HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Constantino al Concilio de Trento (313 - 1545)

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Historia de la Igleisa CatólicaHISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Constantino al Concilio de Trento (313 - 1545)

BENEDICTO XII, atento siempre a los sucesos de la perturbada Italia, envía a menudo dinero para socorrer al pueblo así como para restaurar iglesias.


BENEDICTO XII, atento siempre a los sucesos de la perturbada Italia, envía a menudo dinero para socorrer al pueblo golpeado por el hambre, así como para restaurar iglesias. La principal preocupación de BENEDICTO es terminar con los abusos. Inmediatamente después de su elección regresa a los clérigos que no son necesarios en Aviñon y amenaza con castigos muy fuertes a los que no obedezcan la ley de residencia. Anula las escandalosas \»expectativas\» concedidas por su predecesor y prohibe la concesión de encomiendas. También condena por indecentes las \»mayorías\» y solo concede beneficios con una estricta discriminación dejando muchas sedes vacantes, lo que da pie a la calumnia de que solo él se está beneficiando con los impuestos.

Se decide trasladar los restos de Santa Eulalia a la capilla de la catedral de Barcelona.


En la construcción de la actual catedral de Barcelona, en 1338, se había terminado la capilla de Sta Eulalia -situada bajo el altar mayor- decidiéndose trasladar, en 1339, allí, los restos de la virgen mártir.

PEDRO el Ceremonioso se enemista con JAIME III de Mallorca por su reticencia en prestarle homenaje.


A partir de 1339, cuando PEDRO el Ceremonioso viaja a Aviñón para rendir homenaje al Papa y comprueba que la influencia francesa se ejerce en beneficio de JAIME III de Mallorca y perjuicio suyo, los resquemores que el rey guardaba hacia el mallorquín por su reticencia en prestarle el homenaje que le debía, se convierten en enemistad, que tiene inmediatas consecuencias.

BENEDICTO XII, ataca vigorosamente la codicia por las ganancias entre los eclesiásticos.


BENEDICTO XII, ataca vigorosamente la codicia por las ganancias entre los eclesiásticos; regula los impuestos a pagar por los documentos extendidos por la oficina papal; hace que las visitas episcopales no sean más una opresión financiera para los clérigos y anula la práctica de la solicitud de refrenda por favores papales, que son extremadamente lucrativos para los oficiales venales. Aunque aborrece el nepotismo, solo muestra preferencia por un familiar al nombrar al eminente Juan Bauzian como Arzobispo de Arles en deferencia a la insistencia de los cardenales; influye en su única sobrina al desanimarla de aceptar a un noble pretendiente y casarse con alguien de su humilde rango. En una ocasión, dijo : «un Papa debe ser como Melquisedec, sin padre, sin madre, sin genealogía». La reforma monástica en particular compromete su celo. Siendo él mismo un cisterciense, sueña con revivir el primitivo fervor en los monasterios, así como la devoción al estudio. Algunas constituciones papales relacionadas a los monasterios, así como sus visitas a los mismos atestiguan su solicitud por el renacimiento de los monasterios.

BENEDICTO XII trata de persuadir a EDUARDO III a establecer la inquisición en Inglaterra.


Angustiado por la infidelidad en Irlanda, BENEDICTO XII trata de persuadir a EDUARDO III a establecer la inquisición en su reino, pidiéndole también que apoye a los obispos irlandeses a extirpar la herejía. A pesar de ser el más ardiente enemigo de la herejía, BENEDICTO es extremadamente paciente y amoroso en el trato con los herejes. Busca también la unión de las iglesias del oriente con Roma, por medio de un delegado del Emperador ANDRÓNICO, cuya sinceridad, sin embargo, BENEDICTO se ve forzado a poner en duda; demuestra su preocupación por la iglesia de Armenia que a principio del siglo XIV ha sufrido la invasión de los mahometanos, socorre a los menos afortunados en el orden temporal, y concilia las diferencias doctrinales que han desgarrado Armenia con el cisma.

