Es guillotinado en París el químico Antoine Lavoisier. Había sido recaudador de impuestos, lo que le valió la acusación de «corrupción». La frase probablemente apócrifa del presidente del tribunal que lo condena es: «La República no necesita sabios».

La Convención aprueba la ley que instaura el Terror hasta sus últimas consecuencias (ley del 22 de prairal). Incluso los miembros de la Convención podrán ser detenidos.

ROBESPIERRE se ha negado siempre a llevar a cabo una guerra de liberación -a los pueblos no les gustan los misioneros armados- y la Convención jacobina afirma el carácter defensivo de sus campañas. Pero una vez evacuado casi todo el territorio francés de tropas enemigas, y consolidada la victoria tras la derrota -en le fecha- de los austriacos en la batalla de Fleurus, la guerra de conquista va afirmándose desde mediados de julio. El ejército es, sin embargo, la institución más sólida del poder jacobino y donde el jacobinismo sobrevive con más fuerza después de su caída.

En 1794, cuando los ejércitos franceses se alzan con la victoria y pasa el peligro de una invasión extranjera, se produce una reacción contra el régimen jacobino, que es eliminado tras un golpe de Estado en el mes de termidor (julio según el calendario revolucionario).

ROBESPIERRE, que ha sido detenido el día anterior, es, en la fecha, guillotinado, sin juicio. Además de ROBESPIERRE se guillotina a 21 de sus partidarios, y hasta el día 30 de julio les seguirá en el cadalso otro grupo numeroso; en total unas 108 víctimas, terminando la etapa del Terror. Símbolo del terror, ROBESPIERRE fue un personaje inflexible, dogmático autoritario, de un mesianismo atroz. Y por ello un precedente del bolchevismo y del fundamentalismo en sus distintas versiones. Pretendió moralizar la política mediante el terrorismo institucional, pero finalmente también él fue arrastrado a la muerte por el absolutismo purificador. Los diputados que representaban a la facción republicana moderada vuelven a tomar con firmeza las riendas del poder. La vía jacobina de la Revolución había fracasado definitivamente. Se iniciaba la segunda etapa de la Revolución francesa mediante la Revolución burguesa (1794-1799)

La tendencia política creada después del ajusticiamiento de ROBESPIERRE, toma el nombre de «termidoriano»; reúne una gama de opiniones bastantes extensa, que va desde la ultrarrevolución hasta la contrarrevolución. Los termidorianos elaboran la constitución del año III, que es la primera constitución republicana aplicada en Francia, ya que el régimen, hasta este momento, no ha podido funcionar más que gracias a las instituciones de excepción del Terror.

En 1794, bajo la ofensiva francesa, muy vigorosa, el frente guipuzcoano se derrumba. Fuenterrabía sucumbe el 1 de agosto y San Sebastián el 4 del mismo mes.

En España, la reina MARÍA LUISA de Parma domina por completo a CARLOS IV, pero a su vez está dominada por GODOY. Y con ser esto una realidad, ni los monarcas ni el favorito tienen suficiente talla para sostener decorosamente la guerra contra la República francesa. El 15/10/1794 comienzan las negociaciones oficiales de paz. De haberse realizado éstas cuando el conde de Aranda y sus partidarios las propusieron -ya en febrero de 1794- todavía hubiese existido la posibilidad de poder concertar con los franceses una honrosa paz, ventajosa para España, en la que se contaría con la cesión de la parte francesa de la isla de Santo Domingo. Ahora es ya demasiado tarde; las tornas han cambiado.

Arthur Colley Wellesley, sirve como alférez del Ejército británico en 1787 y es elegido miembro del Parlamento irlandés en 1790. Durante la guerra de la Primera Coalición, participa en la desafortunada campaña librada contra las fuerzas francesas en los Países Bajos en 1794 y 1795. Se distingue por su prudencia y tenacidad

Francia ocupa en estos días los Países bajos austriacos, que quedarán organizados en departamentos franceses desde 1797, y las Provincias Unidas donde el ejército francés de PICHERGU se apodera de la flota holandesa aprisionada en los hielos de Texel. Es en esta invasión cuando el Estatúder propone la solución heroica de abrir los diques, como en los tiempos de la guerra contra España, la población se opone. Más aún, muchas ciudades abren sus puertas a los franceses y les reciben como libertadores. Es el «Finis Holandae» del Antiguo Régimen. GUILLERMO V -en la fecha- es expulsado. Fue desposeído de su título de estatúder el 23/2 y acabará muriendo en el exilio en 1806. ¿Qué ha ocurrido? Parece que el intento de explicación más aceptado es el de su crisis demográfica. Sobre el horizonte de una Europa que en su conjunto inicia una etapa de recuperación demográfica tras la crisis del siglo anterior, Holanda camina a contrapié. Los 2.000.000 de habitantes de 1680 son los mismos que en 1795. Parece que la alta presión fiscal que sufre el pueblo holandés desde finales del siglo XVII, consecuencia de la «Guerra de los Ochenta Años» es la principal causa de esta degradación demográfica.