En la reunión de Zaragoza de finales de diciembre, se tratan los siguientes temas: restablecer el equilibrio político entre los reyes de Castilla, Aragón y Navarra; alcanzar una fórmula para garantizar la sucesión de la monarquía aragonesa; y concluir un acuerdo con la Santa Sede para zanjar la herencia de El Batallador. A juzgar por la congregación de poderes en Zaragoza, parece demostrado que nadie cree que la solución sea un asunto interno de los súbditos aragoneses y navarros. A Zaragoza acude ALFONSO VII de León y Castilla; Olegario, arzobispo de Tarragona; los obispos de Zaragoza y Lescar; los condes castellanos Rodrigo González, Manrique de Lara, Ramiro Fruélaz y Rodrigo; los ultrapirenaicos Alfonso Jordán de San Gil, conde de Tolosa, Bernardo I, conde de Comminges, Roger III de Foix y Guillermo señor de Montpellier; más el conde de Barcelona, RAMÓN BERENGUER IV, el de Urgel, Armengol, el de Pallars, Arnal Mir, otros nobles castellanos y muchos señores aragoneses. Faltan a la cita GARCÍA I RAMÍREZ de Pamplona y RAMIRO II de Aragón que están intentando alcanzar acuerdos según sus propios criterios.
ALFONSO VII el Emperador (Rey de Castilla y León)(1126-1157)
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Alfonso VII de León, llamado "el Emperador", fue rey de León y de Castilla entre 1126 y 1157. Hijo de la reina Urraca I de León y del conde Raimundo de Borgoña, fue el primer rey leonés miembro de la Casa de Borgoña.
ALFONSO ENRÍQUEZ, rey de Portugal, se ve obligado a firmar la paz mediante la “Tregua de Tuy”.
ALFONSO ENRÍQUEZ, rey de Portugal, invade de nuevo Galicia, conquistando Tuy y otras fortalezas que se le rinden voluntariamente. Pero con motivo de un ataque musulmán tiene que abandonar sus correrías por la provincia gallega y regresar a Portugal, circunstancia que aprovecha el monarca leonés para recuperar Tuy. ALFONSO ENRÍQUEZ atacado por el norte por el rey de León, y por el sur por los musulmanes, se ve forzado a firmar la paz con Castilla. Mediante este tratado -Tregua de Tuy- ALFONSO ENRÍQUEZ se compromete a ser fiel amigo de ALFONSO VII. Pero el conde ALFONSO ENRÍQUEZ no cesa en sus afanes de independencia, firmemente apoyado por los obispos, especialmente los de Braga y Oporto.
GARCÍA RAMÍREZ firma el tratado de Vadoluengo (Sangüesa), en el que se fijan los límites entre Pamplona y Aragón.
GARCIA RAMIREZ debe enfrentarse de inmediato a la invasión de ALFONSO VII que sitia Vitoria, toma Nájera y se apodera de toda la Rioja. Ante ello, y forzado por la necesidad de afianzarse en el trono, firma el tratado de Vadoluengo (Sangüesa), en la fecha, en el que se fijan los límites entre Pamplona y Aragón, estipulándose que el pamplonés esté subordinado a RAMIRO II.
ALFONSO VII, logra un acuerdo con GARCÍA RAMÍREZ por el que éste lo reconoce como emperador y presta homenaje.
El Pacto de Vadoluengo, firmado el pasado mes de enero, se rompe pocos meses después, en el mes de mayo, por causas desconocidas, pero a las que no debe ser ajeno ALFONSO VII, pues en el mes de mayo se logra un acuerdo entre él y GARCÍA RAMÍREZ por el que éste lo reconoce como emperador y presta homenaje como sus antepasados los reyes Sancho Ramírez y Pedro I le habían hecho a su abuelo Alfonso VI. A cambio, el castellano les respeta su reino patrimonial y le entrega el dominio sobre una parte de la Rioja y el Reino de Zaragoza.
ALFONSO VII, rey de Castilla y León, es solemnemente coronado emperador.