BENEDICTO XII se puede considerar como aportador de muchos bienes para la Iglesia.


En cuanto a los asuntos puramente eclesiásticos, el pontificado de BENEDICTO XII se puede considerar como aportador de muchos bienes para la Iglesia. Piadoso, prudente y firme, se empeñó a conciencia en lograr satisfacer las necesidades de la Iglesia en un período critico. En las relaciones políticas, sin embargo, no tubo éxito. Inexperto en política, tenía poca aptitud para la diplomacia, y un conocimiento escaso del hombre y de los asuntos del mundo. Las conflictivas motivaciones políticas lo confundieron, y la duda y vacilación contrastaron dolorosamente con su firmeza y decisión en los asuntos eclesiales.

La batalla decisiva ante la invasión de los benimerines tiene lugar a orillas del río Salado.


Los benimerines en gran número atraviesan el estrecho de Gibraltar, a pesar de los esfuerzos de la escuadra castellana para evitarlo. Sin embargo, los africanos, en vez de adelantarse hacia el interior, se detienen a sitiar Tarifa, lo cual da tiempo a ALFONSO XI el Justiciero de Castilla para allegar soldados y colaboración. La batalla decisiva tiene lugar -en la fecha- a orillas del río Salado (Cádiz). El papa BENEDICTO XII, declara cruzada la campaña. Castellanos, catalanoaragoneses y portugueses, en virtud de la alianza que tienen firmada precisamente ante la amenaza musulmana, se enfrentan a la invasión. Intervienen  ALFONSO VI de Portugal y PEDRO el Ceremonioso, rey de la Corona de Aragón y entre todos, incluidos los propios defensores de Tarifa, obligan al sultán Abú-l-Hasan a regresar a Marruecos, lo que prácticamente supone la expulsión definitiva de los norteafricanos benimerines, pero no el control absoluto del estrecho de Gibraltar. La victoria del Salado es importante por el enorme botín que obtiene ALFONSO XI de Castilla. Calcúlase en más de 200.000 el número de benimerines que perecieron o quedaron prisioneros. Es la última gran batalla que registran los anales de la reconquista. (También en 1343, ALFONSO XI obtendrá otra gran victoria sobre los benimerines en Palmones.)

El poeta Francesco Petrarca es coronado en Roma como magnum poetam et historicam.


El 8 de abril de 1341, el poeta Francesco Petrarca es coronado en Roma por el senador Ursus d’Anguillara, en el Capitolio, como magnum poetam et historicam, mientras el pueblo grita: «¡Viva el Capitolio». La antigua gloria de Roma parece revivir en aquel entusiasmo. Un joven de 28 años, llamado Cola di Rienzo, asiste a aquella exaltación y piensa ya en dar a Roma su antiguo poder, con o sin la participación de los Papas. Una revolución social y política se prepara en Roma, una revolución que va a derribar a la aristocracia y a transformar al pueblo de Roma en el único depositario del poder, según la Lex Regia que Cola di Rienzo descubrirá dentro de poco entre las ruinas de la ciudad. La antigüedad vuelve a la luz, con todos sus mitos. Ha empezado el Renacimiento.

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Fallece BENEDICTO XII. Su obesidad natural, ha estimulado las caricaturas y las críticas inmerecidas.


Fallece BENEDICTO XII. Su obesidad natural, ha estimulado las caricaturas y las críticas inmerecidas. Pero la historia ofrece una reivindicación y hay testimonios de que a pesar de que ha fallado al no tener éxito con las dificultades políticas que ha heredado, su piedad, virtudes, espíritu pacifista, su justicia, rectitud, su firmeza en dar reglas, su celo por la doctrina, y por la reforma moral, y la integridad de su carácter están por encima de toda crítica.Las profecías de San Malaquías se refieren a este papa como Abbas frigidus (El abad frío), cita que hace referencia a que antes de ser elegido pontífice fue sacerdote del Monasterio de Fontfride (Fuente Fría).