ALFONSO VI, hermano de Sancho II de Castilla, que disfruta en Toledo de la generosa hospitalidad de ALMAMUN, al enterarse de la muerte de su hermano, regresa a León acompañado como siempre por Pedro ANSÚREZ y sus hermanos. Allí, ante los nobles, magnates y obispos congregados, ALFONSO VI reivindica la totalidad de la herencia de su padre. Con ello se sigue el acuerdo de Golpejera, pero se olvida a GARCÍA, el hermano despojado del reino de Galicia.
ALFONSO VI el Bravo (Rey de León 1065-1072)(Rey de León, Castilla, Galicia 1072-1109)
Total de piezas: 46
Tras la muerte de su hermano Sancho, Urraca continuará ejerciendo su señorío sobre la ciudad de Zamora.
Tras la muerte de su hermano Sancho, URRACA continuará ejerciendo su señorío sobre la ciudad de Zamora, así como sobre todos los monasterios del reino, honor que compartía con su hermana, la infanta Elvira de Toro. Fue una de las consejeras más importantes de ALFONSOI VI, al que siempre protegerá y con el que llegará a actuar en la práctica como canciller del reino. Su inteligencia política le granjeará muchos enemigos que utilizarán las habladurías para desprestigiarla, acusándola incluso en los romances populares de mantener relaciones incestuosas con su hermano.
ALFONSO VI proporciona al Cid un honroso matrimonio con JIMENA DÍAZ, noble asturiana.
ALFONSO VI proporciona al Cid un honroso matrimonio con JIMENA DÍAZ, noble asturiana, hija del conde de Oviedo, bisnieta de Alfonso V y sobrina del mismo ALFONSO VI.
ALFONSO VI, rey de Castilla, unido al rey de Toledo -ALMAMUN-, entra en Córdoba y Sevilla.
ALFONSO VI, rey de Castilla, unido al rey de Toledo -ALMAMUN-, entra, en la fecha, en Córdoba y Sevilla, llegando con sus tropas hasta Tarifa.
Tras el asesinato de Sancho IV, rey de Pamplona, le sucede en el trono SANCHO I RAMÍREZ.
Tras el asesinato de Sancho IV, rey de Pamplona, se plantea un problema sucesorio. Los nobles pamplonéss descartan como sucesor al hijo de corta edad del rey asesinado y, por supuesto, al hermano asesino de Sancho IV. Quedan, por tanto, dos posibles candidatos, ALFONSO VI de Castilla y SANCHO I RAMÍREZ de Aragón, nietos ambos de Sancho el Mayor. Aunque existe una cierta división, la mayoría se decide por SANCHO I RAMÍREZ de Aragón. Pamplona y Aragón permanecerán unidos hasta 1134, bajo los reyes de Aragón SANCHO I RAMÍREZ (SANCHO V), PEDRO I y ALFONSO I el Batallador.
ALFONSO VI de Castilla inicia la invasión de Pamplona.
ALFONSO VI de Castilla inicia la invasión de Pamplona. Es, aquella, una ocasión propicia para recuperar lo perdido treinta años atrás y no piensa desaprovecharla. Los castellanos se apoderan de Nájera y Calahorra y, en julio, han cruzado ya el río Ebro y toman Marañón, Sangüesa y Puente la Reina. En su acción, ALFONSO VI cuenta con la colaboración además de LOPE ÍÑIGUEZ, señor de Vizcaya, con otros nobles que también desean pertenecer a Castilla: García Ordóñez, el conde de Lara y Diego Álvarez, entre otros. El Reino de Pamplona empieza, pues, a desintegrarse, al tiempo que Castilla se convierte en el primer motor de la Reconquista y en el principal aliado de los vascongados, que acaban de recuperar su independencia.
El Papa GREGORIO VII, toma con ardor la uniformidad de los sagrados ritos en todas partes.
El Papa GREGORIO VII, toma con ardor la uniformidad de los sagrados ritos en todas partes, y juntándose a los deseos del Pontífice la persuasión de la reina doña INÉS, primera mujer del rey don ALFONSO VI, conviene el rey en que se deje el rito gótico o mozárabe por el romano. Como por parte del pueblo se siente mucha repugnancia en la novedad se decide acudir al combate singular o «Juicio de Dios». Éste se verifica el Domingo de Ramos del año 1077 y aunque el caballero que defiende el rito mozárabe, llamado Juan Ruiz, del linaje de los Matanzas, vence al que defiende el Oficio romano, el rey no quiere darse por vencido, y desde el año siguiente se introduce en los reinos de Castilla y León el Oficio romano, dando origen este proceder al refrán español: «Allá van las leyes, do quieren reyes».
ALFONSO VI envía en 1075 al CID a reclamar las parias impagadas por la taifa de Sevilla.
ALFONSO VI envía en 1075 al CID a reclamar las parias impagadas por la taifa de Sevilla. Una vez allí, el CID es reclutado por el rey sevillano Almotamid para luchar contra su enemiga Granada, en cuyo ejército luchan algunos nobles de renombre como García Ordóñez, gran amigo de ALFONSO VI. El CID sale victorioso y regresa a la corte con una gran recaudación. Pero le pasan factura las enemistades granjeadas con los nobles humillados por él meses antes. Es acusado de apropiarse de gran parte de las parias sevillanas, hecho no probado, pero que incurre en traición a la Corona. Lo cierto es que el rey sevillanoa ha premiado cuantiosamente la tarea del CID.
Concilio de Burgos: adopción del rito romano. Sus cánones se aplicarán en todo el territorio peninsular.
Concilio de Burgos: adopción del rito romano. En 1080, un concilio abre sus puertas en Burgos convocado por el rey ALFONSO VI y presidido por el legado pontificio Ricardo. En él se acuerda la adopción del Rito Romano, abandonando el tradicional rito mozárabe, además de implantar una serie de medidas reformadoras de clara inspiración gregoriana. Con estas decisiones, todo el Occidente queda unificado bajo el rito romano. Los cánones de Burgos se aplicarán en todo el territorio peninsular, según se vaya conquistando.
En el verano de 1081, durante el cerco de Toledo, tiene lugar el primer destierro de El CID.
Muerto Almamun -rey de Toledo-, ALFONSO VI de Castilla llega a un acuerdo con los toledanos para que la ciudad se le rinda sin lucha. La condición es que el rey mantenga sitiada a Toledo durante cuatro años para que la rendición pueda producirse sin deshonor. ALFONSO VI recela de el CID por las cosas que se han dicho de él una vez regresado de Sevilla y en el verano de 1081, durante el cerco de Toledo, tiene lugar el primer destierro de El CID, por atacar Toledo sin el conocimiento de su rey y por haber defendido a Almotamid de Sevilla del conde de Nájera. De acuerdo con la costumbre, acompañan al Campeador en su destierro sus vasallos y las tropas de éstos, constituyendo una «mesnada» que, para vivir, va a ofrecer sus servicios a algunos príncipes extranjeros. El CID pelea unas veces de acuerdo con los moros y otras contra ellos, según convenga a los intereses cristianos, pues siempre procura en sus alianzas debilitar a la morisma y no enfrentarse al rey ALFONSO.