter no confesional, a raíz de un manifiesto aparecido en el diario conservador El Matí de Barcelona, firmado por varios personajes del momento. A mediados de 1932 se unirán al partido, entre otros, Manuel Carrasco i Formiguera, antiguo militante de Acció Catalana, Miquel Coll i Alentorn, Josep Maria Trias i Peitx, Fèlix Duran i Cañameres y otros más. La mayoría de los miembros del nuevo partido político proceden bien del campo del carlismo, al que han decidido abandonar porque el Movimiento Tradicionalista no permite la propaganda a favor del Estatuto de Autonomía de Catalunya; bien del partido Acció Catalana, partido que abandonan algunos militantes por su voto favorable a la Constitución republicana, en especial a aquellos artículos que consideran incompatibles con sus opiniones religiosas; otros grupos menores de militantes proceden de la Lliga Regionalista o incluso de Esquerra Republicana de Catalunya.

Se publica, gracias a la financiación de Francesc CAMBÓ, el ‘Diccionari general de la llengua catalana’.


La «Generalitat» intensifica la obra cultural iniciada por la «Mancomunitat». Uno de los aspectos culturales más remarcables del período republicano se da en el campo de la normalización lingüística del catalán. En todos los ámbitos culturales del país se imponen definitivamente las Normas ortográficas de Pompeu Fabra. En 1932 se publica, gracias a la financiación de Francesc CAMBÓ la pieza clave de la normalización lingüística, el ‘Diccionari general de la llengua catalana’, de Pompeu Fabra. Este diccionario, determina, junto con el ‘Diccionari ortogràfic’, como se ha de escribir el catalán. De esta manera se cierra un largo período de discusiones filológicas que han impedido, en gran manera, la difusión y la aceptación de unas normas ortográficas únicas.