CORONA DE CASTILLA (1230-1716)

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Rodolfo I de Habsburgo es coronado emperador del SIRG. ALFONSO X protesta infructuosamente.


ALFONSO X, en noviembre de 1274, ante la decisión papal de coronar emperador del SIRG a RODOLFO I de Habsburgo, emprende viaje a Aviñón, sede papal en estos años, para negociar con el papa GREGORIO su decisión sin conseguir absolutamente ningún resultado positivo para sus pretensiones. ALFONSO X regresa a Castilla, derrotado, obligado a renunciar formalmente a cualquier pretensión a la corona imperial alemana. Mientras ALFONSO X ha estado en Francia, FERNANDO de la Cerda, primogénito de ALFONSO X el Sabio y que está casado con doña BLANCA, hija de S.LUIS de Francia, ha ocupado la regencia del reino.

Tanto Alfonso X de Castilla como Jaime I de Aragón reclaman sus respectivas opciones a reinar en Navarra.


Tras el fallecimiento de Enrique I el Gordo, rey de Navarra, la división interior del reino es la causa de que tanto ALFONSO X de Castilla como JAIME I de Aragón -que hace valer su prohijamiento con Sancho VII- reclamen -en la fecha- sus respectivas opciones a reinar en Navarra. Ante la decidida intervención de JAIME I y de su heredero PEDRO, la regente BLANCA de Artois decide marchar a Francia. Mientras una parte de las Cortes reunidas en Olite aceptan las propuestas presentadas por PEDRO de Aragón, otro sector, encabezado por el obispo y el gobernador general, se inclinan hacia Castilla, en la persona de FERNANDO de la Cerda, en quien ALFONSO X ha hecho renuncia de sus derechos. Pero finalmente estas actuaciones provocan una reacción contraria a sus propósitos cuando los estamentos navarros se inclinan decididamente hacia Francia, lo que implica la presencia del imperialismo francés hasta el mismo Ebro.

Navarra queda vinculada a la casa real francesa, de la que dependerá entre 1275 y 1330


Entre Castilla y Aragón cierran el paso al reino de Navarra hacia el sur, hacia las tierras musulmanas. La pervivencia de Navarra como reino se ha debido, en el siglo XII, a los recelos y falta de acuerdo entre los dos grandes reinos peninsulares. En el siglo XIII se conseguirá mediante la vinculación a la dinastía condal de Champagne y, más tarde, a la casa real francesa, de la que Navarra dependerá entre 1275 y 1330

Fernando de la Cerda intenta detener la ofensiva de los benimerines, cae enfermo y muere.


Aprovechando que FERNANDO de la Cerda, el primogénito del rey de la Corona de Castilla, ALFONSO X, se halla luchando contra Navarra, el rey de Granada -que no puede hacer frente a los parias que debe pagar a Castilla- se asocia a los benimerines que han desembarcado en la península, en su segundo intento de conquista, hace dos meses. La ofensiva musulmana se dirige contra Jaén y Sevilla, en dos ataques simultáneos que hacen saltar el frente cristiano. Cuando FERNANDO intenta detener la ofensiva, cae enfermo y muere el 5 de agosto de 1275.

Sancho ve llegada su oportunidad y toma el mando en el lado cristiano.


Ante la ofensiva de los benimerines, después de varias batallas, el ambicioso y decidido hermano menor del difunto Fernando, SANCHO, ve llegada su oportunidad y comienza a actuar como heredero, en perjuicio de los derechos de sus pequeños sobrinos. Así, SANCHO toma el mando, en la fecha, en el lado cristiano. La ofensiva musulmana es reducida y a finales de 1275, los benimerines regresarán a Marruecos.

La muerte de Fernando de la Cerda plantea pronto un grave problema sucesorio en la Corona de Castilla.


En estas circunstancias, la muerte de Fernando de la Cerda plantea pronto un grave problema sucesorio. Por una parte está SANCHO, hermano de Fernando, e hijo mayor en aquellos momentos, por tanto, de ALFONSO X, vencedor de la reciente campaña contra los benimerines, cabeza de un fuerte partido y representante de un castellanismo a ultranza enfrentado al poderío francés. Por otra parte, están los hijos de Fernando de la Cerda, ALFONSO y FERNANDO (Conocidos como los infantes de la Cerda), herederos legítimos según la doctrina asentada en Las Partidas y nietos de S.Luis de Francia (ya que su madre Blanca, es hija del rey francés), lo que les convierte en representantes de la política francesa. La lucha por la sucesión en Castilla se endurece y se produce una serie de ejecuciones entre los implicados en una y otra facción.

El problema sucesorio en Castilla se complica aun más por la indecisión de ALFONSO X.


El problema sucesorio en Castilla se complica aun más por la indecisión de ALFONSO X para decantarse por uno u otro aspirante. Mientras, la reina VIOLANTE de Aragón toma partido por sus nietos, FERNANDO y ALFONSO, en contra de su hijo. Por su parte, SANCHO se compromete a intervenir en Navarra en contra de los franceses.

ALFONSO X el Sabio, intenta hacerse con el peñón de Gibraltar -en manos de los nazaríes de Granada-


ALFONSO X el Sabio, intenta hacerse con el peñón de Gibraltar -en manos de los nazaríes de Granada- dentro de un proyecto que pretende el control del estrecho y para el que ha pedido a JAIME I, rey de Aragón, su concurso. Pero su esfuerzo resulta baldío.

Por fin, ALFONSO X toma cartas en el asunto de la sucesión en el Reino de Navarra.


Por fin, ALFONSO X toma cartas en el asunto de la sucesión en el Reino de Navarra. La entrada de tropas castellanas en Navarra, se convierte en una auténtica invasión pero, como en tantas otras ocasiones, ALFONSO X actúa tímidamente y sus ejércitos se detienen a las puertas de Pamplona. Por su parte, los franceses que acuden en ayuda de Blanca, penetran en Pamplona y la saquean hasta los cimientos. Mientras FELIPE III, rey de Francia, se dispone a viajar a Navarra, Roberto de Artois, abuelo de la reina BLANCA, se reúne con ALFONSO X.

A partir de este momento, se produce la práctica ocupación militar de Navarra por orden del rey frances.


En la fecha, ALFONSO X de Castilla y FELIPE III de Francia, firman en Vitoria una tregua que abarca teóricamente hasta que JUANA (Reina de Navarra) sea mayor de edad. De hecho significa la retirada de Castilla, aunque FELIPE III nunca llegará a firmar el tratado. A partir de este momento, se produce la práctica ocupación militar de Navarra por orden del rey de Francia, que sitúa en los puestos claves a personas llegadas de Francia. El reino de Navarra pasa a ser una senescalía del reino de Francia. Durante los siguientes años, Castilla y Aragón muestran repetidamente su animosidad ante la presencia francesa en Navarra y, poco a poco, aumenta también en el interior del reino la oposición a la política que el rey francés desarrolla allí y que, lógicamente, tiende a imponer las leyes y sistemas franceses sobre los navarros.