ESCIPIÓN convence al Senado de la necesidad de desembarcar cuanto antes en la costa norteafricana, en persecución de ANÍBAL BARCA, cada vez más acorralado. Los dos grandes generales se enfrentan por primera y última vez en la decisiva batalla de Zama (antigua ciudad del norte de África, en Numidia, actual Túnez, unos 120 km al SO de Cartago.) en el año 202 aC. Roma y Cartago se hallan al límite de sus fuerzas y el resultado será decisivo. ANÍBAL recurre a su genio táctico, ESCIPIÓN a su astucia. PUBLIO CORNELIO ESCIPIÓN, en la fecha, vence definitivamente a ANÍBAL BARCA poniendo fin a la Segunda Guerra Púnica. Cartago se ve precisada a solicitar la paz. Los vencedores imponen a Cartago una rendición suficientemente onerosa como para asegurarse que ya nunca levantará cabeza. Tras su victoria, ESCIPIÓN obtiene el sobrenombre de “el africano”, mientras ANÍBAL, abandonado por sus propios compatriotas, se ve obligado a refugiarse en la corte del rey de Bitinia, donde se quitará la vida con un veneno. La derrota de Cartago convierte a Roma en la dueña absoluta del Mediterráneo occidental.

Pronto comenzará por Roma la colonización de los territorios ya dominados: la Península Ibérica, el sur de la Galia y el Norte de África. El concepto de colonización romana es muy diferente del de los cartagineses. Los púnicos se limitan a explotar los recursos de los territorios conquistados. Roma lo hacía también pero, además, asienta allí a sus veteranos de guerra, construye calzadas, puentes y acueductos, dota de leyes a esas comunidades, y les ofrece todas las ventajas de su civilización.
La segunda Guerra Púnica decide la historia de Occidente, construido sobre el Imperio Romano. Y nunca se podrá saber qué hubiera ocurrido si Escipión el africano no hubiera ganado en Zama, o si Aníbal hubiera destruido Roma, como todos esperaban que hiciera.

Guerra de Roma contra los celtas (galos) de la Gallia Cisalpina (200-192).

En el año 200 aC., siendo ya Roma la potencia dominante de Italia y el Mediterráneo Occidental, Rodas y Pérgamo le piden ayuda ante el expansionismo de Macedonia y ante la alianza de FILIPO V con ANTÍOCO III de Siria para repartirse (al amparo de los problemas suscitados por la sucesión de Tolomeo IV) el dominio de Egipto. Roma, que no olvida el episodio de la alineación de FILIPO V de Macedonia con Cartago en la Segunda guerra púnica (214 aC) exige a FILIPO su retirada completa de Grecia. Para conseguirlo, el Senado envía al cónsul Tito Quincio Flaminino, al mando de dos legiones de más de 6.000 infantes y 300 jinetes. Así comienza la Segunda Guerra Macedónica (200 aC – 197 aC).

Grecia, ansiosa por liberarse de la dominación macedonia, se une a Roma, en la segunda guerra macedónica, que acepta como sus aliadas las ligas etolia y aquea, Pérgamo, Atenas y Rodas.

FRAATES I, rey de los partos (200-170 aC), aprovechando la enemistad de Roma con los seléucidas, amplia sus dominios hasta el Caspio.

En la época en que los romanos dominan toda la provincia Tarraconense la línea de costa pasa por lo que después será conocida como carretera de Santa Creu de Calafell, que une Sant Boi, Viladecans, Gava y Castelldefels. Los íberos, a lo largo del siglo II y buena parte del I aC, pasarán de ser consumidores de cerveza a serlo de vino que les viene de la Península Itálica. Así, a finales del siglo I aC el cultivo del trigo se cambiará por el de la viña y los íberos pasan a ser exportadores de este preciado producto a Roma y al sur de la Galia. Todo este proceso queda testimoniado en los objetos que en su día se encontrarán en los anclajes de «Les Sorres».

El Senado romano no ha contemplado en un principio la anexión de Hispania. Pero tras el feliz desenlace de la Segunda guerra púnica, los romanos abordan el sometimiento de la Península. Durante medio siglo (197-154 aC), los romanos acometerán la conquista de la Meseta partiendo de los valles del Ebro y del Guadalquivir, lo que terminará por desencadenar las terribles guerras lusitanas y celtíberas. Mientras tanto, en los territorios ya sometidos, principalmente del nordeste de la península, también en las Alpujarras, no faltan revueltas indígenas debido al injusto reparto de tierras entre nativos y romanos, a los elevados impuestos y a la rapacidad y abusos de los pretores y demás funcionarios romanos.

Roma ordena el territorio peninsular en dos circunscripciones o provincias. Una es llamada la Citerior («la de acá») que comprende las tierras del valle del Ebro y costas orientales hasta el norte de Baria (Vera, la actual provincia de Almería), con capital en Tarraco. La otra es la provincia Ulterior («la de allá») en la que se incluyen todas las tierras del valle del Betis (Guadalquivir) con capital en Corduba (Córdoba). Córdoba adquiere, a partir de entonces, gran importancia urbana constituyéndose en colonia patricia, ciudad cuyas características siguen el modelo clásico romano de ciudad cercada, con fuertes murallas de piedra; y, en su interior, el palacio pretoriano, la mansión del senado, las casas para los patricios, circo para carreras de cuádrigas, teatro y anfiteatro, y templos dedicados a sus dioses mitológicos. La frontera entre ambas provincias se extiende entre Saltus Castulenensis (sierra de Cazlona en Sierra Morena) y la desembocadura del río Almanzora. Para la Citerior es nombrado pretor Cayo Sempronio Tuditano y para la Ulterior, M. Helvio.

Como remate de la Segunda guerra macedónica, el general romano y cónsul TITO QUINTO FLAMINIO penetra hacia Tesalia y vence a FILIPO V de Macedonia en Cinoscéfalos («Cabezas de perro» grupo de montañas en Tesalia), teniendo que aceptar éste duras condiciones de paz, como son: renunciar a la hegemonía sobre Grecia, reconocer por tanto la independencia de los estados griegos, y obligarse a pagar 1.000 talentos en concepto de reparaciones de guerra, entregando la flota (excepto seis naves). Esta batalla es decisiva para poner fin al poder de Macedonia y esta victoria abre las puertas al dominio romano de Grecia. Al mismo tiempo, un segundo ejército macedonio es derrotado por ATALO I, rey de Pérgamo, en Asia Menor.