En mayo, la fuerza india llega a Bagdad y Habaniya, siendo atacada por fuerzas Irakíes. Después de un breve combate en torno al aeródromo, los Irakíes son derrotados y Rashid Alí vuela hacia el exilio.El 31 de mayo el gobierno Irakí acepta su derrota frente a los británicos. Poco después se forma un gobierno probritánico que da paso a un gabinete dirigido de nuevo por Nuri as-Said. Pero las tropas británicas permanecerán en la zona durante el resto de la guerra, para garantizar la seguridad de los campos petrolíferos.

Los hachemitas son los aliados más apreciados de los británicos en la zona sudoccidental de Asia, durante la segunda guerra mundial mantienen el control de la región a pesar de la sublevación nacionalista en Irak. Nuri al Said, un antiguo oficial turco desertor, ejerce de histórico presidente del gobierno del reino hachemita de Irak y es el hombre de Inglaterra en la región, siendo el fundador del Pacto de Bagdad, una alianza de países islámicos (Turquía, Irak, Transjordania e Irán) bajo el liderato de los países anglosajones.

En 1942, Irak se ha convertido en un importante centro de avituallamiento de las fuerzas británicas y estadounidenses que operan en Oriente Próximo, y en lugar de paso para el suministro de armamentos a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

El 17 de enero de 1943, Irak declara la guerra al Eje, siendo el primer país musulmán independiente que toma esta decisión.

Los años 1945 y 1946 están marcados por la revuelta de las tribus kurdas del noroeste que cuentan con apoyo de la URSS. Gran Bretaña, temerosa de que los soviéticos se apropien de los campos de petróleo Irakíes, despliega fuerzas militares en el país.

En 1947, el primer ministro de Irak, Nuri as-Said, empieza a promocionar una nueva propuesta de federación árabe, concretamente entre Transjordania (Jordania actual) e Irak, y se inician las conversaciones para concluir este proceso. Ya en este año, se firma un tratado de amistad y alianza conjunta, en el que se establece la mutua cooperación militar y diplomática.

Al declararse la independencia de Israel en mayo de 1948, inmediatamente el país es atacado por siete estados árabes – Egipto, Siria, Jordania, Líbano, Irak, Arabia Saudita y Yemen – en lo que es el comienzo de la “Primera guerra árabe-israelí (1948-1949)”. Israel llama a esta guerra “Guerra de la Independencila”. Una de las primeras órdenes de Ben-GURIÓN, como jefe de Estado de facto, es la de unificar a todos los grupos combatientes hebreos, creando así al Ejército de Defensa de Israel, el Tzáhal (por sus siglas en hebreo). Ben-GURIÓN otorga a la consolidación de las Fuerzas Armadas y a la desaparición como tales de las milicias previas al Estado, una importancia tal, al punto que no duda en mandar bombardear hasta su hundimiento al barco rebelde “Altalena”, con Menajem Beguin a bordo, con tal de imponer la supremacía del nuevo estado e impedir el caos que supondría la tolerancia de grupos armados independientes.

El 11 de mayo de 1949 se firma un alto el fuego entre Israel y Jordania (que, a su vez, representa a Irak) tras la derrota de estos últimos.

Se crea, en la fecha, el Partido Socialista del Renacimiento Árabe, más conocido como Baaz (en árabe \”renacimiento\”), laico de ideología socializante y panarabista. El Baaz concibe al conjunto del mundo árabe como una \”unidad política y económica indivisible\”, en la que ningún país, por sí solo, \”puede reunir las condiciones necesarias para su vida independientemente de los demás\”. El Baaz proclama que \”el socialismo es una necesidad que brota de la razón misma del nacionalismo árabe\” y se organiza a nivel \”nacional\” (árabe), con direcciones \”regionales\” para cada país.

El Partido Baaz es percibido por los chiíes como principal rival de su panislamismo. El Baaz hará del activismo chií el principal objetivo de su política represiva, marginándolo en las escalas inferiores de los órganos de poder. Por su parte, los chiitas crean el partido Al-Da\’wa al-Islamiya (\”la predicación islámica\”) convirtiéndose en el más fuerte opositor al régimen baazista. En momentos de máxima tensión con el vecino Irán, los chiíes serán las primeras víctimas de la represión interna. El baazismo se caracteriza en sus inicios por su espíritu antitribal, pues ve en la tribu un impedimento para la transformación socialista. No obstante, sus ideales derivarán desde el panarabismo al tribalismo clásico y su socialismo, en una práctica patrimonialista del Estado.