ALFONSO VII, rey de Castilla y León, es solemnemente coronado emperador en la catedral leonesa de Santa María. Al acto asisten el rey de Pamplona, GARCÍA IV RAMÍREZ; la emperatriz BERENGUELA; RAMON BERENGUER IV, hermano de la anterior y Conde de Barcelona; GUILLERMO de Montpellier y el musulmán Zafadola, así como los obispos de Zaragoza y Tarazona. El convenio de Vadoluengo queda definitivamente roto, el monarca aragonés puede sentirse traicionado y ALFONSO VII, a través del rey navarro está en disposición de presionar muy seriamente a RAMIRO no sólo en el territorio zaragozano, sino en la totalidad de su reino. ALFONSO VII tiene por delante una ingente labor de pacificación y unificación, de adhesión de voluntades a su persona.
RAMIRO II busca de nuevo la alianza con ALFONSO a través de su acercamiento a RAMÓN BERENGUER IV.
En cuanto al control sobre el reino de Zaragoza, está claro que significaba algo más que el dominio sobre una extensa y rica región, porque estaba en juego la posibilidad de futuras expansiones hacia el sur, es decir, de mantener viva la capacidad de crecimiento del reino por conquista; la reacción de RAMIRO fue buscar nuevamente la alianza con ALFONSO a través de su acercamiento a RAMÓN BERENGUER IV conde de Barcelona y recurrir al papa involucrándolo en un asunto que le atañía por dos razones: una, por la infeudación del reino de Aragón realizada por Sancho Ramírez y otra, porque para entonces INOCENCIO II tendría ya noticias del testamento de El Batallador que le abría la posibilidad de intervenir en los asuntos hispanos. No obstante, lo primero de todo fue proceder, también con rapidez, a? preparar los mecanismos necesarios para permitir al rey contraer matrimonio y procrear.
La noticia de que RAMIRO II se ha casado indigna a la Iglesia de Roma.
La noticia de que aquel hombre que ha sido obispo no solamente ha dejado la mitra, sino que se ha casado, indigna a la Iglesia de Roma. El Papa INOCENTE II, escribe una carta a ALFONSO VII en la que le dice que debe cuidarse, junto con sus príncipes, de que se cumpla el testamento del Batallador, es decir, que Aragón sea repartido entre las tres Órdenes. Esto equivale a condenar a RAMIRO II. Pero a ALFONSO VII nada más le interesa el “regnum Caesaraugustanum”, o sea el país que Aragón ha conquistado a los Beni HUD antes de que Castilla pudiese poner la mano. Pero el emperador se puede apropiar de eso sin convertirse en el testamentario del Batallador, cosa que no le favorece a él, sino únicamente a la Iglesia.
Alfonso VII de Castilla es coronado solemnemente como emperador en la catedral leonesa de Santa María.
Alfonso VII de Castilla es coronado solemnemente como emperador en la catedral leonesa de Santa María. Desde el primer momento sus pretensiones hegemónicas peninsulares alarmarán a sus vecinos, que buscarán pactos para contrarrestarlas.
Ante la situación en la que se encuentra Aragón, RAMIRO II solicita ayuda a ALFONSO VII .
Ante la situación en la que se encuentra Aragón, RAMIRO II comprende que ha de salir al encuentro de su poderoso vecino. En la fecha, se reúne con ALFONSO VII en Alagón y le ofrece en feudo el “regnum”. La Crónica de ALFONSO dice con orgullo que el rey de Aragón, con sus nobles laicos y religiosos, “le sirvió”, y que el soberano de Castilla, después de concederle la protección y de tomar consejo de los obispos y magnates, le “dio” Zaragoza “para que estuviese siempre bajo su tutela”. RAMIRO II tiene que participar también en el triunfal recibimiento con que se honra a ALFONSO en Zaragoza.
ALFONSO VII se entrevista con RAMIRO II y convienen ambos en el retorno de Zaragoza a Aragón.
ALFONSO VII se entrevista en Alagón con RAMIRO II y convienen ambos en el retorno de Zaragoza a Aragón. También llegan al acuerdo del vasallaje que RAMIRO rendirá a ALFONSO VII y en el futuro matrimonio de la recien nacida hija de RAMIRO, PETRONILA, con el primogénito de ALFONSO VII, SANCHO. Con ello, RAMIRO II asegura la continuidad y ALFONSO VII el vasallaje y la futura unión de Aragón. Todo ello queda registrado en el preceptivo acuerdo que se tomó en Alagón en el verano de 1136. Pero quedaba pendiente el problema de la Santa Sede y su pretensión respecto a las Órdenes Militares.