El 12 de diciembre de este mismo 1946, la resolución 39/1 de la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba, por 34 votos a favor, seis en contra y 14 abstenciones, una resolución recomendando la retirada de Madrid de los embajadores y ministros plenipotenciarios, mientras no se produzcan cambios sustanciales en el régimen político español: «De acuerdo con su origen, naturaleza, estructura y conducta general, el régimen de Franco es un régimen Fascista basado en el modelo de la Alemania Nazi de Hitler y la Italia fascista de Mussolini, y en su mayor parte establecido con resultado de la ayuda recibida de los mismos». La ONU da un año de plazo al jefe del Estado para llevar a cabo tales cambios, antes de que la Asamblea General revise de nuevo la evolución de la política española y considere la aplicación de nuevas soluciones. Esto trae como consecuencia la retirada del embajador británico, el último representante destacado de la diplomacia internacional en Madrid, aunque ningún Estado occidental rompe relaciones por completo. Finalmente, los únicos embajadores que continúan en la capital española son los de Portugal, Vaticano y Suiza.

Pasada la Segunda Guerra Mundial, en 1947 Sudáfrica manifiesta formalmente a las Naciones Unidas su intención de anexarse el territorio. La ONU -que hereda de la Sociedad de Naciones la responsabilidad sobre las colonias en fideicomiso- se niega, argumentando que \»los habitantes africanos del África Sudoccidental todavía no han conseguido la autonomía política\». Hasta 1961, la ONU insistirá año tras año sobre ese punto y sistemáticamente será ignorada por los gobiernos del régimen racista de Sudáfrica.

Los ingleses al mismo tiempo que cierran las puertas a los judíos, en cambio permiten o bien ignoraron una masiva entrada ilegal a Palestina occidental de inmigrantes provenientes de países árabes como Jordania, Siria, Egipto y África del Norte. Gran Bretaña impotente ya ante el peligro que se avecinaba en el Oriente Medio, plantea, en la fecha, ante las Naciones Unidas, la cuestión de Palestina, anunciando que entregará su Mandato sobre Palestina a las Naciones Unidas. Se tiende a creer que los árabes llevaban tiempo viviendo en Palestina y que los judíos vinieron después a «desplazarlos». Lo cierto del caso es, que la reciente inmigración árabe a Palestina fue la que realmente «desplazó» a los judíos. El uso común de estadísticas sobre población árabe y judía en Palestina raramente toma en consideración la pregunta de cómo las proporciones poblacionales se obtuvieron. Un factor fue, sin duda, la política inglesa de mantener alejados a los judíos mientras se traían e introducían los árabes a Palestina. Otro factor fue la violencia utilizada para asesinar o expulsar a los judíos donde quiera que estos estuvieran establecidos, por ejemplo: asesinato de la comunidad judía de Hebrón en 1929.

El 7 de junio de 1947 llega al aeropuerto madrileño de Barajas, procedente de Buenos Aires, Eva Duarte Perón, esposa de Juan Domingo PERÓN, presidente de la República Argentina. En el momento de máximo aislamiento internacional español Argentina, por razones ideológicas, decide ayudar a España. Esta ayuda será conocida como «pequeño Plan Marshall» en referencia al plan de reconstrucción europea que han impulsado los EEUU.. Ya a finales de octubre de 1946, Argentina ha concedido un crédito a España para comprar alimentos y productos de primera necesidad en el mercado argentino. Posteriormente, Argentina será uno de los países, junto con Costa Rica, El Salvador, Perú y la República Dominicana, que vota en contra de la resolución de la ONU para retirar a los embajadores en España. La larga visita, de 17 dias, de «Evita» consiste en repetidos baños de multitud para aclama, como el del día 12 en la plaza de Oriente de Madrid.

En la fecha, el Gobierno hindú se compromete ante la ONU a efectuar un plebiscito en Jammu y Cachemira para determinar el futuro del Estado (su incorporación a la India o a Pakistán). En cuanto a Pakistán, inicialmente Alí Jinnah, el primer presidente, lo rechaza (ve que tras la invasión pahtun la población cachemira votará por permanecer en la India), pero después lo asume.

