En la fecha, el Papa LEÓN III desempolva astutamente el título de «emperador» que está en desuso hace hace ya tres siglos. CARLOS, asiste, en Roma, a las solemnes celebraciones litúrgicas de la noche de Navidad. Durante la ceremonia, en un gesto que sorprende a todos, LEÓN III toma una preciosa corona, que se halla sobre el altar, y la coloca en la cabeza de CARLOS, consagrándolo emperador (800-814) con la siguiente fórmula: «Vida y victoria a Carlos Augusto, coronado por voluntad de Dios emperador grande y pacífico». El Papa LEÓN se arrodilla ante el emperador realizando así el primer y último acto de homenaje que un papa rendirá ante un emperador occidental, significando el último paso de la alianza del papado con los reyes francos y el abandono definitivo de su alianza con el emperador bizantino. Este acto no fundó un nuevo estado, un nuevo imperio, sino que el papa otorgaba al rey de los francos la posición de defensor de la iglesia, el ser su representante militar. De facto quedaba restaurado el Imperio romano que un siglo y medio más tarde tomará el nombre de Sacro Imperio Romano Germánico y que durará hasta el año 1803.
HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Constantino al Concilio de Trento (313 - 1545)
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HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Constantino al Concilio de Trento (313 - 1545)
CARLOS el Joven es coronado, por su padre, rey de los francos (800-811).
CARLOS el Joven, segundo hijo de CARLOS (futuro CARLOMAGNO) es el primero de su segunda esposa, Hildegarda. CARLOS es coronado, por su padre, rey de los francos (800-811) en Roma el mismo día que su padre es coronado Emperador de Occidente por el Papa LEÓN III. (Su hermano mayor, Pipino el Jorobado, ha sido desheredado, y sus hermanos menores, Carlomán, rebautizado como PIPINO, y Luis, conocido como LUDOVICO PÍO, han recibido (781) Italia y Aquitania respectivamente. Por tanto, CARLOS el Joven ejercerá su mandato junto a su padre, el emperador).
CARLOS favorece a los monasterios y hace que se creen escuelas monásticas y catedralicias.
Pronto a CARLOS, se le llama «Magno» –CARLOMAGNO-, sin duda con razón, pues no sólo es un caudillo guerrero de éxito, sino también un gran promotor de la ciencia, el arte y la literatura. Junto con las residencias imperiales, llamadas en alemán «Pfalzen», los monasterios son también centros de vida intelectual y espiritual. CARLOS los favorece y hace que se creen, además, escuelas monásticas y catedralicias donde se imparten la enseñanza de la religión, la lectura, la escritura y la aritmética a niños de campesinos y artesanos libres. Por otra parte CARLOS trabaja por mejorar la situación de ignorancia casi completa en que se halla el clero. En uno de sus primeros capitulares manda deponer a los clérigos ignorantes «porque los que desconocen la Ley de Dios no pueden enseñarla a los demás». Los clérigos tienen que someterse a un examen antes de ser ordenados. Carlomagno llama a su corte a todos los hombres más cultos de su tiempo : Teólogos, poetas, historiadores, científicos, etc., a los cuales reúne en una especie de academia o escuela palatina al frente de la cual pone al inglés ALCUINO.
CARLOS somete los monasterios de su imperio a la disciplina benedictina.
La obra de Benito, iniciada en el siglo VI, experimentará tres poderosos impulsos a la lo largo de la Alta Edad Media. El primero tiene lugar a principios del siglo IX, cuando el propio emperador CARLOS somete los monasterios de su imperio a la disciplina benedictina. Implanta en ellos su espíritu de austeridad, sencillez y eficacia. El monasterio alcanzará tal importancia que se llegará a hablar de un ordo monachorum, una categoría social diferenciada del ordo clericorum, o personas dedicadas a la vida parroquial.
Los gobernadores carolingios estimulan el trabajo misionero entre los alemanes.
Los gobernadores carolingios estimulan el trabajo misionero entre los alemanes. Wilibrord fundará el monasterio de Echternach, y BONIFACIO fundará Reichenau y Fulda, y reformará la Iglesia de los francos. Sin embargo, los germanos no francos continuarán profesando religiones paganas. El Heliand, un poema épico del siglo IX, representa a Cristo como un rey guerrero sajón.
Los frisones se hallan muy a gusto en Roma y reciben buen trato de los papas, en especial de León III.
Los frisones se hallan muy a gusto en Roma y reciben buen trato de los papas, en especial de León III. Tanto es así que cuando en Roma estalle una violenta rebelión contra el pontífice, este solo podrá contar con la ayuda de los mocetones holandeses que saldrán gustosamente a pelearse con la plebe romana en nombre del Santo Padre.
ALFONSO II hace labrar una cruz a dos desconocidos que se le ofrecen para esta tarea.
ALFONSO II hace labrar una cruz a dos desconocidos que se le ofrecen para esta tarea. Sale la obra tan admirable y es hecha en tan poco tiempo que corre la voz de ser dos ángeles los misteriosos artífices. (En la catedral de Oviedo se venerará la cruz de ALFONSO II el Casto llamada también Cruz de los Angeles).
Una conspiración depone a Irene, emperatriz de Bizancio, y coloca en el trono a Nicéforo I.
En octubre de 802, una conspiración depone a IRENE, emperatriz de Bizancio, y coloca en el trono a NICÉFORO I (802-811), que ha sido su ministro de finanzas. La emperatriz es desterrada a la isla de Lesbos, donde morirá un año más tarde. Por su decisión de restaurar el culto de las imágenes es considerada santa por la Iglesia Ortodoxa. En cuanto a los asuntos europeos, NICÉFORO hereda la problemática con CARLOMAGNO debido al título de Emperador de Occidente que ha obtenido el rey franco del Papa LEÓN III recientemente (el día de Navidad del año 800). NICÉFORO defiende las tesis bizantinas de la existencia de un único emperador, heredero del antiguo Imperio romano como se consideran los emperadores bizantinos. Tratará asimismo de mantener las posesiones bizantinas del Adriático septentrional (Venecia, Istria y Dalmacia), amenazadas por los francos y vitales tras la pérdida de Rávena. NICÉFORO no reconocerá nunca el título imperial de CARLOMAGNO.
La guerra entre los francos (CARLOMAGNO) y los sajones acaba hacia el año 804.
La guerra entre CARLOMAGNO (francos) y los sajones acaba hacia el año 804. Diez mil sajones son deportados mientras que los restantes son acogidos en la fe cristiana y obligados a guardar fidelidad al rey franco, «formando un solo pueblo». Parece ser que el monje ALCUINO, consejero del emperador, muestra algunas reservas sobre los modos que se siguen en la «conversion». En el siglo IX, la evangelización progresará hacia Hamburgo, Bremen y los países escandinavos gracias a la acción de Anscario (801-865)
Concilio de Aquisgrán a propósito de la adición del «filioque»
Concilio de Aquisgrán a propósito de la adición del «filioque»

