En Navarra, el afán de independencia, la primacía otorgada a la conservación del reino, es lo que prevalece. Cuando contingentes de tropas castellanas cruzan la frontera, la ciudad de Estella se apresura a proclamar a JUANA como reina. Acto seguido, la mayor parte de la nobleza escribe a BLANCA y le otorga plenos poderes. El resultado de ello, es la concertación del matrimonio de JUANA con FELIPE el Hermoso, hijo del rey de Francia, FELIPE III, a quien Blanca cede su cargo de regente de Navarra que, de esta forma, pasa a ser prácticamente parte de Francia.

Entre Castilla y Aragón cierran el paso al reino de Navarra hacia el sur, hacia las tierras musulmanas. La pervivencia de Navarra como reino se ha debido, en el siglo XII, a los recelos y falta de acuerdo entre los dos grandes reinos peninsulares. En el siglo XIII se conseguirá mediante la vinculación a la dinastía condal de Champagne y, más tarde, a la casa real francesa, de la que Navarra dependerá entre 1275 y 1330

Por fin, ALFONSO X toma cartas en el asunto de la sucesión en el Reino de Navarra. La entrada de tropas castellanas en Navarra, se convierte en una auténtica invasión pero, como en tantas otras ocasiones, ALFONSO X actúa tímidamente y sus ejércitos se detienen a las puertas de Pamplona. Por su parte, los franceses que acuden en ayuda de Blanca, penetran en Pamplona y la saquean hasta los cimientos. Mientras FELIPE III, rey de Francia, se dispone a viajar a Navarra, Roberto de Artois, abuelo de la reina BLANCA, se reúne con ALFONSO X.

En la fecha, ALFONSO X de Castilla y FELIPE III de Francia, firman en Vitoria una tregua que abarca teóricamente hasta que JUANA (Reina de Navarra) sea mayor de edad. De hecho significa la retirada de Castilla, aunque FELIPE III nunca llegará a firmar el tratado. A partir de este momento, se produce la práctica ocupación militar de Navarra por orden del rey de Francia, que sitúa en los puestos claves a personas llegadas de Francia. El reino de Navarra pasa a ser una senescalía del reino de Francia. Durante los siguientes años, Castilla y Aragón muestran repetidamente su animosidad ante la presencia francesa en Navarra y, poco a poco, aumenta también en el interior del reino la oposición a la política que el rey francés desarrolla allí y que, lógicamente, tiende a imponer las leyes y sistemas franceses sobre los navarros.

A finales del siglo XIII en París, encontramos mujeres médicos, maestras de escuela, boticarias, tintoreras o religiosas. Y es que en conjunto la Edad Media protege a la mujer, tenida por frágil y vulnerable. Evidentemente, si se razona a partir del concepto de «paridad», es cierto que durante la Edad Media, la mujer no goza de la misma autonomía que el hombre. Pero a pesar de ello hay que tener en cuenta los derechos esenciales de los que disfruta. En las asambleas urbanas o en las comunas rurales, las mujeres poseen el derecho de voto cuando son cabezas de familia. Entre los campesinos, los artesanos o los comerciantes no es raro ver a la mujer dirigir la finca, el taller o la tienda. Y es que al contrario de lo que ocurre en el Extremo Oriente o en los países musulmanes, los progresos de la libre elección del cónyuge acompañan la difusión del cristianismo y la Iglesia a los largo de los siglos anteriores ha peleado para limitar los casos de anulación de matrimonio y prohibir el repudio -costumbre romana y germánica- , lo que ha mejorado considerablemente la condición femenina.

Todavía por estas fechas los inquisidores de Carcassona reciben la declaración de cátaros notables: dos notarios, un médico de la Ville, dos eclesiásticos, el señor de Cabaret. El caso de los clérigos simpatizantes de los cátaros despierta, por su frecuencia, preocupación entre los inquisidores en estas fechas tan lejanas del final de la Cruzada.

Se reúnen las Cortes en Sevilla y ALFONSO X esboza el plan que había propuesto a FELIPE III de Francia de crear un reino en Jaen para Alfonso, primogénito de FERNANDO de la Cerda.

El apoyo de FELIPE III de Francia a los herederos de FERNANDO de la Cerda preocupa al príncipe SANCHO, que tiene una primera reunión con PEDRO III de Aragón y acuerda que VIOLANTE regrese a Castilla y que el aragonés retenga a los infantes de la Cerda. Posteriormente tiene lugar una reunión inútil entre ALFONSO X y SANCHO con FELIPE III de Francia. La propuesta del francés de que se separen Castilla y León para dar un reino a su patrocinado resulta inaceptable.

El papa MARTÍN IV, ofrece -en la fecha- al rey de Francia, los reinos de PEDRO el Grande para un hijo que no sea el heredero.

Termina el encarnizado combate naval iniciado el día anterior frente al puerto de la isla de Malta; PEDRO el Grande de la Corona de Aragón conquista el castillo de Malta, la isla de Gozzo y la ciudad de Lipari. La acción militar angevina es anulada por la victoria naval de ROGER de Llúria en Malta que pone en manos de Catalunya todos los puntos que dominan los caminos del Mediterráneo.