David Ben-GURIÓN, fundador del partido Mapai (laborista) proclama -en la fecha- (el 5 de Iyar de 5708) ante el Consejo Nacional Provisional, horas antes de la retirada de la últimas tropas británicas de Palestina el fin del mandato británico en Palestina (que se hará efectivo el 15/5) y la constitución del Estado de Israel como República independiente con las fronteras aprobadas por la Asamblea General de la ONU en su resolución de 29 de noviembre de 1947. Israel, se ve inmediatamente invadido por sus vecinos árabes. Israel resiste y la ONU impone una tregua. Más tarde, reanudadas las hostilidades, los árabes pedirán un armisticio.

Tregua impuesta por la ONU del 11 de junio al 8 de julio. El ejército israelí, aprovecha rápidamente la ocasión para doblar sus efectivos militares y renovar su material. Se permite el éxodo de 400.000 palestinos, quienes adoptan el término «diáspora» (adoptado anteriormente por los judíos) para referirse a su dispersión tras las guerras contra Israel. Los palestinos empiezan a entrar masivamente en Líbano. Este hecho provoca una gran alarma, ya que los recién llegados constituyen entre el 10 y el 12% de la población libanesa. Beirut sigue con los palestinos una política excluyente, hasta el punto de que la Constitución prohibe explícitamente que se integren en el país. Se trata de evitar que una comunidad de mayoría musulmana rompa el frágil equilibrio religioso del estado, de forma que la «unidad nacional» se vea en peligro. Los campos de refugiados más populosos se constituirán en los alrededores de Sidón o de Tiro.

Terminada la tregua, el 8/7/1948, vuelven a enfrentarse el ejército israelí y los ejércitos árabes. Siguen diversos avances y? retrocesos. Los israelíes, al fin, mejoran sus posiciones, conquistan importantes ciudades árabes y ocupan mil kilómetros cuadrados de terreno. Palestina pierde su nombre tradicional y queda dividida o repartida entre árabes y judíos. La línea fronteriza divide Jerusalén: la Ciudad Vieja en poder de Jordania, y la Ciudad Nueva, de construcciones modernas, queda adjudicada a los judíos. Entre ambas partes, un «muro de la vergüenza». Desde entonces, los cascos azules de la ONU permanecen en guardia día y noche en la línea fronteriza entre Israel y Transjordania.

Ante la tensión, cada día más acentuada, entre árabes y judíos, la Asamblea General de la ONU nombra un mediador, el conde Folke Bernardotte, presidente de la Cruz Roja sueca, encargado de favorecer «el ajuste pacífico de la situación». Bernardotte trata de ser imparcial y objetivo en todas sus decisiones. La actitud de Bernardotte exacerba la cólera de los israelíes y en el boletín de los «Combatientes por la libertad de Israel» del 6/9/1948 pudo leerse: «El deber del momento es el de expulsar a Bernardotte y a sus colaboradores. Bendita sea la mano que lo logre». El 17 del mismo mes y año, Bernardotte cae asesinado. La muerte de este gran servidor de la paz es aceptada por la ONU con una asombrosa pasividad. El grupo extremista «Stern» se hace responsable del asesinato.

La Asamblea General de las Naciones Unidas, aprueba en París la «Declaración Universal de los Derechos Humanos» a la que inicialmente se adhieren 58 naciones. El mundo emocionado e impresionado por la brutalidad y la injusticia de la Segunda Guerra Mundial, decide establecer unas pautas que remarquen la libertad y la dignidad de la condición humana. Esta declaración está inspirada en las antiguas Declaraciones de Derechos del Hombre. La Declaración de Derechos Humanos debe ser aceptada por todos los miembros de la ONU, y ha tenido gran influencia en la convergencia democrática de los distintos gobiernos.